La agencia de noticias ha hecho pública la noticia manifestando que un
edificio de viviendas habitado por familias gitanas ardió la pasada noche en
la ciudad de Leverkusen, población joven, situada junto al río Rin y a medio
camino entre Düsseldorf y Colonia. Leverkusen es famosa, además, por su
equipo de futbol Bayer-Leverkusen. La policía alemana no ha tenido dudas en
afirmar que el incendio tiene una intencionalidad racista y xenófoba.
Los pobres gitanos, inquilinos de las viviendas, pudieron ponerse a tiempo a
salvo, pero el edificio ardió por completo y las llamas afectaron asimismo a
inmuebles vecinos. De todas formas se desconoce en estos momentos cuantas
personas había en el interior del edificio cuando se desató el incendio.
Pero gracias a la intervención de los bomberos se impidió que el fuego
llegara a propagarse a casas vecinas, que resultaron levemente afectadas por
las llamas.
Testigos presenciales afirman haber visto hasta cuatro personas que, tras
lanzar objetos incendiarios por la planta baja del edificio, huyeron en dos
automóviles. Los sospechosos iban vestidos de negro y llevaban la cabeza
rapada, según relataron estos testigos a la policía local. La policía
investiga el posible origen ultraderechista aunque no descarta la
intervención de otros grupos nazis y violentos.
La Unión Romani ha iniciado contactos con los principales líderes y
Asociaciones gitanas alemanas así como con los responsables del Forum
Europeo de los Gitanos que tiene su sede en el Consejo de Europa en
Estrasburgo con el fin de ofrecerse para trabajar conjuntamente en lo que
fuere necesario. Igualmente se ha dirigido a la Organización para la
Seguridad y la Cooperación en Europa con el fin de que hagan la mayor
presión posible para la rápida detención de los criminales incendiarios y
tomen medidas para que se ponga freno a la ola de atentados racistas que
últimamente estamos padeciendo.
Manuel García Rondón, Secretario General de Unión Romani, envía un comunicado uniendo su dolor al de las familias de los jóvenes vilmente asesinados
en Noruega. Dice: *»Hoy, tristemente, nos sentimos unidos en el dolor porque la
bestia racista no conoce límites humanos ni fronteras territoriales»*.