Sobre estos disturbios en Turquía, es en las redes sociales donde seguimos encontrando nuevos testimonios. Nos dicen que al principio hubo protestas pacíficas para proteger el Parque de Taksim Gezi, pero pronto la policía atacó a los manifestantes y la gente de inmediato hizo grandes reuniones multitudinarias para protestar contra la utilización desproporcionada de la fuerza policial. Además, ya se sumaban algunos grupos violentos racistas, sexistas, militaristas a participar en las manifestaciones, pero la mayoría de la gente no dejó de tomar la iniciativa y se han expresado contra la violencia en los medios de comunicación social. Las manifestaciones de miles y miles de personas se expandieron a más de 90 lugares y en 48 ciudades, son muchas las personas lesionadas e incluso hay muertos por la acción policial y no pocos detenidos en cárceles (aunque algunos están en un estadio).  Es mucha la gente brindan ayuda al conjunto, tanto al distribuir información veloz como dar asistencia médica voluntaria y proveer apoyo jurídico para superar los sufrimientos de las personas afectadas a día de hoy. La dureza policial aumenta y ha comenzado a atacar a los médicos y abogados también. 

Es en muchas ciudades donde la policía utiliza la violencia y en algunos lugares es imposible evitar que la gente de se defienda de la policía cuando se les dispara con cápsulas de gas, chorros de agua, etc. 

Hay un sentimiento que aumenta cada vez más en contra de la violencia y del gobierno que la propicia, por eso se está pidiendo la renuncia del primer ministro.

La participación de los vecinos es notable, pues la gente ayuda a los manifestantes desde sus casas, ponen toallas blancas en sus ventanas como una señal de ayuda y asisten aplicando limón y el vinagre a los manifestantes necesitados para que se recuperen de los efectos de los productos químicos usados por de la policía. 

Además, encienden y apagan las luces de sus casas de modo continuo durante rato hacia las 21 hrs. todos los días y hacen ruido con cacerolas, golpeándolas con cucharas en señal clara de protesta por los acontecimientos. También se manifiestan en lugares religiosos, asociaciones civiles y en sus casas, aunque preferentemente lo hacen en parques y plazas, pidiendo el fin de la violencia del régimen policial, algo que ha irrumpido de modo inusual en Turquía. 

Por parte de los medios y agencias informativas, sabemos que El vicepresidente del Gobierno turco pide disculpas a los heridos, así el poder Ejecutivo intenta aplacar las protestas y manifiesta su disponibilidad a reunirse con los manifestantes; al tiempo que una huelga de funcionarios eleva la presión sobre el primer ministro Erdogan. Y, tristemente, un joven de 22 años se convierte en la segunda víctima mortal durante estas protestas.

Tal declaración es una clara señal de preocupación y deseo de frenar el estallido social turco, este pedido de disculpas por la «excesiva violencia» con la que la policía reprimió las primeras protestas es acompañado por reconocer que las acciones ciudadanas hechas para salvar el parque de Gazi junto a la céntrica plaza Taksim de Estambul son «justas y legítimas».

Declaraciones que siguen en el tono conciliatorio expresado ayer por el presidente Abdulá Gül, en claro contraste con las duras reacciones del primer ministro, Recep Tayyip Erdogan, objeto principal de las protestas.

Por otra parte, estas palabras se pronuncian justo con el inicio de la huelga convocada por  Confederación de Sindicatos de Trabajadores Públicos, con unos 240.000 afiliados; lo que pareciera dar lugar a una incipiente institucionalización de las protestas. Es una “huelga de advertencia”, indican, para este martes y este miércoles, en protesta por la represión policial de las manifestaciones y que llega en la quinta noche de protestas violentas en contra del Gobierno, coincidente con la muerte de un manifestante en la provincia de Hatay (al sudeste del país). El joven de 22 años, ha muerto en el hospital de Antioquía tras recibir un disparo en la cabeza durante una protesta en esa ciudad. Según declaraciones de un diputado recogidas por France Presse, era miembro de las juventudes del Partido Republicano del Pueblo (CHP), el principal de la oposición. Con este son dos los muertos en el transcurrir de las manifestaciones.

