En Egipto, surgieron nuevos enfrentamientos tras una semana de relativa calma. Al menos siete personas murieron y más de 260 resultaron heridas en una noche de violencia provocada por el derrocamiento del Presidente Mohammed Morsi, ocurrido este mes. Los seguidores de Morsi y la Hermandad Musulmana bloquearon el tráfico y marcharon en una plaza importante, lo que generó la ira de los habitantes locales. La policía lanzó gases lacrimógenos y disparó perdigones a la multitud, mientras los manifestantes lanzaban piedras. El estallido de violencia ocurrió mientras se producía la visita a Egipto del Subsecretario de Estado estadounidense, William Burns, quien fue el primer funcionario del país en viajar a territorio egipcio desde el derrocamiento de Morsi. El Subsecretario de Estado habló durante una conferencia de prensa realizada el lunes.

William Burns dijo: “Los egipcios son los únicos que pueden decidir sobre su futuro. No vine a traer soluciones estadounidenses, ni vine a dar lecciones a nadie. Sabemos que los egipcios deben forjar su propio camino hacia la democracia. Sabemos que ese camino no será un reflejo del nuestro y no intentaremos imponer nuestro modelo en Egipto. Estados Unidos defenderá determinados principios fundamentales, no a personalidades ni a partidos”.