¿Por qué este apresuramiento del Ministro chileno por bajarle el perfil a uno de los peores desastres nucleares?
Para entenderlo, investigando llegué a dos importantes informes escritos el año 2008 y 2009. El primero es del Marcel Coderch, «Renacimiento nuclear o aborto prematuro» (http://xurl.es/t46fo), y otro es un estudio encargado por el Gobierno Alemán, «Informe sobre el estado mundial de la industria nuclear 2009″ (http://xurl.es/ly94l), el resumen, más la complementación de otras fuentes, se los entrego a continuación.
**La época dorada de la Industria Nuclear para la generación eléctrica**
El desarrollo de la energía nuclear desde sus inicios estuvo fuertemente ligada a su uso militar.
En efecto, durante la década del 50, en el inicio de la guerra fría, Estados Unidos necesitaba seguir desarrollando su programa de armas nucleares, pero frente a una opinión pública que aún tenía en su retina los horrores de Hiroshima y Nagasaky, era necesario demostrar que la energía nuclear podía traer grandes beneficios.
Por tal motivo el Presidente Eisenhower lanza su programa “Átomos para la Paz” que da inicio al desarrollo de la industria nuclear. Con tal programa se desató una euforia planetaria y un ingenuo optimismo en torno a que la energía atómica traería un desarrollo sin límites, que la energía eléctrica sería tan barata que no sería necesario cobrarla, que se iniciarían viajes interplanetarios y que en definitiva la energía atómica sería garantía de un progreso insospechado.
Pero en realidad tal programa no fue producto de una decisión económica sino de una decisión política-militar pues, ya en esos años, el vicepresidente de Investigación de General Electric había señalado que la energía nuclear era demasiado onerosa “se trata de una energía cara, no de energía barata como hemos inducido a la ciudadanía a creer” (http://xurl.es/dt3lm , pág. 26) y poco antes, en 1948, la propia Atomic Energy Commission (AEC) había reconocido ante el Congreso norteamericano que las perspectivas de rentabilidad de las aplicaciones civiles de la energía nuclear eran más que dudosas (http://xurl.es/t7axi ).
Desde esa época la cantidad de reactores fue creciendo exponencialmente año tras año hasta llegar a la década del 90, y desde ese año la cantidad ha permanecido casi constante, en alrededor de 440 reactores en todo el mundo.
**El declive de la Industria Nuclear (o Nucleoelectricidad)**
Hay dos causas que explican el freno del desarrollo de la industria nuclear. La más conocida por todos son los accidentes de Three Mile Island ocurrido el año 1979 en USA (http://xurl.es/na5jw ) y el de Chernobyl ocurrido el año 87 en la entonces Unión Soviética.
Pero hay otra menos conocida y explicada en detalle por Marcel Coderch (Doctor Ingeniero, MIT). En el estudio ya citado, Coderch señala que la crisis del petróleo del año 73 produjo una fuerte caída en la demanda mundial de electricidad, dejando a las eléctricas con un superávit de capacidad de centrales nucleares planificadas y en construcción, obligándolas a paralizar sus planes de expansión y a la cancelación de proyectos en construcción, generándose con esto, millonarias pérdidas a la industria nuclear (http://xurl.es/t46fo Pág. 4 y 5).
Posteriormente se producen los accidentes de Three Mile Island y Chernobyl que implicaron una mayor presión popular por medidas de seguridad, gatillando un aumento exponencial en los costos de una central nuclear.
Simultáneamente a partir de los años 80, debido a las presiones populares, diversos países Europeos (Suecia, Bélgica, Italia, Alemania, Austria, Holanda, Polonia y España) establecieron moratorias nucleares que apuntaban a impedir las construcciones de nuevas centrales y a un cierre paulatino de las centrales en uso. Por su parte, tanto Inglaterra como Estados Unidos, no obstante no haber establecidos moratorias, en los hechos frenaron completamente la construcción de nuevos reactores.
**El Intento de un Renacimiento de la Industria Nuclear**
El año 2002 el Presidente Bush lanza su Política Energética Nacional, en donde realiza un nuevo intento de resurgimiento de la industria nuclear a través del programa Nuclear Power 2010, introduciendo un nuevo argumento para justificar la energía nuclear: la energía nuclear sería una energía limpia y útil para reducir las emanaciones de CO2 y con esto contribuir a frenar el calentamiento global (http://xurl.es/f147d ).
Posteriormente, el año 2003 el influyente Instituto Tecnológico de Massachussetts (MIT) realiza un estudio para analizar el futuro de la energía nuclear. En dicho informe se parte del supuesto que la energía nuclear puede ser una opción para reducir las emisiones de CO2 pero que “en las actuales condiciones es difícil que lo sea pues la industria se encuentra estancada y en declive” ( http://xurl.es/ls7ww ).
El año 2005 la administración Bush asume el fracaso del programa Nuclear Power, pues la industria nuclear desconfiada por las pérdidas de los años 70, requería de mayores subsidios y garantías. Por tal razón se impulsa la Energy Policy Act (EPA) que incluye un conjunto de millonarios incentivos fiscales y subvenciones y avales estatales que le permitirían a la industria nuclear asegurar sus inversiones, garantizándole con el aval del estado hasta el 80% de sus inversiones (http://xurl.es/f147d ).
