En una entrevista interactiva realizada en Boston, EEUU, el lunes por la agencia BBC Mundo británica, Chomsky subrayó que *»por primera vez en 500 años los países sudamericanos han comenzado a integrarse en forma significativa»*, destacando que el sistema democrático boliviano ha incluido a los más oprimidos.
*»Se trata de la población más oprimida del Hemisferio, la población indígena, que ha estado luchando por años sobre asuntos muy importantes»*, dijo.
Afirmó que la iniciativa del proceso boliviano, que demoró casi una década en cuajar, la tomaron las mayorías indígenas bajo el liderazgo de su primus inter paris.
*»Hace una década lograron correr de Bolivia a la Corporación Bechtel cuando se trató de privatizar el agua (en la ciudad central de Cochabamba, al este de la capital La Paz) lo que significó que mucha gente no podía tener acceso a la misma. Fue una victoria sangrienta y grande. Siguieron adelante y finalmente en el 2005 entraron al campo político y eligieron a alguien de sus mismas filas, un campesino pobre, en una elección en la que se habló de temas muy serios sobre los que la gente estaba informada»*, ponderó el intelectual, uno de los más reputados de su país.
Crítico agudo de la política exterior de su país, puntualizó que Washington se alió con la oposición regional al gobierno de Morales, en un intento por socavar su base.
*»Las élites de la zona este de Bolivia están tratando de minar el proceso y, naturalmente, EE.UU. los está apoyando»*, afirmó al tiempo de identificar a la oposición boliviana.
Chomsky se deshizo en elogios para el proceso popular boliviano, al que otorgó el calificativo de *»bastante espectacular»* al enmarcarlo en los tiempos de cambio que soplan en la desperezada Sudamérica.
*»Tomemos, por ejemplo, el caso de Bolivia, el país más pobre de Sudamérica, donde hay un movimiento popular que ha sido bastante espectacular, si lo comparamos con otros»*, afirmó.
Al analizar el proceso de integración sin procedentes que se registra en Latinoamérica, después de ocho años de la administración estadounidense del republicano George W Bush (2000-2008), Chomsky valoró de *»inspiradores»* los cambios que fraguan en la región.
*»En Sudamérica se han dado cambios muy interesantes. Por primera vez en 500 años los países sudamericanos han comenzado a integrarse en forma significativa, tras haber estado separados a lo largo de su historia»*, destacó.
Agregó, en la misma corriente de análisis, que *»también están comenzando a encarar algunos de sus grandes problemas internos y en este sentido pienso que algunos de los cambios que se están dando son inspiradores»* en la región.
En momentos en que analistas internacionales hablan de una América Latina antiestadounidense, especialmente después de la administración Bush, dijo que el presidente brasileño Inacio Lula da Silva es, pese a su tendencia progresista, el último enclave para reproducir en Sudamérica la influencia política dictada desde Washington.
*»El presidente Lula en Brasil es ahora, de alguna manera, el favorito de Washington, pero esto es así porque casi toda la región se ha movido tanto a la izquierda que Lula es su única esperanza. Y el de Lula es el tipo de gobierno que EE.UU. habría derrocado hace 40 años»*, expuso.
Chomsky respondió desde Boston, donde enseña desde hace más de medio siglo en el prestigioso Instituto de Tecnología de Massachussetts, en una entrevista en la que destacó que lo mejor que le pudo pasar a América Latina fue que la administración Bush no le prestara demasiada atención.