Según explicó en conferencia de prensa el secretario jefe del Gabinete, Yukio Edano, aunque superior a los estándares del país, la cantidad de radiación comprobada *»no representa un riesgo inmediato para la salud humana»*.
Esta es la primera vez que el gobierno informa problemas de ese tipo desde la crisis provocada por el sismo de 9,0 grados en la escala de Richter y el maremoto subsiguiente.
También trascendió la presencia de ligeras cantidades de yodo radiactivo en agua de grifo en Tokio, sus alrededores y la mayoría de las prefecturas vecinas de Fukushima, situación que se asocia a lo ocurrido en esa última.
En el caso de las de Tochigi y Gunma se registraron trazas de cesio en el mismo servicio.
Mientras, en la planta nuclear continuaron los esfuerzos para tratar de evitar un agravamiento de la situación, que mucho preocupa también más allá de las fronteras del archipiélago japonés.
Las labores se centraron en el vertido de agua a fin de combatir el sobrecalentamiento de reactores y piscinas de barras usadas de combustible y el restablecimiento del servicio eléctrico, necesario para reanimar los sistemas de enfriamiento.
Un aumento de la temperatura del agua hace descender el nivel de esa última por lo que las barras usadas de combustible pueden quedar expuestas, fusionarse y emitir sustancias altamente radiactivas, en el peor de los escenarios, de acuerdo con expertos.
Según el citado funcionario, la situación en la planta continúa siendo impredecible, *»pero al menos estamos evitando que se deteriore»*, agregó.
El nivel del accidente de Fukushima-1 se elevó la víspera de cuatro a cinco, en la escala INES, de un máximo de siete.
Ante la tragedia en la central de seis reactores, incluidos escapes de radiación, se estableció una zona de evacuación de 20 kilómetros a su alrededor, en tanto se orientó a la población residente en los 10 kilómetros a partir de ese límite permanecer en sus hogares.
Los esfuerzos para aliviar esta crisis se concentran en las primeras cuatro unidades.
Mientras, las cifras de víctimas de los referidos golpes de la Naturaleza aumentaron, en el caso de los muertos a siete mil 348 y los desaparecidos a 10 mil 947.
En medio de las preocupaciones, la solidaridad internacional fue ratificada nuevamente en la jornada en una reunión en Kyoto de los cancilleres de China, Surcorea y Japón, en la cual la parte anfitriona agradeció la ayuda de sus vecinos.
Los ministros de Relaciones Exteriores acordaron impulsar la cooperación trilateral para responder a los desastres y garantizar la seguridad en la industria nuclear, con la crisis de este país como punto de referencia.
A una solicitud de sus homólogos Yang Jiechi, de China, y Kim Sung Hwan, de Corea del Sur, de que Tokio brinde información con más rapidez sobre la realidad de Fukushima-1, Takeaki Matsumoto les aseguró que su gobierno tratará de mejorar la comunicación.