El diputado del Partido Humanista conversó con el periodista Juan Pablo Cárdenas acerca del presente y las perspectivas del Frente Amplio. Al respecto aseguró que si bien hay diferencias dentro del conglomerado, los objetivos principales los cohesionan.
Uno entiende que los partidos políticos se organizan en coaliciones cuando van a gobernar, pero poco se entiende que persistan las coaliciones en la oposición…
Los humanistas tenemos casi en nuestro ADN una idea fuerza, y es algo así como “solo no se puede”. Nosotros creemos que tenemos buenas ideas, que somos gente que hemos luchado por cambiar este país, por la democracia, por mayor justicia social, pero al mismo tiempo estamos convencidos de que para producir transformaciones profundas y estructurales, hay que trabajar con otros. Desde ese punto de vista valoramos la diversidad, fue así como fuimos unos de los fundadores de la concertación, teniendo profundas diferencias con la democracia cristiana y otros partidos de la época, pero nos parecía importante, para recuperar la democracia, trabajar juntos. Luego nos salimos de la concertación porque sentimos que se traicionó lo que fue el proyecto original y la esperanza del pueblo. Formamos con Cristián Reitze como candidato algo que se llamó la nueva izquierda, después fundamos el Juntos Podemos con el Partido Comunista y otras organizaciones. La verdad es que nunca nos terminaba por resultar bien este asunto, siempre estas coaliciones terminaban fracasando por uno u otro motivo, pero siempre siguió en nosotros este convencimiento de que hay que trabajar con otros. Y así fue como hace ya varios años dijimos “aquí es fundamental encontrarnos con estos nuevos movimientos juveniles, los que surgen del mundo estudiantil, pero también con fuerzas que provienen del mundo social, la lucha por la vivienda, los temas medioambientales, los temas de diversidad sexual, de los pueblos originarios, etc.”. Yo diría que ahí está el germen o la génesis de lo que es el Frente Amplio, que como dice su nombre, es muy amplio, efectivamente. Acá hay 14 organizaciones que provienen del ecologismo, del socialismo, del marxismo, del gramscianismo, del feminismo, del liberalismo, del humanismo, y probablemente olvide algunos otros. Entonces hay una diversidad grande, pero al mismo tiempo fuimos capaces de ponernos de acuerdo en algo que es sustancial al Frente Amplio que es un proyecto futuro, un programa de gobierno. Nosotros dijimos que esta vez no sea una coalición electoral, porque a aquello no le ha ido bien a la izquierda, acá hay que tener un proyecto a largo plazo, y en eso estamos hoy. Tuvimos un buen resultado electoral, pero estamos en un proyecto que va mucho más allá de esto, tiene que ver con cómo hacer de Chile un país con más derechos, con más justicia social, con menos concentración de poder en todas sus formas, y eso nos une teniendo muchas diferencias.
Para competir en las últimas elecciones, era necesario una coalición, y los resultados están a la vista, pero se me hace extraño que en estos cuatro años en que serán oposición puedan mantenerse unidos, cuando son justamente agrupaciones que tienen perfiles distintos. Ya incluso hemos podido observar posiciones diferentes, como quedó demostrado con las disímiles posturas en torno a la demanda de Bolivia en La Haya. Es un diferendeo ya instalado en el tiempo…
A menos que las resolvamos, que es parte de lo que nosotros decimos. No podemos vivir los próximos cien años, trecientos años o dos mil quinientos años arrastrando este problema, es totalmente ridículo, es absurdo, de ahí la postura de los humanistas en relación a Bolivia. ¿Pero sabes lo que creo que pasa? Que la dictadura se nos metió adentro en términos de creer que se requiere uniformidad, y yo soy alguien que cree en la diversidad, las sociedades son diversas, por eso que no estoy de acuerdo que respecto a lo de Bolivia todos tenemos que salir en fila diciendo lo mismo, de lo contrario somos traidores a la patria, lo que me parece una tontera. Evidentemente hay una diversidad de opiniones, y eso sucede en cualquier país que se pretende decir moderno, democrático, diverso. En nuestra coalición es lo mismo, y por supuesto que se puede convivir con diferencias, al interior del Partido Humanista también tenemos diferencias, incluso con mi familia también tenemos diferencias. Con mi pareja tenemos diferencias y llevamos 41 años juntos, entonces parece que se puede vivir con diferencias, incluso a veces contribuyen, ayudan a mejorar en vez de generar dialéctica. No tiene por qué mirarse con la mirada dialéctica esta cuestión, sino con la mirada de las diferencias convergentes, que es la mirada que tenemos los humanistas. Ahora bien, es cierto que durante este mes hemos tenido algunas diferencias que a los medios les encanta resaltar, pero en realidad hemos tenido enormes convergencias, hemos votado ya por lo menos unas sesenta veces en este mes y en la gran mayoría coincidimos. En algunas no, pero eso no significa que nos vamos a cortar las venas. En algunas tenemos distintas miradas y es parte de lo que es ser una coalición.
