Hacia las 12 del día, frente al pleno de la Asamblea Nacional, presidentes, jefes de gobierno, delegaciones internacionales, alcaldes, prefectos, invitados especiales y su familia, el economista Rafael Correa Delgado y el ingeniero Jorge Glass Espinel, tomaron posesión de sus cargos. De esta manera se oficializó el inicio del segundo mandato constitucional de Correa, después de la aprobación de la Constitución en 2008.

“Después de lo que ha dicho Gabriela, me queda muy poco por decir. Con estos jóvenes, el futuro del país está asegurado”, dijo Correa en tono cercano y familiar. A lo largo de su discurso, interrumpido frecuentemente por aplausos, el presidente Correa hizo un recorrido por los mayores logros de los años de la revolución ciudadana y afirmó que “el mayor atentado contra la dignidad de las personas, es la pobreza… más aún cuando esta no es fruto de la escasez de recursos, sino de sistemas perversos”. El presidente asumió que se han cometido muchos errores pero afirmó también que el cambio en las relaciones de poder, es total: en Ecuador manda ahora el pueblo ecuatoriano, no los poderes fácticos, no las transnacionales, insistió.

Correa dedicó una parte de su intervención a recodar a Jaime Roldós Aguilera, presidente del Ecuador que un 24 de mayo, hace 38 años, murió en un accidente cuyas causas reales aún no han sido esclarecidas, asegurando que si Roldós no hubiera muerto, “el populismo no hubiera hincado sus garras en nuestra gente”. Así mismo saludó de manera muy especial a Pedro Restrepo, padre de Santiago y Andrés Restrepo, jóvenes colombianos desaparecidos durante el gobierno de León Febres-Cordero y  símbolo de la lucha por los derechos humanos en el país. El presidente se comprometió a encontrar la verdad y castigar a los responsables.

Una buena parte de la alocución del presidente Correa estuvo dedicada a la cuestión del Sistema Interamericano de Derechos Humanos, al tema de la libertad de expresión de las oligarquías mediáticas. El presidente afirmó con vehemencia que “defendemos la libertad de expresión de todos los ecuatorianos y no de ciertos grupos de poder. Creemos en la construcción de medios plurales que expresen las voces de la ciudadanía, en la democratización del espectro radioeléctrico, en la generación de una ciudadanía crítica que puede exigir su derechos a la comunicación y la información y ejercer el control social de los medios para que cumplan con su función y no abusen de su poder”.

Por otra parte, en tono de denuncia, el presidente Correa mencionó tres ejemplos más de poderes fácticos que intervienen para bloquear la soberanía de los Estados: Se refirió entonces a la INTERPOL, que impidió el cumplimiento de la orden de deportación para el expresidente Jamil Mahuad, dictada por la Corte Nacional de Justicia del Ecuador. Aludió también al CIADI – Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones – ante el cual la Oxy llevó a juicio al Estado ecuatoriano. Es decir, una transnacional puede llevar a un Estado ante una instancia que trabaja claramente para el capital y que ha condenado al Ecuador a pagar 1700 millones de dólares y 500 millones más en intereses. “La presunta imparcialidad e independencia del arbitraje en inversiones es totalmente ilusoria”, dijo Correo. Finalmente mencionó al GAFI- Grupo de Acción Financiera Internacional”, cuya intención inicial se ha convertido en un nuevo mecanismo de dominación. El GAFI ha amenazado con poner a Ecuador en la lista negra de los países que apoyan el terrorismo y el narcolavado. “Este es el castigo que nos infringen por nuestras relaciones con Irán” dijo Correa y afirmó que “no le vamos a pedir permiso a nadie para establecer relaciones con los países que queremos”.

«Al mundo lo domina el capital.. ¿ qué hacer? El orden mundial es injusto e inmoral. No pretendemos cambiar esta situación desde Ecuador, pero debemos defender a nuestros pueblos, evitar que nuestras democracias sean restringidas, defender nuestra soberanía. Por eso la Patria Grande es una necesidad de supervivencia, un escudo contra la explotación. Juntos seremos nosotros los que pongamos condiciones al gran capital en función y beneficio de nuestros pueblos», expresó Rafael Correa.

El presidente Correa invitó al diálogo a todos los sectores sociales, muy especialmente al diálogo en torno a la explotación de los recursos naturales no-renovables afirmando que no era posible construir soluciones con dogmas: en la Pachamama lo único importante no es el ser humano, pero es lo más importante. Saludó la existencia de una oposición ideológica en la nueva Asamblea y les invitó al debate serio y con argumentos, siempre teniendo como meta el bien común y los objetivos de país. “Con el diálogo todo, por la fuerza nada” dijo con vehemencia el presidente.

Tras un homenaje a Néstor Kirschner y a Hugo Chávez, en el que aseguró que en el continente hay millones dispuestos a continuar con el sueño de la integración latinoamericana; con un llamado a los asambleístas de Alianza País para que trabajen con honestidad, eficiencia y decisión, superando cualquier diferencia que pudiera presentarse; con un agradecimiento a todos sus colaboradores y a su familia, el presidente concluyó “No hay tiempo que perder, hay demasiadas cosas por hacer”.