El nuevo brote de fiebre amarilla ha generado una verdadera carrera hacia los puestos de salud en la ciudad de São Paulo. No son raros los casos de personas que pasan la noche en busca de la vacuna.
Entonces, ¿qué es mito y verdad en el nuevo brote de fiebre amarilla? En este artículo vamos a explorar este asunto tratando de traer información para el lector a fin de subsanar las dudas y poner fin en la desinformación.
1. Los monos transmiten la fiebre amarilla
Mito. Los monos como los humanos son anfitriones del virus. La transmisión es hecha por mosquitos infectados.
2. La fiebre amarilla es una enfermedad que en etapas graves puede llevar al individuo a la muerte
Verdad. La patología puede llevar a la muerte en los casos más graves.
3. Todas las personas deben vacunarse bajo el riesgo de contraer la enfermedad
Mito. Sólo las personas que viven en zonas de vegetación espesa y que desean viajar a estas localidades deben buscar la vacunación. La vacunación de personas que no cumplen estas condiciones es preventiva, para evitar la contaminación y un eventual traslado de la fiebre -que sigue siendo silvestre- hacia la fiebre amarilla urbana. En esta versión de la patología, la transmisión también ocurre en áreas urbanas. En Brasil desde 1942 no hay casos de fiebre amarilla urbana, la última de este tipo ocurrió en el estado de Acre.
4. Aun siendo una fiebre del campo, es importante para quien vive en los centros urbanos tomar las debidas precauciones
Verdad. Aunque todavía no hay casos de fiebre urbana, todo el cuidado es poco. Se hace vital la realización de esfuerzos para evitar la procreación del famoso mosquito del dengue – el Aedes Aegypti. Y también buscar la vacunación preventiva.
El brote de fiebre amarilla puede estar vinculado al desastre socioambiental de Mariana. El incidente según los expertos alteró el ecosistema de la región y creó las condiciones necesarias para un brote de la enfermedad. Debido a que los cambios ambientales causan estrés en los animales, como en el caso de los monos, que tienen dificultades para alimentarse, y por esa razón corren el riesgo a contraer la fiebre amarilla por picaduras de mosquitos contaminados con el virus.
En el norte de la ciudad de São Paulo, donde hubo casos de monos muertos por la enfermedad culminando, incluso, con el cierre del Huerto Forestal, es una localidad que sufrió el impacto de las obras del trecho norte del Rodoanel. Ello que puede haber causado cambios en el ecosistema local y, por consiguiente, haber creado las condiciones necesarias para la propagación de la enfermedad.