Con pancartas en las que se leía *»No a la guerra por petróleo»* y *»Manos fuera de Libia»*, los antibelicistas reiteraron que la misión militar que comanda ahora la OTAN no ayudará a esa nación árabe.
Recordaron que lo mismo pasó en naciones como Iraq y Afganistán y advirtieron que los bombardeos aéreos de las fuerzas internacionales conducirán inevitablemente a la muerte de civiles.
Los gobiernos de Estados Unidos, Francia y Reino Unido encabezan la ofensiva contra Libia desde el pasado 19 de marzo, amparados en la resolución 1973 que aprobó dos días antes el Consejo de Seguridad de la ONU.
Dicha resolución establece la implementación del bloqueo naval frente a las costas de ese país norafricano e incluye, excepto una ocupación militar, *»todas las medidas que sean necesarias»*.
El domingo último los 28 embajadores de la OTAN decidieron que esa organización asumiese el mando militar y político de las operaciones, en sustitución del gobierno estadounidense.
Según el líder libio, Muamar El Gadafi, los ataques lanzados por los aliados contra su país en virtud de la resolución de la ONU han ocasionado la muerte de decenas de civiles libios y heridas a miles de ellos.