Los efectivos irrumpieron en Estambul cuando la policía irrumpió por la madrugada y la noche para desalojar con carros hidrantes y gases lacrimógenos a manifestantes que protestan allí desde hace días, dejando cientos de heridos y detenidos.

La policía se lanzó a recuperar la plaza horas después de que el primer ministro, Recep Tayyip Erdogan, anunciara su disposición a negociar con ecologistas que acampan en el adyacente parque Gezi como parte de una protesta cuya represión derivó en una ola de  manifestaciones que tienen en vilo a Turquía desde hace 12 días.

Por eso, el primer avance de la policía, a las 7.30, de la mañana (1.30 hora de Argentina) sorprendió a la mayoría de los manifestantes que acampaban en la plaza circular.

Los agentes se enfrentaron con una multitud que respondió a los gases y a los chorros de agua a presión con adoquines, bombas molotov y bengalas, según imágenes de canales de TV turcos.

Sin embargo, los manifestantes denunciaron luego que quienes arrojaron las bombas molotov eran policías infiltrados.

En la red social Twitter, activistas afirmaron que los enfrentamientos de la mañana fueron una puesta en escena policial y difundieron fotos de los supuestos manifestantes vestidos con ropas protectoras, máscaras de gas de marcas que usa la policía e incluso con armas que asoman de sus bolsillos.

El gobernador de Estambul, Huseyin Mutlu, desmintió terminantemente que haya policías infiltrados entre los activistas y aseguró que son «mentiras que instalan las distintas redes sociales».

Por la represión de hoy hay cientos de personas heridas, cinco de ellas de gravedad, según denunció la Asociación Médica Turca.

Ahmet Ozdemir Aktan, presidente de esta organización, declaró al diario Hurriyet Daily News que cientos de personas resultaron heridas en el desalojo matinal, la mayoría por golpes en la cabeza debido al impacto de las granadas de gas lacrimógeno disparadas por la policía a muy corta distancia.

El 31 de mayo pasado, la policía dispersó por la fuerza a miles de personas que acampaban en la plaza Taksim para oponerse a planes del gobierno de talar árboles en el parque Gezi como parte de un proceso urbanístico de reforma de ese espacio público.

El hecho desató manifestaciones de repudio a la represión y de apoyo a los activistas de Gezi en todo el país que paulatinamente se convirtieron en una protesta más general contra el gobierno islamista moderado de Erdogan, que ganó las últimas tres elecciones por un amplio margen.

El saldo de víctimas por la represión ya suma tres muertos y cerca de 5.000 heridos.

Luego de la primera carga de hoy en Taksim, la policía afirmó que no ingresará al parque Gezi, albergue temporal de miles de manifestantes por estos días, sino que únicamente «limpiará» la las pancartas y banderas colgadas en la plaza desde el inicio de las protestas.

Para el mediodía, los agentes habían logrado descolgar en la plaza las pancartas y banderas de los manifestantes, aunque centenares de personas continuaron resistiendo al avance de las fuerzas de seguridad, en la mayoría de los casos pacíficamente.

Durante el resto del día, las voces de repudio y rechazo contra el nuevo embate policial se multiplicaron, inclusive frente a la sede de los Tribunales de Estambul, en donde al menos 50 abogados fueron detenidos por protestar contra la represión, informó Hurriyet Daily News.

Al atardecer, una multitud de manifestantes comenzó a marchar nuevamente hacia la plaza Taksim al grito de: «En todas partes Taksim, en todas partes resistencia».

Menos de una hora después, la policía volvió a cercar la plaza y a reprimir con gases lacrimógenos y carros hidrantes.

Varias ambulancias llegaron al lugar para atender a un número no precisado de heridos, informó el canal CNN Turk, y según las imágenes del canal estadounidense ABC News, los enfrentamientos continuaban entrada la noche en calles aledañas.

Minutos después de conocerse las primeras imágenes del segundo desalojo violento, el gobernador Mutlu responsabilizó a un «grupo marginal» de provocar un clima de caos y advirtió que la policía seguirá sus operaciones de desalojo en Taksim «día y noche».

«Le pido a los ciudadanos que están allí que se separen de ese grupo marginal y abandonen la plaza. Es muy importante para la seguridad de todos que cumplan con nuestro pedido», escribió el gobernador en su cuenta de Twitter.

Unas horas antes, tras la violenta represión de la mañana, el primer ministro turco también había responsabilizado a los medios de prensa por el saldo de cientos de heridos.

«Los medios internacionales están desinformando de forma sistemática, y con las instituciones de prensa malintencionadas crecieron las protestas», sostuvo Erdogan frente a un grupo de diputados miembros de su Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP), informó la agencia de noticias EFE.

El premier turco pidió a todos los manifestantes en el parque Gezi «entender lo que pasa», en referencia a su denuncia de que entre los ecologistas hay infiltrados «terroristas» y miembros de la oposición que quieren poner fin a su gobierno.

Anoche el premier había anunciado su disposición a reunirse mañana con los ambientalistas que acampan en el parque Gezi en contra del proyecto oficial para demoler ese espacio público.

Sin embargo, la Plataforma de Solidaridad de Taksim aseguró hoy que hasta el momento no recibió ninguna invitación a negociar.