Siendo así, ¿hasta qué grado de autonomía van a respetarse entre ustedes para evitar lo que puede ser un quiebre? ¿Es posible que comiencen a tensionarse si empiezan a votar distinto?
Para ser bien transparente, el futuro está abierto, puede pasar de todo y dependerá de todos nosotros. En ese sentido creo que tenemos que tener una gran responsabilidad en el modo que trabajemos, manteniendo la autonomía de los partidos políticos, pero al mismo tiempo actuar como conglomerado en torno a los grandes proyectos que nos hemos definido: no más AFP, Asamblea Constituyente, desconcentración económica, recuperación del agua, anular la Ley de Pesca, recuperación del cobre. Ahora bien, hay instancias y ámbitos de definición colectiva al interior del Frente Amplio, existe la mesa nacional, ahí están las 14 fuerzas políticas.
¿Se mantienen las 14 fuerzas políticas?
Si. Acabo de leer una carta del Movimiento Democrático Progresista que decidieron no seguir participando en la mesa nacional porque prefieren concentrarse en el desarrollo territorial, pero siguen siendo frenteamplistas. Al mismo tiempo se están proponiendo nuevos modos de organización en el cual tal vez alguna fuerza forme un ejecutivo, en fin, algún mecanismo que hagan mejor posible la toma de decisiones cada día, porque hay muchos temas. Aspiramos al mismo tiempo que el Frente Amplio no se parlamentarice, entonces hoy estamos en muchos temas. Hoy ya están los diputados del Frente Amplio muy activos en temas de educación, de pescas, de salud, de derechos humanos, de niñez, y yo diría que en todos estos temas tenemos un consenso absoluto.
Desde del Frente Amplio también se proyecta cierta hegemonía en el sentido de que hay socios de primera de segunda y de tercera. Dentro de esta situación ¿cada miembro es un voto, cada miembro pesa igual que otro, o hay reconocimiento de que hay fuerzas superiores dentro del conglomerado?
Es curioso y es posible que crean que estoy tratando de suavizar las cosas, pero no es así. Yo he participado en todas las reuniones que hemos tenido a nivel de la bancada parlamentaria desde mucho antes de asumir, y yo ahí no he visto esta cosa de la hegemonía famosa, puede ser que yo sea un ciego, pero no la he visto. Yo he visto a los diputados que venían de antes en una actitud súper generosa, y lo digo de verdad, yo no tengo por qué hacerle pata a nadie. Generosa en el sentido de construir un proyecto común. Revolución Democrática tiene ocho diputados, uno puede decir que van a pasar la máquina, y eso no lo he visto para nada. Nosotros tenemos un almuerzo los martes, yo mismo soy el moderador y todos hablan lo que quieren, todo se define conversando, hasta ahora no hemos tenido que votar algo, en general vamos llegando a acuerdos. Insisto, no he visto pasar ninguna máquina. Ahora me dirán, “quizás lo hacen por detrás”, pero eso yo no lo he visto. Tenemos dos comités en una bancada que somos todos los del Frente Amplio y funcionamos muy de acuerdo. Vamos definiendo quién va a las comisiones investigadoras, hemos presentado varios proyectos de ley que en general todos los apoyamos. ¿Tenemos diferencias en votaciones?, si, sobre todo en materia internacional. Se habla algo de Cuba, de Venezuela o de Brasil, y unos votan a favor, otros en contra, otros se abstienen y hay quienes salen de la sala. Estas son situaciones legítimas ¿Por qué yo habría de exigirle al Partido Liberal que vote exactamente igual en materia Bolivia? Nosotros tenemos una postura de mar para Bolivia desde siempre y ellos tienen otra postura, lo que no significa que no podamos construir juntos un proyecto. Yo con el diputado Vlado Mirosevic tengo una relación en ese sentido, muy transparente.
Cuesta entender una convivencia entre personas que se hacen parte de las comisiones del gobierno, mientras otros reprueban aireadamente la actitud que adoptó Gabriel Boric. Creo que tienen un común denominador que muchos se quisieran otros, pero digamos que los hegemonismos aparecerán en algún momento, sobre todo de cara a las elecciones municipales.
