El lunes 4 de abril la Facultad de Filosofía y Letras inauguró el Centro de Innovación y Desarrollo para la Acción Comunitaria (CIDAC), en Suárez y Lafayette, Barracas, Ciudad de Buenos Aires. Participaron del acto autoridades nacionales y de la Universidad de Buenos Aires.

El Cidac está dividido en áreas: salud mental comunitaria, asuntos jurídicos, trabajo infantil, salud y población, educación, ambiente, formación para el trabajo, arte y sociedad, migraciones, entre otras, y cada una de ellas tiene un proyecto propio. “Aquí ponderamos la agencia no solamente social, sino política y epistémica de los sectores populares”, dice Ivanna Petz, subsecretaria de Extensión Universitaria y Bienestar Estudiantil de la facultad.

De esta forma y con la participación de docentes, no docentes, estudiantes, graduados además de distintos actores sociales barriales, se pretende buscar alternativas que aporten al logro de una mejora en la calidad de vida de quienes habitan el sector sur de la Ciudad de Buenos Aires.

Los seminarios y talleres trabajarán así: lo primero es ubicar el problema, luego desarrollar la investigación y por último pasar a la academia, es decir, a las clases. Hay una ecuación que se da vuelta: “El recorrido es inverso a la forma clásica de enseñanza académica. Aquí no se parte del seno de la disciplina, sino de la situación concreta”, dice Ivanna Petz, y Mirtha Lischetti agrega: “El trabajo es con las manos, con lo cotidiano, y no desde el ministerio”.

El Centro desarrolla programas y proyectos de producción e innovación del conocimiento científico y tecnológico que atiendan a los problemas urgentes de los sectores menos favorecidos.

Bajo este proyecto, que fue financiado por el Ministerio de Trabajo de la Nación, los grupos de investigación y docencia de la UBA apuntarán a entrar en contacto con las distintas problemáticas sociales del barrio y sus alrededores, e intentarán articular soluciones de manera interdisciplinaria y colectiva. “Venimos a escuchar, a trabajar con el barrio, pero no hacemos asistencialismo”, remarca Petz y comenta el proceso de constitución del proyecto: “Tuvimos que acompasar dos lógicas burocráticas, la del ministerio y la de la facultad”. El proyecto del Cidac, en efecto, comenzó con reuniones en la cartera de Trabajo, mientras desde la facultad empezaban a vincularse con distintas organizaciones de la zona para convocar a desocupados que pudieran interesarse en la propuesta. En junio de 2009 empezó la edificación y este cuatrimestre, luego de un largo trabajo, pudo inaugurarse y ponerse en marcha.

De esta manera, implementa un modelo de gestión participativo comunitario a partir de la sinergia entre la comunidad, el estado y la universidad.

Fuente: Página 12