«La restricción masiva e ilegal de la libertad de expresión y la libertad de prensa ha estado a la orden del día en Turquía desde la declaración del estado de emergencia en julio de 2016», ha declarado Manon Schick, directora general de Amnistía Suiza. «Más de 180 empresas de medios de comunicación han sido cerradas por el gobierno, más de 120 periodistas están detenidos y miles de trabajadores de los medios de comunicación han perdido sus empleos. La libertad de prensa en Turquía ha estado encadenada durante casi dos años.»
«Cualquiera que no apoye el curso del gobierno turco será difamado como enemigo del Estado. Quien critica públicamente al Gobierno se encuentra rápidamente entre rejas. Aquellos que defienden los derechos de otros, como el presidente honorario de Amnistía Internacional en Turquía, Taner Kılıç, terminan en prisión», dice Manon Schick.
Amnistía Internacional ha resumido la evolución de la situación en Turquía desde la declaración del estado de emergencia hace casi dos años en un breve informe reciente (véase también «Clima de miedo: silenciar a la sociedad civil«).