Está bien, pero yo no he visto a nadie con cara de candidato caminando por la bancada del Frente Amplio. Estamos instalándonos, estamos cumpliendo recién un mes, la gran mayoría estamos aprendiendo de cómo funciona la cámara, estamos sorprendiéndonos de la pérdida de tiempo y lo absurdo de la mitad de las discusiones. Entonces estamos en esta etapa de instalación y descubrir que hay cosas que pueden ser muy interesantes. Además, el Congreso puede ser muy esquizofrénico, porque tú estás hablando de la Ley que declara el 24 de febrero el día del futbolista amateur, terminas, y un minuto después estás hablando del proyecto de ley que busca regular la situación de los niños en la calle, y un minuto después hablas de otra cosa, es todo bien loco, se debe estar en temas muy diversos. Dentro de esta diversidad yo diría que en general nosotros hemos tenido una buena convergencia, pero hay también diferencias. El tema de las comisiones claro que significó un problema político no menor dentro del Frente Amplio; había posturas diferentes, nosotros los humanistas creemos que no es lo más adecuado. También hay estilos diferentes, una cosa es tener diferencias políticas y otra cosa son descalificaciones, ataques personales, ironías. Son lenguajes y estilos diferentes, cada uno tiene el suyo por su propio historial político.
Esto de los estilos es curioso, porque varios de los diputados del Frente Amplio son demasiado distintos. Conozco a Pamela Jiles y veo muy difícil que ella pueda formar parte de una coalición de forma muy armónica, a pesar de que tenemos certeza de su inteligencia y sensibilidad. Otro personaje es Flor Motuda, al cual todos conocemos desde la dictadura ¿Podrían estos cambios de estilos tan pronunciados entre unos y otros dificultar la relación al interior del conglomerado?
Voy a apoyarme en mi optimismo. Creo que hemos tenido dificultades que no han sido fáciles, pero al mismo tiempo creo que esto va mejorando. En el caso del Flor puedo decir que él ha demostrado estar entusiasmadísimo con esto de estar en el Congreso. Es la única persona que yo he visto del Frente Amplio que está en todas las sesiones adentro de la sala y escuchando atentamente. Ha ido votando siempre con estudio previo de los proyectos, me pregunta a mí, a otros y a su equipo, y en función de eso ha ido tomando sus decisiones, entonces tiene un estilo diferente, particular, que llama la atención, pero es una persona que políticamente ha formado parte del humanismo desde siempre. En el caso de Pamela es cierto que tiene un estilo más confrontacional, más duro, pero ha estado totalmente alineada en todas las votaciones que hemos tenido. Entonces hay que diferenciar entre estilos -que desde el punto de vista de los medios es lo que más se ve-, y lo que es convergencia en los proyectos y las votaciones.
El Partido Comunista está solo, parece que se siente solo y quiere buscar alianzas. También hay otras colectividades que buscan sumarse al acontecer político ¿Cuál será la actitud del Frente Amplio o de los humanistas respecto a esta situación? ¿Están abiertos a sumar nuevas fuerzas?
En primer lugar, respecto a si el Frente Amplio está abierto o cerrado, respondo concretamente con lo siguiente: el partido de la Izquierda Cristiana ha solicitado formalmente incorporarse al Frente Amplio, y hoy se está discutiendo en la Mesa Nacional de acuerdo a criterios que ya están definidos. En función de eso creo que evidentemente se incorporarán, así que si, el Frente Amplio está abierto a otras fuerzas que quieran participar y que tengan las condiciones de sintonía con el resto. Respecto al Partido Comunista, nosotros hemos tenido la mejor relación dentro de la Cámara, yo he dialogado mucho y hemos patrocinado varias resoluciones de proyectos de ley con Carmen Hertz sobre todo, pero también con otros como Karol Cariola, en fin, pero ellos no han manifestado en ningún minuto alguna intención de entrar o de no entrar en el Frente Amplio o de salirse o no salirse de la Nueva Mayoría, y por supuesto esa es una definición totalmente interna de ellos, así que soy nuevamente muy claro; en el Frente Amplio no lo hemos discutido formalmente.
Pero cuál es su visión personal. ¿Usted cree que es posible converger con el Partido Comunista?
