La organización “Stop deportación” está realizando una campaña de boicot a las compañías aéreas que hacen negocio con las deportaciones de extranjeros.

Todos los años el Ministerio del Interior expulsa a miles de inmigrantes mediante aviones de deportación y amplísimos dispositivos policiales, que doblan al número de personas expulsadas que actúan con impunidad y violencia, amparados en un Protocolo para las Repatriaciones literalmente brutal. Las inmovilizaciones humillantes son sólo el paso previo a los golpes y palizas, mientras el uso de sedantes puede ser autorizado por el personal médico empotrado en el operativo policial.

En el último año, desde España se fletaron 134 vuelos de deportación, exclusivamente dedicados a estas expulsiones colectivas. Para llenarlos, el Ministerio del Interior organiza redadas racistas, convertidas en verdaderas cazas por nacionalidad. No sólo se atrapa a personas por las calles, sino que la policía les hostiga en sus propios domicilios o les intenta embaucar con engaños para que vayan a las comisarías de extranjería. Las capturas de inmigrantes se suceden en las semanas y días previos al vuelo. A veces el traslado final al aeropuerto se produce desde los Centros de Internamiento; pero otras muchas veces son detenidas en las 72 horas previas al vuelo, por lo que se las llevan al avión directamente desde los calabozos policiales, en las llamadas deportaciones exprés.

Los responsables y sus intereses

Durante años en el Estado español, estas deportaciones se llevaron a cabo a través de diversas compañías aéreas. Desde el año 2013 hasta el 2016, el Ministerio del Interior firmó contratos monopolísticos con dos compañías, Swift Air y Air Europa, por los que éstas recibieron, hasta 2016, unos 36 millones de euros por el sucio negocio de las deportaciones.

El pasado 17 de noviembre de 2017 el Ministerio de Interior firmó un contrato por valor de 11,8 millones de euros con la unión temporal de empresas (UTE) formada por dos aerolíneas propiedad de Viajes Barceló (Evelop Airlines y Orbest) juntamente con Air Nostrum (franquicia de Iberia).

El presupuesto inicial solicitado por la UTE Barceló Viajes y Air Nostrum (sin costes añadidos, como el del personal de la Policía Nacional u otras organizaciones que participan) por llevarse a la fuerza a miles de personas en estos macabros vuelos de deportación fue de 7.030€ por hora de vuelo en aviones de menos de 75 plazas, hasta 17.160€ por hora de vuelo en aviones de más de 200 plazas.

En los aviones comerciales

Por otra parte, se siguen sucediendo deportaciones en vuelos comerciales, en este caso pueden producirse con cualquier compañía. Se trata de aprovechar un trayecto en un vuelo regular para introducir en él a una persona –o un grupo muy reducido de ellas– fuertemente escoltada, y realizar por la fuerza su deportación. En estos casos, la policía suele tratar de evitar que el resto del pasaje sea consciente de que en el mismo avión se está realizando una expulsión. Suelen introducir a la persona por la escalera de atrás, la colocan en la parte trasera separada del resto del pasaje y ejercen la violencia sobre ella, incluso amordazándola, para evitar que se sepa lo que está sucediendo.

Muchas de las veces llegando a situaciones extremas de violencia, llegando incluso hasta la muerte, como los casos de Semira Adamu (1998), asfixiada por la policía con una almohada; Marcus Omofuma (1999), ahogado con la cinta adhesiva con la que le ataron al asiento del avión para sellar su boca; Aamir Mohamed Ageeb (1999), que murió atado de pies y manos y con un casco de moto en la cabeza; Osamuyia Aikpianhi (2009), que murió al tragarse la venda con la que había sido amordazado; Jimmy Mubenga (2010), muerto por asfixia o Joseph Ndukaku (2010),a quien no se le prestó atención médica pese a su débil salud, ya que había realizado una huelga de hambre por su denegación del asilo.

¿Qué podemos hacer?

Para frenar las deportaciones, existe una campaña de boicot a las compañías que ostentan el convenio para las deportaciones macro, siendo desde este 2017; Viajes Barceló, Air Nostrum e Iberia. Estas son algunas de las maneras de adhesión a la campaña:

No Viajar ni alojarse en vuelos y alojamientos gestionados por Viajes Barceló, Air Nostrum e Iberia.

Hacer público vuestro boicot a estas empresas escribiendo a stopdeportacion@gamil.com

Escribiendo directamente a dichas empresas para que sean conocedoras del boicot.

Organizando charlas u otras actividades y difundiendo material de la campaña.

Sumándoos a convocatorias o realizando por vuestra cuenta actos de protesta tanto en las oficinas de Viajes Barceló, Air Nostrum e Iberia.

Si viajáis en avión y asistís a una tentativa de deportación, podéis negaros a viajar en un vuelo en el que se llevan a alguien por la fuerza: hablad con el resto del pasaje, protestad a la tripulación.

@Stopdeportacion