No obstante esto, la industria nuclear sigue sin despegar, tal como señala categóricamente el estudio ya citado del Gobierno Alemán del año 2009: “En este momento no existe aún ninguna señal obvia de que la industria nuclear internacional pueda cambiar lo que es un declive, empíricamente evidente, por un futuro prometedor” ( http://xurl.es/ly94l Pág7).
Pero quien mejor sintetiza la inviabilidad económica de la industria nuclear es John Rowe, CEO de Exelon Corporation, en abril de 2009 señaló: “El problema es, por supuesto, que un nuevo proyecto nuclear es muy caro. Calculamos que dos unidades de 1.500 megavatios costarán del orden de 12.000 millones de dólares en cifras actuales. Yo represento la empresa más grande de mi sector, y eso es una cantidad más grande que mi hoja de balance. Así que no podemos hacerlo sin la subvención federal.” ( http://xurl.es/ly94l Pág. 85).
Quizás por esta razón el año 2010, Barack Obama anunció un préstamo de US$8.200 millones a una eléctrica para la construcción de dos reactores nucleares y la triplicación de las garantías estatales para el financiamiento de nuevas centrales nucleares (http://xurl.es/4toji ).
Descartado el argumento de la viabilidad económica de la energía nuclear, queda el argumento que la energía nuclear sea una alternativa frente a los combustibles fósiles para disminuir el efecto invernadero.
Pero este argumento merece varios reparos. En efecto, la falacia está en presentar sólo el ciclo de generación de energía eléctrica sin tomar en cuenta el ciclo completo, es decir, desde la extracción de uranio, el enriquecimiento de uranio, la construcción de la central, la operación y la disposición final de los residuos.
La organización Alemana Öko-Institut ha demostrado que el ciclo completo de una central nuclear tamaño estándar en Alemania (1.250 MW, 6.500 h/a) emite indirectamente 250.000 toneladas por año, es decir, la energía nuclear tiene el quinto nivel más alto de emisiones de CO2 por KWh de electricidad generado (http://xurl.es/w4guz ).
Entonces si la opción nuclear es tan cara que requiere de fuertes apoyos estatales para hacerla viable económicamente, y si tampoco permite la disminución del CO2 para frenar el calentamiento global, ¿por qué tanta insistencia en ella?.
**Develando el engaño**
El problema es que, dado que en los últimos 20 años la construcción de nuevas centrales se vió frenada abruptamente, y si la vida media de una planta es de 25 años, y, además, los tiempos de construcción son del orden de los 12 años, entonces tenemos como resultado un parque mundial envejecido que pone en serio riesgo el futuro de la industria nuclear.
Tanto el estudio de Marcel Coderch y del gobierno alemán ya citados, plantean que “antes del año 2025 habría que clausurar y desmantelar más de la mitad del parque mundial, lo cual implica que –dados los plazos de licencia y construcción- o se inicia pronto un importante programa de construcciones o la energía nuclear va a quedar reducida a algo marginal y con unos tremendos pasivos correspondientes al desmantelamiento de las centrales y la gestión de los residuos acumulados”.
Cabe señalar que los costos de desmantelamiento de una central nuclear son casi tan altos como los de su propia construcción (http://xurl.es/ly94l ).
Y esta es la causa de la fuerte ofensiva que la industria nuclear había iniciado algunos años atrás y que ya se había anotado algunos éxitos: La moratoria nuclear de los países europeos vigente a partir de los años ochenta estaba siendo suspendida tanto en Alemania, España e Inglaterra, aunque sólo en la ampliación de los plazos de las centrales en funcionamiento pues estos países sabían muy bien de los fracasos económicos de la construcción de nuevas centrales, sobre todo después del fracaso de Finlandia (http://xurl.es/zj4xr ) .
Pero esta ampliación de los plazos de funcionamientos de las centrales europeas no era suficiente para “salvar” la moribunda industria nuclear, y por eso las miradas, lobbys, negocios y presiones debidas e indebidas, se habían dirigido hacia aquellos países llamados “emergentes”, caracterizados por tener sociedades civiles poco informadas y autoridades políticas fácilmente influenciables por el lobby, es decir, por el poder del dinero.
Esto explica el irresponsable coqueteo nuclear de todos los últimos presidentes de Chile: “No quiero que en 20 años más mis nietos vivan en un país sin energía nuclear”, pronunciaba Eduardo Frei el 7 de Agosto de 2009 ( http://xurl.es/ouj6o) .
Por su parte Ricardo Lagos señalaba el 9 de Agosto del mismo año: “Vamos a ser bien directos: Con las utilidades que están teniendo, las mineras podrían hacer un aporte para desarrollar la energía nuclear…Es un desafío de la matriz energética de Chile. No es posible continuar así», (http://xurl.es/c7yxh ).
Y para qué hablar de Sebastián Piñera, que en su primer un año de gobierno ya ha firmado acuerdos de cooperación con Japón, Francia y Estados Unidos, borrando con el codo su propia firma del año 2006 del documento “Energía Nuclear, no gracias” (http://xurl.es/vdgqb ).
Entonces que el Ministro de Energía chileno se apresurara en escribir en su Twitter: “Gobierno Japonés asegura que no hay fugas radiactivas, reactores apagados exitosamente…», se explica por sí solo.
**Twitter: @efren_osorio**