Yo creo que es perfectamente posible converger en algún momento en ser gobierno y trabajar juntos, por qué no. Pero al mismo tiempo creo que debe haber un proceso de construcción común. En el Frente Amplio hemos estado trabajando casi tres años en todo este proyecto, y hay una búsqueda de un estilo de ser política. Creo que no debe haber hegemonía de uno sobre otro, en la coalición nosotros somos los más antiguos, hay otros que son muy nuevos, y sin embargo, nos comportamos como iguales, como pares, y esto es un gran valor que tiene el Frente Amplio. Me parece importante que cualquier nuevo referente, cualquier partido político que se incorpore al Frente Amplio, ojalá se pudiese sumar a este estilo, a esta forma, y no hablo por el Partido Comunista en particular, estoy hablando en general. No nos hace bien que llegué alguien a imponer su edad, su historia, sus logros, sino que es muy bueno aprender de un trabajo paritario, que es algo que nos han aportado las nuevas generaciones. Estas generaciones nos muestran un nuevo modo que no es el de la dialéctica clásica que hemos conocido en la vieja política. Hay un modo distinto de hacer las cosas y yo prefiero nutrirme de eso, y creo que el Partido Comunista y cualquier otro partido tiene mucho que rescatar de esos modos.
Respecto a la crisis de la Nueva Mayoría, ¿esperan que los militantes desafiliados de sus partidos se sumen al Frente Amplio? ¿O se abren a la posibilidad de volver a converger con los demócratas cristianos, radicales, o socialistas?
Yo nunca creí en la existencia de la Nueva Mayoría. Aquí hubo la Concertación, cuando vieron que estaba desgastado el nombre Concertación, que ya no rendía en el mercado electoral, le cambiaron de nombre, ingresó un partido más y dijeron “ahora sí, ahora es nuevo, y le pondremos Nueva Mayoría”. Pero la verdad es que en el ADN, sigue estando lo mismo, una coalición que mantuvo un modelo económico, político y social heredado de la dictadura, que le hizo reformas –no lo vamos a desconocer-, pero dentro de la mantención de un Statu quo, y que los temas fundamentales que tienen que ver con la transformación estructural del país nunca se tocaron. Entonces a mí me parece que eso está muerto como proyecto hace mucho rato. Nosotros nos salimos el año 1993, hace 25 años, nos decían que estábamos locos, pero en ese momento, a tres años de fundada, ya veíamos como había tomado una dirección que no correspondía. Entonces cuando tú mantienes el modelo neoliberal y crees que le puedes hacer algunos retoques, y que de ese modo vas a cambiar realmente las condiciones del país, estás teniendo una mirada totalmente diferente a la que tenemos nosotros. Muy diferente.
Cuando fueron electos, hace cuatro años, los primeros diputados de lo que es hoy el Frente Amplio, prometieron que lucharían para que el sueldo de los parlamentarios se rebajara. Al Congreso han llegado personas muy jóvenes que ni siquiera alcanzaron a trabajar en ninguna empresa o entidad, y de pronto se encuentran con una dieta bastante abultada…
El tema sigue plenamente vigente, y lo conversamos justo este martes en la reunión de bancada. Lo conversamos porque se cumplen tres años del Proyecto de Ley que presentaron Gabriel Boric y Giorgio Jackson para rebajar las dietas a la mitad, proyecto que sigue esperando. Nosotros volvimos a firmar un compromiso, como candidatos del Frente Amplio, junto a Beatriz Sánchez para impulsar un Proyecto de Ley en esa dirección. Yo creo que no es un tema de voluntarismo, que uno diga “yo me bajo un 30, tú un 40, y tú un 20”, creo que no es una cosa de ese tipo, sino que debe ser un Proyecto de Ley que regule adecuadamente las dietas parlamentarias, y no que dependa de la ocurrencia de uno u otro. Yo no le he preguntado a ninguno de los otros cómo ocupan la dieta. Nosotros estamos aportándola de distintas maneras, buscando que efectivamente se produzca una situación de mayor equilibrio entre los ingresos, pero ajustándonos al mismo tiempo a la ley. Seguimos creyendo –y en eso hay una unanimidad en el Frente Amplio, y debo decir que también lo he visto en otros partidos políticos- que la dieta parlamentaria no tiene nada que ver con la realidad del país. Nadie está diciendo que los parlamentarios ganen el mínimo y tengan que buscarse otro trabajo, pero es una dieta que efectivamente supera lo que corresponde. Me junté con parlamentarios de España y Francia, y no podían creer los valores que yo les daba. Es un escándalo, pero no se resuelve por la caridad personal, se resuelve porque se entiende que se requiere un Proyecto de Ley que las reduzca.