Me refiero a que tendrá que decidir si apuesta por un pacifismo “táctico” momentáneo, que en según qué circunstancias justificaría el uso de la violencia o elige definitivamente la vía de la no-violencia como metodología de acción revolucionaria, luchando contra toda forma de violencia. No hay otra forma de erradicar la violencia que utilizar la no-violencia.
Porque la violencia no solo se expresa en la forma física cuando hay agresión, maltrato físico o incluso eliminación de otra persona. Estas son las formas más evidentes de violencia. Pero la violencia tiene otras expresiones, muchas veces no tan “identificables” pero no por ello menos peligrosas y destructivas. Hay violencia económica, cuando se impone unas reglas en los mercados que provocan catástrofes, creando hambrunas y millones de desempleados en todo el mundo. Hay también una violencia racial, cuando se discrimina por raza, origen color de la piel. Hay violencia religiosa en los fundamentalismos intransigentes, en los fanatismos religiosos, en las persecuciones en nombre de dios, la fe o las sagradas escrituras. Hay violencia generacional cuando se discrimina a los jóvenes (hoy ya se ha instalado: ser joven es ser sospecho). También por la edad se discrimina a los niños y a las personas mayores. Hay violencia de género cuando se margina a la mujer. Hay otras violencias como la que se ejerce contra quienes tienen una orientación sexual fuera de lo establecido por la propia cultura. Hay violencia en las culturas cuando sustentan costumbres que van en contra de la dignidad de las personas o en confrontación con otras culturas. Hay violencias más sutiles, como la violencia psicológica, cuando fomentan el temor y se manipula a la gente con falsos fantasmas.
Nuestra sociedad está llena de todas estas formas de violencia y tenemos que hacer un trabajo que comienza por identificarlas para poder denunciarlas, para después implementar mecanismos de lucha contra ellas hasta llegar a erradicarlas.
Me parece que lo realmente novedoso en las movilizaciones que se están dando, que además de tener mucha fuerza y permanencia, se manifiestan con gran suavidad y tacto, y con mucha resistencia a la provocación, lo novedoso, es que se están haciendo de forma pacífica y con la metodología de la no-violencia. Con exquisito cuidado en el trato entre la gente y también con los policías que, cada vez menos están por los alrededores. He visto como los acampados les ofrecían bebidas y bocadillos.
Hasta ahora esta actitud en las concentraciones ha sido tacita, no se ha explicitado, salvo en algunos momentos en los que se coreaba a gritos espontáneos: ¡no-violencia!, ¡no-violencia! En alguna asamblea en que he participado algunos compañeros propusieron tomar una posición explícita sobre este tema. Proponían comprometer esta gran movilización con la metodología de la “no-violencia”. Muchos estábamos de acuerdo, creo que la gran mayoría, pero hubo algunas voces contrarias al compromiso explícito. Finalmente no se pudo tomar una resolución. Ni siquiera se llevo a votación, pues algunos argumentaban que hacerlo dividiría al movimiento.
Como ha ocurrido en las movilizaciones que nos han precedido en Túnez, Egipto y otros países árabes, donde se pueda mantener y reforzar la vía de la no-violencia, las revoluciones progresarán, y donde se vuelva a los usos primitivos de la violencia, las revoluciones se verán seriamente comprometidas. En los lugares donde la violencia se active los procesos se atascarán y seguro que finalmente se retrocederá, a costa además de grandes sufrimientos humanos.
Este fenómeno nuevo que comienza en un país y acaba contagiando a gran parte del mundo árabe, salta fronteras físicas y culturales pasa a España, se transforma en *#spanishrevolution* y con toda probabilidad se extienda por otros países europeos y ¿porque no? a países americanos y asiáticos, porque en todos ellos sufrimos la misma situación. Variando pequeñas cosas en todos sucede que la indignación con los gobernantes y el sistema es generalizada.
Además, volviendo al tema de: violencia si en ciertas ocasiones o nunca actuar con violencia. Algunos hablan de que en “ciertas circunstancias” seria entendible o justificable el uso de la violencia. ¿En qué situaciones? ¿Sería una decisión individual de cada cual? De no ser así ¿Cuándo, dónde y quien decidirá en el 15-M si es necesario o no utilizar la violencia frente a una situación precisa? ¿Es que se va a convocar una asamblea general para debatirlo? ¿Es que cada grupo tiene libertad táctica de implementación?
Creo que no tardara mucho tiempo en el que el movimiento 15-M asumirá explícitamente la no-violencia activa como metodología de acción. Si no lo hace sus días están contados. Por el contrario si lo hace, el 15-M no-violento, hará historia.