La única garantía para un mundo seguro y pacífico, es la eliminación de todas las armas nucleares, cualesquiera que sean su tipo y ubicación, plantearon hoy aquí los seis países de la Coalición de la Nueva Agenda (CAN), México, Brasil, Egipto, Irlanda, Nueva Zelanda y Sudáfrica.
Al iniciarse en el Palacio de las Naciones la Segunda Sesión del Comité Preparatorio para la Conferencia de Revisión 2015 de las Partes del Tratado de No-Proliferación de las Armas Nucleares (TNP), el embajador Antonio Guerreiro, representante permanente de Brasil ante la Conferencia de Desarme, habló a nombre de la CAN, cuya razón de ser, subrayó, es promover y lograr el desarme nuclear.
Guerreiro reconoció que los objetivos del Tratado se han alcanzado en general por lo que se refiere a la “proliferación horizontal” de las armas nucleares y sus disposiciones al respecto se han fortalecido al paso de los años; sin embargo, el desarme nuclear contemplado por el propio TNP, sigue siendo una meta pendiente.
Estados Unidos, Rusia y China manifestaron con diversos matices su compromiso con el desarme nuclear, aun cuando expusieron en las intervenciones de sus representantes, diversas razones o justificaciones para mantener el proceso en un ritmo lento que se prolonga ya por más de cuatro décadas.
Guerreiro señaló que en tanto existan las armas nucleares, la posibilidad de que sean utilizadas, por accidente, error de cálculo o de manera deliberada, es un peligro real. Además, “la historia ha demostrado que en tanto algunos estrados continúen en posesión de ellas, invocando razones de seguridad, otros seguirán aspirando a tenerlas”.
La Coalición de la Nueva Agenda sostiene que no puede haber justificación para la existencia de arsenales nucleares en país alguno. Nada justifica que haya alrededor de 20 mil armas de esa naturaleza, lo cual “desafía la lógica y es claramente incompatible con la integridad y la sostenibilidad del desarme nuclear y del régimen de no proliferación”.
El diplomático brasileño se refirió asimismo a la Conferencia Internacional sobre el Impacto Humanitario de las Armas Nucleares, que tuvo lugar en Oslo, Noruega, el pasado marzo, cuyo propósito fue promover una mayor conciencia y comprensión de las consecuencias catastróficas de su empleo. “México ha ofrecido ser anfitrión de una conferencia de seguimiento que permita continuar esta discusión largo tiempo soslayada”.
Ningún Estado o grupo de estados puede mitigar los efectos de la detonación de un arma nuclear sobre la población. En este sentido, la sociedad civil ha asumido un papel de liderazgo, mediante esfuerzos coordinados como los de la Campaña Internacional para la Eliminación de las Armas Nucleares (ICAN, por sus siglas en inglés), de la cual es miembro en México el Círculo Latinoamericano de Estudios Internacionales (CLAEI).
Presente en Ginebra, ICAN lleva a cabo una intensa labor de cabildeo, para convencer a los países renuentes o que aún no asumen una posición clara, de la importancia de crear conciencia y promover el desarme nuclear hasta lograrlo; y para apoyar, reconocer y alentar los esfuerzos de aquellos que, como México, han asumido un papel de liderazgo en el difícil camino hacia el fin de la amenaza nuclear.
En eventos paralelos de la sociedad civil, tanto en el Palacio de las Naciones como en otros foros, se ha denunciado la doble cara de potencias nucleares como Estados Unidos, que por una parte declaran su apoyo al proceso de desarme y por la otra, incrementan los recursos destinados a sus arsenales nucleares.
Jackie Cabasso, de Alcaldes por la Paz y de la Western States Legal Foundation, dio a conocer planes del Pentágono para desarrollar una bomba nuclear de enorme poder, que ella denominó “Frankenbomba”; así como para dotar de armamento nuclear a los drones.
En contraste, dentro de la reunión de las Naciones Unidas, Thomas Countryman, secretario de estado Adjunto para Seguridad Internacional y No-Proliferación de Estados Unidos, insistió en el compromiso del gobierno del presidente Barack Obama de avanzar hacia el desarme nuclear, previo cumplimiento de condiciones y sin plazos definidos.
Mijaíl Uliánov, director del Departamento de Asuntos de seguridad y Desarme del Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia, manifestó la expectativa de su gobierno de que “durante este ciclo de revisión, mediante la cooperación constructiva entre todas las delegaciones, logremos alcanzar resultados que nos conduzcan a la consolidación del TNP”, de tal manera que se prevenga la proliferación y se asegure el desarme.
A su vez, Pang Sen, director general del departamento de Control de Armas y Desarme del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, reafirmó la posición de su país en favor “de la completa prohibición y la total destrucción de las armas nucleares, para promover activamente el advenimiento de un mundo libre de esa amenaza».