En un encuentro de militantes socialistas, humanistas y de radicales kirchneristasde Forja, la candidata del Partido Humanista Lía Méndez destacó en su intervención distintos aspectos referidos a la problemática de la violencia social, y las propuestas para comenzar a superarla. Pressenza transcribe aquí su discurso:

«¿Cómo hemos llegado hasta acá?- Venimos de décadas de violencia física,
con su máximo exponente como fue el genocidio y el terrorismo de estado
de finales de los 70, violencia económica, moral, institucional, política, que
se fue instalando como parte de una cultura materialista, individualista,
violenta. Gobiernos violentos, corruptos, inescrupulosos.

Se acuerdan cuando a las puertas del siglo XXI, un gobernante innombrable
pretendió instalar en la sociedad el debate sobre la pena de muerte, y
con ayuda de los infaltables medios cómplices que pronto salían a hacer
encuestas para reafirmar aquella locura.

Y hasta una diputada del partido de gobierno elaboró un proyecto para
instaurar la pena de muerte con tortura previa para alguno delitos

Con esa metodología fueron intoxicando a la sociedad, que fue quedando
presa de un entramado sin salida.

La escalada de violencia no se ha detenido, en todo caso ha ido tomando
otros canales, porque la violencia es la metodología de acción de los
poderes concentrados.

La violencia está instalada, es parte de esta cultura.

Hace unos años desde la Comunidad para el desarrollo humano, una
asociación humanista se lanzó una campaña que decía “La violencia tiene
remedio si vos sos parte de la fórmula”. Porque hay que considerar que no
solo hay que desarticular factores externos generadores de violencia de
todo tipo en las personas, sino que hay que tener en cuenta el proceso de
violencia que desata al interior de las personas y que sigue actuando aun
cuando aquel factor externo haya desaparecido.

No es saliendo histéricamente a pedir que encierren a los pibes que
delinquen, o endureciendo las penas como lo vamos a resolver.

Sí, solo si vos y yo y todos somos parte de la fórmula podemos desterrar la violencia. Si queremos salir de la violencia tenemos que producir un cambio cultural.

Una cultura es una mirada sobre el mundo, que se asienta en una escala de
valores que le da dirección y es generadora de la construcción social.

Como Humanistas aspiramos a la construcción de una cultura de la no
violencia en la Ciudad de Buenos Aires, y cualquier política que pretenda
genuinamente desterrar la violencia tendrá que incluir la educación como eje
de esa transformación, poniendo en discusión desde el sistema educativo
hasta la incorporación de nuevas corrientes pedagógicas de avanzada
concebidas desde una mirada humanista.

Hoy es posible esta aspiración Humanista, porque hay un proyecto
nacional que pone el marco para que podamos avanzar en una dirección
humanizadora.

Claras políticas de Estado no violentas que van desde la asignación universal
y la movilidad jubilatoria, hasta la no represión de la protesta social.

Al final de la parte introductoria del Documento Humanista (plasmado
en la Sexta Carta a mis Amigos de Silo) luego de señalar las aspiraciones
Humanistas dice: Pero entre las aspiraciones humanistas y las realidades del
mundo de hoy, se ha levantado un muro, ha llegado pues el momento de
derribarlo.

Tengo la convicción que en Argentina ese muro comenzó a resquebrajarse a
partir del año 2003 y ya podemos ver del otro lado.

Parte de lo que queda en pie está en la Ciudad de Buenos Aires.
Necesitamos pegar un empujón para derribarlo definitivamente.

Lo vamos a dar primero en las urnas y después con justicia social.

Hoy en la Ciudad de Buenos Aires hay un desgobierno y por tanto un alto
nivel de conflictividad sobre todo en las áreas más sensibles como salud y
educación.

Con 2 o 3 slongans se puede hacer una campaña electoral, y con el apoyo
mediático, hasta se puede ganar una elección (hay ejemplos).

Pero gobernar…es otra cosa. Para gobernar hace falta vocación política,
social, vocación para ejercer el poder para transformar, pero sobre todo, hay
que querer a la gente.

Es desde el mejor lugar desde donde salen las mejores cosas, y querer a la
gente es trabajar por su pleno desarrollo en libertad.

Y nosotros hemos percibido esa vocación y ese compromiso no en palabras
sino en la gestión concreta que lleva adelante Boudou, nada menos que en
el ministerio de Economía que traduce una concepción que compartimos,
eso de poner la economía como instrumento de la política y no por encima y
como determinante de las políticas.

Por eso hoy ratificamos nuestro apoyo para profundizar el proyecto nacional
y popular con Cristina Fernandez de Kirchner y para poner a la Ciudad de
Buenos Aires a la altura de esos cambios respaldando la candidatura a Jefe de
Gobierno de Amado Boudou».