Los líderes de 11 tribus indígenas de Estados Unidos reiteraron su oposición al proyecto de construcción del oleoducto canadiense Keystone XL, que dicen dará lugar a un genocidio ambiental, destacan hoy medios de difusión digitales.
Luego de una fracasada reunión con funcionarios federales en Rapid City, Dakota del Sur, los nativos expresaron en conferencia de prensa que la constructora provocará un potencial daño irreversible a los lugares sagrados.
La reunión fue organizada en medio de la creciente tensión en los territorios indígenas por esta tubería, que de concretarse tendrá mil 897 kilómetros y transportará petróleo de Canadá y el norte de Estados Unidos a las refinerías en Texas.
Sin embargo, el encuentro abortó pues los líderes tribales se retiraron en desacuerdo porque el gobierno había enviado a lo que ellos consideraban representantes de bajo nivel.
«Solo me reuniré con el presidente (Barack) Obama», dijo Bryan Brewer, jefe de la tribu Oglala Sioux, quien añadió que esa era la única manera real de llevar a cabo conversaciones, reseñó un artículo del diario local Rapid City Journal.
Otros líderes enumeraron una larga lista de preocupaciones ambientales como eventuales fugas que podrían contaminar las aguas subterráneas.
Esas mismas inquietudes han provocado las manifestaciones de los grupos ecologistas de todo el país, recordó el rotativo.
Los riesgos ambientales del proyecto son simplemente demasiado grandes, enfatizaron los nativoamericanos a los periodistas.
Casey Camp-Horinek, un anciano de la tribu de Ponca Sur con sede en Oklahoma, comparó la tubería y otros daños ambientales a los acontecimientos históricos que habían diezmado a su pueblo durante la colonización europea.
«Nos encontramos víctimas de otra forma de genocidio, y es el genocidio del medio ambiente, y es causada por las industrias extractivas», apuntó.
Russ Girling, presidente de TransCanada, la compañía que espera construir la obra, ha prometido que Keystone XL será «el gasoducto más seguro jamás construido».
Pero los grupos indígenas, así como otras organizaciones de activistas ambientalistas, dudan de la afirmación, diciendo que los riesgos involucrados en el proyecto son demasiado altos.
La Agencia de Protección Ambiental estadounidense estimó que el oleoducto Keystone XL aumentará las emisiones de contaminación de carbono hasta 27,6 millones de toneladas.
Esa cantidad sería similar al impacto de la adición de cerca de seis millones de automóviles en la vía, según el Servicio de Noticias del Medio Ambiente.
Robin LeBeau, un representante del consejo de la tribu Sioux del río Cheyenne, con sede en Dakota del Sur, se comprometió a protestar en contra de cualquier construcción.
«Lo que el Departamento de Estado, lo que el presidente Obama necesita escuchar de nosotros, es que vamos a tomar acción directa», subrayó y esto puede ser una batalla larga, auguró.
Esta no es la primera vez que grupos de nativos americanos se han pronunciado sobre el proyecto, recordó Rapid City Journal.
Waldo Darío Gutiérrez Burgos
Dirección Regional del Movimiento Indígena