La ironía y la burla, el manifiesto sentido del humor del movimiento estudiantil chileno que pide reformas urgentes al sistema educativo y el fin al lucro en las casas de estudio, dejó en ridículo las medidas tomadas por el Ministro del ramo que adelantó las vacaciones a fin de impedir las movilizaciones.

Por el contrario, los jóvenes se movilizaron masivamente para «ir a la playa» en frente de la casa central de Universidad de Chile y de otros establecimientos, donde se reunieron con pelotas de plástico, arena y mar simulado, gafas para el sol, sombreros de playa e incluso trajes de baño (en pleno invierno) para disfrutar de sus pic-nic y del relajo de sus vacaciones impuestas en pleno centro de la ciudad.

La «playa» reunió también a profesores, dirigentes nacionales del Colegio de Profesores y apoderados que apoyan el paro de los estudiantes.

La manifestación contó – además – con un regalo, siempre en la tónica del humor predominante: un pasaje aéreo para el Ministro, sólo de ida, a una renombrada playa en la que él también pueda tomarse unas vacaciones sin retorno.