El primer secretario de la Embajada francesa en Argentina recibió este mediodía a Guillermo Sullings, secretario General del Partido Humanista Internacional, a Gustavo Tenaglia, secretario de Movilización del Partido Humanista de Argentina, y a Edgardo Pérez, de la organización Convergencia de las Culturas. Los humanistas entregaron a las autoridades diplomáticas una declaración que destaca: «Frente a los ataques militares a Libia, que comenzaron a perpetrar Francia, algunos países europeos y USA, el Partido Humanista Internacional manifiesta su total rechazo al uso de la violencia, y exhorta a la comunidad internacional a trabajar en forma urgente por una salida pacífica a la guerra civil en ese país».
En el documento se destaca que también se rechaza la violencia utilizada por Khadafi, pero que no se puede terminar con esa violencia, con más violencia. En la puerta de la sede diplomática, jóvenes activistas de distintas organizaciones humanistas recordaban los postulados de la Marcha Mundial por la Paz y la No-Violencia. Esta acción planetaria que se realizó de octubre de 2009 a enero de 2010, proclamó la necesidad inmediata del desarme nuclear mundial, de la renuncia de los gobiernos a utilizar la guerra como forma de resolución de conflictos, del retiro de tropas de los territorios ocupados, entre otros puntos.
En el mediodía caluroso de Buenos Aires, la prensa local y corresponsales de cadenas televisivas árabes se hicieron eco de la convocatoria. En otros países, como España, Italia o Chile, militantes del humanismo se disponían a hacer lo propio para exigir el fin del ataque bélico en Libia.
A la salida del encuentro con los representantes diplomáticos, Sullings informó: «Así como hace 30 días repudiamos la violencia con que Kadafi reprimía a su pueblo, hoy venimos a repudiar la violencia del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas que llamativamente siempre inicia guerras humanitarias contra países que tienen petróleo. Cuando los dictadores dejan de ser socios de ellos, los atacan para seguir manteniendo su poder».
«No nos creemos el argumento de la guerra humanitaria. Nosotros creemos que se podrían haber agotado las vías diplomáticas y todavía se está a tiempo. Creemos que deben dejar los bombardeos», concluyó Sullings.