 

Bien, revisando los días de protestas, sabemos que miles de personas volvieron a ocupar el lunes pasado el centro de Estambul por tercer día seguido en la mayor protesta popular de los últimos años contra el Gobierno turco y, aunque unidos en sus llamamientos a la dimisión del primer ministro, los manifestantes, mayormente jóvenes, no expresan de forma unitaria sus diversas demandas o condiciones para retirarse de la plaza de Taksim, origen y centro de las protestas.

El viernes, los miles de manifestantes que intentaron ocupar dicha plaza nuevamente, fue recibidos por la policía que respondió con cargas, cañones de agua e ingentes cantidades de gas lacrimógeno y además, las protestas y la violencia se extendieron a la capital del país, Ankara, y a otras ciudades; pero, finalmente, el sábado por la tarde la policía se retira del centro de Estambul, tomado por los manifestantes desde entonces, quienes lo celebra, pero los disturbios han continuado en el distrito de Besiktas de esta misma ciudad y prosiguen en otros lugares del país.

La solidaridad internacional no deja de sentirse y surge una campaña para llevar la protesta en Turquía a las páginas del New York Times. Saben que es la información a esos niveles lo que haría cambiar al gobierno turco. La modalidad es pedir fondos a la multitud, en inglés, ‘crowdfunding’, para poder publicar una página completa en el NYT o Washington Post (segúnThe Guardian), dando a conocer lo que pasa en Turquía,

Con este estilo de campaña de financiación en masa en Internet (el ‘crowdfunding’ ) se consiguió recaudar más de 55.000 dólares en solo 24 horas, con lo que se podrá pagar un anuncio a toda página en el New York Times, reclamando mayor democracia y diálogo en Turquía. Campaña que se titula: Anuncio a toda página para la democracia en acción en Turquía, que iría en inglés, y la han puesto en marcha en la web de ‘crowdfunding’ Indigogo sólo tres personas que aseguran no pertenecer a “ningún partido político” y que lo hacen “en representación de la sociedad turca”. El objetivo es recaudar los 53.000 dólares que cuesta poner el anuncio en una página del New York Times y aún quedan 27 días para que finalice el plazo de recaudación. Cerca de 2.000 personas ya han contribuido en la financiación de esta campaña.

E inician un proceso de votación para que sean los propios ‘mecenas’ los que decidan entre tres versiones diferentes presentadas para el anuncio. Todo es diferente ahora con Internet, no se puede callar lo que pasa en un país.

Resumiendo, ya son hasta 1.700 personas han sido detenidas en 67 ciudades en las protestas contra el Gobierno. Y fue la destrucción de un parque hizo detonar las protestas contra la «islamización» del país.

La protesta por la tala de varios árboles que comenzó de modo pacífico, desembocó en encendidas protestas desde el pasado viernes en diversas ciudades del país, aunque ahora volver poco a poco una tensa calma.

El primer ministro Recep Tayyip Erdogan ha asegurado que no se construiría ningún centro comercial – según Reuters – pero sí derribará un centro cultural y construirá una mezquita además de otras edificaciones.

Y ¿cuál es el trasfondo de las quejas?, ahora es una lucha contra la actitud dictatorial del Gobierno, porque, “cada vez que tres o cuatro colegas se manifiestan por algo, mandan un blindado de la policía«, denuncia una estudiante que ha acudido a limpiar la basura provocada por las protestas en el ya simbólico Parque Gezi, a la agencia EFE.

Es que en un país de mayoría musulmana pero que ha presumido durante mucho tiempo de su laicismo, no han sentado nada bien las recientes restricciones a la venta de alcohol y advertencias contra las muestras de afecto en público.

Para más claridad, la ONG Human Rights Watch (HRW) nos dice que esta desmedida respuesta policial violenta se produjo inicialmente contra protestas pacíficas. Es «la falta de respeto del Gobierno al derecho de manifestación lo que está alimentando el descontento entre la gente de Turquía«, asegura una portavoz de HRW en ese país.

