Comunicado de Ganemos Madrid, en relación a los hechos sucedidos ayer con la muerte de un ciudadano en Lavapiés.
Mame Mbaye cayó desplomado por un infarto, varias personas testigas y compañeros manteros que corrían con él han relatado que se trataba de una persecución de la policía municipal. Lavapiés se llenó ayer de rabia y de indignación. De repente, las versiones contrapuestas habituales. A un lado, quienes vivieron de cerca la situación explican con normalidad la enésima persecución y hostigamiento a la venta del Top Manta, esta vez con un final trágico. Del otro, versiones institucionales que llaman a la calma y a esperar las conclusiones de la recién iniciada investigación. Las manifestaciones y concentraciones ya están convocadas, la primera noche de disturbios en Lavapiés ha pasado. Horas después de lo sucedido no hay ninguna explicación oficial, ningún dato por parte del principal responsable de lo sucedido, el Ayuntamiento de Madrid.
Desde Ganemos Madrid nos sumamos a la indignación que ha inundado las calles de Lavapiés, las redes sociales y a las vecinas y los vecinos de nuestra ciudad. Exigimos una investigación y que se diga la verdad. Son dos años ya desde que la Asociación de Inmigrantes Sin Papeles y el Sindicato de Manteros y Lateros de Madrid empezaron a presentar denuncias por hostigamiento, persecuciones, malos tratos y palizas por parte de agentes de la policía municipal, sin que haya una respuesta clara ni haya cambiado esta situación.
Ni siquiera cuando se hicieron públicos los mensajes xenófobos de WhatsApp de un nutrido grupo de policías municipales, que alentaban estas persecuciones y respaldaban prácticas racistas, se iniciaron acciones para acabar con estas prácticas de la policía municipal. Mensajes como “otra opción puede ser el incrustarles casquillos vacíos en la nuca a martillazos” no eran suficientes para escuchar a quién llevaba años denunciando persecuciones cotidianas.
A los datos a aclarar se deben sumar también y hacerse públicos los métodos que han acompañado al denominado plan policial contra los manteros que puso en marcha el Ayuntamiento de Madrid en el verano de 2016 y que anunciaba la persecución de aquellos que venden en la manta. Dado que este plan es el que explica el contexto en el que se dan estas persecuciones y carreras a manteros en el centro de Madrid y que se han convertido ya en algo habituales.
Pero esta vez ha salido algo mal. A Mame Mbaye, uno de los senegaleses, guineanos o mauritanos que vemos correr aterrorizados perseguidos por la policía, le ha fallado el corazón. No suele pasar, pero esta vez la presión infinita a la que se somete a estas personas, seguramente la escala social más baja para el racismo y la desigualdad que imperan en esta ciudad, ha partido el corazón de nuestro vecino de 34 años.
Esta vez no se pueden echar balones fuera. La apertura de investigaciones y la depuración de responsabilidades debe mirar más allá. No vale ni como argucia para ganar tiempo, ni como medio para desenfocar el hecho. Debemos reconocer que esto pasó ayer, pero podría haber pasado en cualquier otro momento.
Por este motivo, esta investigación tampoco debería dejar de lado cuáles han sido las razones por las que no se ha sido capaz de poner en marcha en dos años una sola medida social específica y efectiva para apoyar a las personas migrantes que cruzan la frontera huyendo de la miseria que la propia Unión Europea provoca en África. Y por esta razón, también se debe explicar por qué de nuevo la eficacia y la diligencia han caído del lado de las medidas represivas y policiales.
En Ganemos Madrid creemos que debe abrirse un verdadero debate público sobre lo que ha significado este plan policial contra los manteros y sus consecuencias. También en favor de quién pretende hacer caer la balanza a la hora de aplicarlo.
Desde Ganemos Madrid pensamos que de nuevo se han aplicado criterios racistas y discriminatorios a la hora de abordar la cuestión del Top Manta. De nuevo, aquellos que menor capacidad tienen de protestar, quienes menos protagonismo tienen en nuestra sociedad y quienes menos derechos pueden ejercer son quienes han tenido que sufrir las inmediatas consecuencias policiales que les arrojan aún más a las garras de la Ley de Extranjería y de la marginación, mientras veían que las medidas sociales destinadas a cambiar sus vidas nunca terminan de llegar.
Exigimos una investigación que tenga altura de miras, que saque a la luz lo que realmente ha sucedido y que hable claro, que sea capaz de determinar conclusiones sobre las políticas llevadas a cabo en este campo y que, por último, depure las responsabilidades políticas que correspondan.