Esta mañana falleció, a los 94 años, el arquitecto Fernando Castillo Velasco, en su hogar y rodeado de su esposa Mónica Echeverría y de sus hijas Carmen y Consuelo.
Premio Nacional en 1983, Intendente Metropolitano, Rector de la Pontificia Universidad Católica y Padre Ilustre de La Reina, comuna en la que fue alcalde durante cuatro períodos, destacado en distintas esferas sociales e impulsor del modelo auto-constructivo que dio origen a la Villa La Reina.
En 1994 fue nombrado Intendente Metropolitano por el entonces presidente Eduardo Frei Ruiz-Tagle, cargo que desempeñó durante casi seis meses, renunciando voluntariamente por negarse a firmar un decreto que prohibía una marcha del Partido Comunista el 11 de septiembre ante la puerta de Morandé 80 del Palacio de La Moneda.
Durante la movilización de los estudiantes en el año 1967 que impulsó la Reforma Universitaria, Fernando fue designado Rector Interino de la Pontificia Universidad Católica desde el Vaticano y posteriormente elegido Rector de esa casa de estudios por votación, convirtiéndose en la primera y única autoridad máxima de la UC elegida por la comunidad universitaria.
Castillo Velasco dirigió en este período un trabajo de modernización de la Universidad Católica, al alero de la agenda del presidente Salvador Allende. En 1973, luego del Golpe Militar, aceptó la invitación de la Universidad de Cambridge para sumarse a su plantel docente.
En 1982, integra el grupo de fundadores de la Universidad de Arte y Ciencias Sociales (Arcis). Durante 2011 recibió una de sus últimas condecoraciones: Doctor Honoris Causa de la facultad de Arquitectura de la Universidad San Sebastián.
Su actividad política es notoria, con cuatro períodos en la alcaldía de La Reina, comuna donde nació y vivió hasta sus últimos días. Su primer período comienza en 1964, cuando el presidente Eduardo Frei Montalva lo nombra como primera autoridad. Más tarde, sería condecorado como Padre Ilustre de La Reina.
Si bien sale del país en 1973, interrumpe su exilio en 1978, año en que regresa a Chile, iniciando una serie de actividades en el ámbito de su profesión, la arquitectura, recibiendo el Premio Nacional en 1983.
Forma parte del equipo de la revista de oposición a la dictadura Análisis, en la que se desempeñó incluso como presidente del directorio.
Durante esta década, contrajo un cáncer de laringe, enfermedad que pudo superar luego de varias operaciones, dejando a su voz con consecuencias irreparables que sin embargo no le impidieron jamás callar.
Sin duda ha sido un modelo de demócrata, con trayectoria humanista infatigable y de enorme coherencia, que hizo de Chile un mejor país.