Los expertos en campañas electorales y encuestas coinciden en que la mejor estrategia ha sido la del nacionalista, en contraste con el fracaso o las limitaciones de las que despliegan sus contrincantes.
Destacan en tal sentido la serenidad y ausencia de estridencias formales del candidato y la simplicidad y forma directa de sus planteamientos de cobrar más impuestos a las transnacionales y exterminar la corrupción y obtener así los fondos necesarios para las políticas sociales.
El analista Juan Gargurevich considera notable y digno de estudio que el candidato líder sea aquel que ha sido insultado con los peores calificativos por sus rivales y la prensa neoliberal por atentar *»contra el orden establecido y la tranquilidad de Bolsas de Valores y bolsillos»*.
*»Tiene en su favor la edad, la energía, la posibilidad de dirigir con carácter la batalla contra la delincuencia (la famosa inseguridad), y la novedad, porque los demás son reciclados y algunos reinventados»*, añade.
Cita entre sus rivales al peruano-norteamericano Pedro Pablo Kuczynski, que integra gobiernos conservadores desde 1980 y es acusado de haber aprovechado sus cargos oficiales para hacer grandes negocios.
Gargurevich señala las acusaciones de corrupción que pesan sobre la candidata Keiko Fujimori -hija del expresidentes Alberto Fujimori, encarclado por delitos de lesa humanidad y corrupción.
También pesan sobre otro postulante, el exalcalde de Lima Luis Castañeda, cuestionamientos por manejos turbios en el municipio capitalino, mientras que señalamientos de frivolidad han golpeado al expresidentes Alejandro Toledo.
Las cifras de las encuestas motivaron reflexiones de comentaristas de televisión como Beto Ortíz, de la estación Panamericana, en el sentido que la oleada de ataques contra Humala lo victimiza y puede así favorecerlo.
El diario Perú 21 y otros medios participantes en los ataques alegan que el nuevo sondeo fue hecho antes del inicio de la última ofensiva, consistente en manipular y distorsionar declaraciones del presidente venezolano, Hugo Chávez, quien rechazó los intentos de involucrarlo en la campaña electoral peruana.
Los ataques en ese terreno son persistentes por parte de Kuczynski, Toledo, Fujimori y Castañeda, pese a que Humala ha dejado en claro que su programa es distinto al aplicado en Venezuela.
La campaña neoliberal ha cobrado la forma de un coro en defensa del modelo económico neoliberal, que los cuatro postulantes mencionados insisten en que debe mantenerse, pese a que diversas encuestas indican que más de dos tercios de la población lo cuestiona.
La ofensiva, según el diario La Primera, tiene como debilidad el hecho de confirmar que los cuatro postulantes tienen las mismas posiciones de defensa del modelo y representan lo mismo, justo lo que plantea Humala en su prédica.
La misma fuente señala que tal unanimidad entra además en contradicción con la necesidad que tienen los aspirantes neoliberales de diferenciarse para competir entre sí por el pase a la segunda vuelta electoral.
A esa instancia accederán los dos candidatos más votados y los representantes conservadores creen que podrán derrotar allí a Humala, pese a su alza constante en los sondeos.
*»Las derechas hoy fragmentadas se lanzarán contra Humala en la segunda vuelta»*, afirma Gargurevich, aunque considera que el desenlace es de pronóstico reservado.