El periódico The New York Post, que publicó esta información, indicó también que debido a la ley de confidencialidad médica estadounidense no ha podido verificar si la mujer de origen africano tiene sida o está infectada por el virus VIH, pero recoge un testimonio de un trabajador de esa organización que afirma que para habitar en uno de esos apartamentos, se tiene que ser seropositivo.
*»El apartamento no está alquilado a su nombre»*, indicó esa persona al Post, ya que la organización alquila las viviendas bajo su nombre y luego ubica a los beneficiarios de sus programas.
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El diario revela también que la mujer *»dijo a la Policía que después de haber sido sodomizada, escupió el semen al suelo y que los investigadores están haciendo pruebas sobre el ADN de esa muestra»*.
En sus declaraciones a la NBC, Jeffrey Shapiro, el abogado de la camarera, indicó que su cliente *»tiene mucho miedo y se siente superada»* por la situación, que considera como *»una pesadilla»*, pero que también está dispuesta a colaborar con la Policía y la Fiscalía neoyorquina.
*»No tiene una agenda. Lo está haciendo porque considera que es su responsabilidad»*, dijo Shapiro a la NBC sobre esta mujer, una inmigrante africana de origen guineano, de 32 años, musulmana, viuda y madre de una adolescente, que llegó hace siete años a Estados Unidos como asilada.
La mujer, que según la prensa francesa se llama Nafisatu Dialo, trabaja hace tres años en el hotel neoyorquino en el que ocurrió el incidente, pero todavía no ha sido capaz de reincorporarse a su actividad laboral.
Según Shapiro, no hubo relación sexual consentida entre su cliente y el director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Dominique Strauss-Kahn.
*»Creo que sus alegaciones de que hubo sexo consentido no son ciertas»*, afirmó.
Shapiro subrayó que *»no hubo nada de mutuo acuerdo en la habitación de ese hotel»*, en respuesta a las declaraciones de la defensa de Strauss-Kahn que han dejado entrever la posibilidad de que durante el proceso judicial su cliente declare que hubo una relación sexual de mutuo acuerdo.
El mediático abogado del político francés, Benjamin Brafman, ya señaló el martes a la prensa que, a su parecer, algunas de las pruebas presentadas por la acusación *»no concuerdan con un encuentro por la fuerza»*.
Strauss-Kahn, también llamado DSK por la prensa francesa y estadounidense, está en prisión preventiva en Rikers Island, un centro penitenciario ubicado en una isla del río East y muy conocido por ser escenario de famosas series de televisión como *»Law and Order»*, que precisamente relata la manera de actuar de la unidad especial contra los delitos sexuales que forma parte de la Policía de Nueva York y que fueron los que detuvieron al dirigente.
La fiscalía neoyorquina, que acusa a DSK de siete delitos de abuso sexual e intento de violación por los que podría ser sentenciado a penas que van de 3 a 25 años, en el caso de los más graves, señaló por su parte que disponen de pruebas forenses para demostrar sus acusaciones.
El político y economista francés, que está sometido a una vigilancia especial durante las 24 horas del día para evitar un posible suicidio, tendrá que comparecer ante un tribunal penal de Manhattan el próximo 20 de mayo.
Mientras tanto, según el procedimiento jurídico estadounidense, se procede a la formación de un gran jurado o jurado de acusación (tribunal integrado por entre 16 y 23 ciudadanos), que tendrá que decidir si aprueba o no la acusación presentada por la Fiscalía en el caso de esos delitos -considerados mayores- para después ir a la apertura del juicio.
Fuentes del ente judicial han declinado comentar ese proceso, que es secreto y se han limitado a precisar que *»solo se comunicará si se ha votado o no a favor de una acusación formal»*.