Texto y fotos: Elina Riquelme
El pasado jueves 26 de abril en el edificio del anexo del Congreso de la Nación y por iniciativa del diputado Carlos Castagneto, se realizó el primer encuentro de esta convocatoria que tiene la intención de ampliarse y trasladarse a todo el territorio del país para consolidar un proyecto de mayorías con el ejercicio ciudadano de debatir, manifestarse y planificar un modo organizado de volver a un gobierno nacional y popular en un Estado de Derecho.
Según lo manifestado por los oradores, es necesaria una participación directa, en audiencias públicas para detener el retroceso en derechos y superar las dificultades con que hoy se encuentra la oposición para debatir proyectos de ampliación o restitución de derechos.
El diputado Castagneto afirmó en su intervención que “Hoy volvemos a tener a la economía por encima de los derechos de las personas”.
Se leyó un documento expresando la voluntad de las organizaciones adherentes a la convocatoria, poniendo de manifiesto, en principio, que asistimos a la instauración de un Estado policial y autoritario en el que van quedando en suspenso las garantías constitucionales y que este proceso se ha fortalecido porque no es un fenómeno local sino que avanza por toda la región como un plan sistemático de destitución de todos los gobiernos nacionales y populares y sus conquistas.
El cierre a cargo de Jorge Ferraresi (intendente del distrito de Avellaneda, provincia de Buenos Aires), aportó la visión crítica acerca de la complejidad de sostener un Estado de derecho y de la necesidad material de una auto sustentabilidad que permita hacer efectivos derechos que, aún hoy, como parte del acceso a una vida digna, no han sido satisfechos en un porcentaje muy amplio de la población. Para Ferraresi, “cuando se tiene el poder, hay que ejercerlo”, reclamando que todos los Estados en sus diferentes niveles (nacional, provinciales y municipales) tengan recursos suficientes para ejercer su autonomía y capacidad de decisión.
Planteó críticas puntuales hacia el interior de su partido y la necesidad de salir de esos espacios de comodidad que impiden el crecimiento y de ciertos prejuicios al momento de gobernar, en franca comparación con el modo que ostenta la derecha cuando asume el poder.
En ese sentido, dijo que se atrevía a reformular un axioma peronista y no hablar ya de tres banderas sino de tres escalones, como tres momentos en los que es necesario realizar un recorrido en el que el primer escalón es la sustentación económica que garantice la autonomía. Sin condicionamientos para la toma de decisiones.