El Gobierno de Ankara (capital y segunda ciudad del país) responde con gases lacrimógenos, balas de caucho y cañones de agua para dispersar a miles de manifestantes, y a una muchedumbre que intentó llegar el domingo a la sede del Ejecutivo en Ankara. Y los manifestantes se han defendido con caceroladas, cócteles molotov y barricadas en fuego, después de que las protestas en el parque Gezi comenzaran de manera pacífica.

En cuanto a detenidos, el lunes ya había más de 750 personas apresadas en los duros enfrentamientos con la policía solo en Ankara y Esmirna, según los medios locales Reuters presenta una cifra total a 1.700 detenidos en 67 ciudades. Y, por si fuera poco, unos 200 abogados voluntarios no consiguen siquiera el permiso para ver a los apresados en Ankara.

Por su parte, Erdogan acusa a la oposición de calentar los ánimos en el pueblo y ha declarado: «No podemos quedarnos mirando cuando algunos agresores provocan al pueblo». (¿?)

En cuanto a fatalidades, la oposición denunció primero la muerte de al menos un hombre de 26 años, SIN CONFIRMARSE AUN. Otra persona murió atropellada durante los disturbios y fallece por un disparo en la cabeza que pudo provenir de la policía.

En suma, según los datos oficiales, hay 79 heridos, mientras que fuentes extraoficiales cifran en unas 1.500 las personas que han necesitado asistencia hospitalaria.

La información de los medios turcos es parcial. Los manifestantes acusan a los medios de participar en una censura impuesta por el Gobierno de Erdogan y denuncian que se tienen que informar a través de medios extranjeros para saber qué está pasando. Y como no, por las redes sociales, como hemos expuesto en el artículo.

Por ahora no se resuelve la situación, algunos trabajadores han manifestado a EFE que no acudirán al trabajo este lunes, aunque parece- según las autoridades- que comienza a calmarse después de más de 90 manifestaciones solo entre el viernes y el sábado, en las distintas ciudades. Pero un sindicato de profesores ya ha anunciado una huelga para el martes. Por citar un caso que nos informan viajeros presenciales, tenemos: “…en las calles de Kadiköy, estado oyendo ruidos por todas partes y veía grupos de personas por la calle, estuve en medio de miles de personas caminando tranquilamente por la calle principal de la plaza, mientras muchos coches tocaban sus bocinas. Muchas personas tenían ollas y sartenes que golpeaban y estaban felices haciéndolo. Otros tenían silbatos y algunos solo con sus voces exclamaban frases con el mismo tema central: ¡Erdogan, fuera! Todo en un ambiente muy bueno, sin ningún tipo de tensión, había una especie de energía liberadora con una muy buena sensación. Nadie dirigía nada, todos caminaban y aplaudían juntos. En sus casas, muchas personas daban su apoyo desde balcones y, como no, muchos tenían la bandera turca en todos los tamaños. Cabe decir que la composición de la multitud es muy diversa, desde amas de casa a trabajadores o funcionarios y jóvenes, chicas, chicos y los niños, de 14 ó 15 años de edad.

Así las cosas para este observador a pie de de calle que siente que esto no va a parar. Y no se sabe qué dirección tomará. Pero por ahora parece miles y miles de personas en todas partes están felices con manifestarse, de estar juntos en las calles y plazas expresando su nueva sensibilidad de la libertad de expresión que ellos mismos eligieron.

¿Y, qué opinan pasa con Erdogan?

A pesar de todo, Reuters subraya que el primer ministro turco continúa siendo «de lejos» el político más popular del país a un año de las elecciones presidenciales, aunque quienes se movilizan en las calles ven una actitud autoritaria e islamista en su mandón primer ministro Recep Tayyip Erdogan, que acusa a la oposición de avivar las llamas de los disturbios.

Seguiremos expectantes de cómo se sigue expresando el pueblo turco.