Por Tavo Ferrer
Entender el planeta Tierra, sólo como la consecución del movimiento de placas tectónicas, y en la situación de crisis climática a partir del calentamiento global, es como para científicos que pretenden un subsidio de algunos años de cualquier universidad.
Los que entendemos el mundo como un proceso histórico social, comprendemos que hay varios ejes, algunos alineados y otros cruzados al camino de la historia.
En este momento, Corea del Norte está en un alerta máxima nuclear por la provocación de USA de realizar vuelos de aviones invisibles sobre su territorio soberano, hace un par de semanas. Los Coreanos del Norte, según la información de la CIA, tienen varios centros misilísticos que pueden operar de inmediato, incluso para atacar China y hasta Alaska.
Según mi humilde opinión, no es más que la misma oficina yanqui que dijo que Irak tenía armas de destrucción masiva para justificar su invasión. Pero, si fuera cierto, también comprendo que un solo misil Coreano que toque cualquier punto de China, hará que China invada Corea, no sólo del Norte, sino del Sur. Ellos entienden a esta provincia como rebelde desde el fin de la segunda guerra mundial.
Lo que, a su vez, hará que el Consejo de Seguridad de la ONU reclame sobre Corea, y sobre China, que den un paso atrás que no podrá ser. En este contexto, será muy complicada la decisión de USA para resolver el conflicto, puesto que no quieren oponerse a China, ni a Rusia, que verá afectada su seguridad por el bombardeo a su vecino. Puesto así las cosas, la 3º guerra dependerá de una tela no más fuerte que la de una araña.
Por otra parte, Europa está atravesando una crisis más compleja que la de finales de la segunda guerra, con sus economías destruidas sólo soportadas por los Norteamericanos y los créditos otorgados por Japón y China. Mientras, USA mantiene un nivel crítico del que sólo se le ocurre salir inventando nuevos enemigos (Irán, Corea, etc) y haciéndoles la guerra, amparados por la ONU que los autoriza.
En este contexto, son varios los gobiernos que entienden que el final está cerca y que el modelo imperialista más fuerte del siglo XX no podrá mantener su hegemonía por siempre.
Así, naciones soberanas como Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, están uniendo esfuerzos en un bloque nuevo que se llama BRICS (las siglas en castellano de los nombres de los países) en donde están pensando en armar un banco de ayuda mutua y un mercado común al estilo europeo. Ojo de nuevo, China e India tienen el 33% de la población mundial y las economías más explosivas del planeta. A ello, hay que sumar el potencial militar de Rusia, el recurso agua e industria de Brasil y los diamantes de Sudáfrica. Si este bloque piensa disputar la hegemonía de USA, entonces éstos últimos tienen un gran problema, más allá de
los que creían tener.
Hace unos meses, más que nada a partir de la muerte de Hugo Chavez, presidente de Venezuela, hombre más cercano a las izquierdas latinoamericanas, pero con el poder que le da el petróleo (un gran porcentaje a nivel mundial); las derechas de USA y Europa atacan fuertemente al candidato Nicolás Maduro, para la sucesión de Chavez y su política de mejorar las condiciones de vida de su población, que a todas luces ha mejorado en sus períodos de gobierno).
Hoy ha ganado Nicolás Maduro, con unos centésimos más del 50% contra el candidato de la contra, Henrique Capriles con el 49%. También es cierto que Capriles representa al sector más cercano a las importaciones, los medios opositores, los formadores de precios y a la exportación irrestricta del petróleo venezolano a los yanquis.
A su vez, Venezuela, a partir de su expansión interna, ha promovido su inclusión en el Mercosur y en el Unasur, mercados comunes latinos y por supuesto banca interna y desarrollo de los países miembros. Es de esperar, que tanto las corporaciones
multinacionales, los medios que ejercen su oligopolio sin perder privilegios, los importadores que ganan con lo que consiguen en el mundo por 2 pesos y venden en sus mercados internos a 200, y los dueños de las exportaciones que se manejan con precios
de comodities en dólares que no vuelcan en sus economías, sino en paraísos fiscales, comprendan esta postura de gobierno de Venezuela, Bolivia, Argentina, Brasil y los que no sigan su política de sumisión, como una amenaza a sus intereses concretos.
Lo mismo pasa en países como España, que ha aprovechado la ola privatista latina de los años ’90 (de gobiernos neoliberales afines) para comprar empresas en todos los países de Latinoamérica, y ahora ve mermada su participación en economías de donde sacaban recursos fácilmente, con dividendos e intereses que no existen en su continente.
A partir de esa avanzada mezcla de derechas sin votos, oligarquías reaccionarias, multinacionales que siguen creyéndose en un mundo colonial y medios expertos en acallar a la opinión pública de cada lugar en función de los intereses compartidos, se conforma una oposición tremenda a los gobiernos legítimos, de la mano de los intereses coincidentes de USA y Europa, como fue expresado.
No quedan dudas que USA siempre salió adelante con una guerra abierta o la provisión de armas para todas las guerras, seguramente Europa tampoco estuvo muy lejos de eso. Pero es evidente que una guerra nuclear, que quizás real o hipotéticamente lo ponga en riesgo, no es un nivel aceptable de seguridad para lo que están acostumbrados. Sí pueden soportar
que este medio continente latino se mantenga algo rebelde a sus intereses por unas décadas, pero perder el control o el poder real también sobrepasa sus límites aceptables.
En ese punto, el petróleo venezolano se convierte en un arma de guerra y el control de su gobierno en un símbolo más poderoso que resuelve su hegemonía sobre América Latina. Demás está decir que en Argentina, los mismos sectores de la oposición venezolana, boliviana, etc, se oponen al gobierno de Cristina Fernández de Kirchner con los mismos métodos golpistas que usaron en lo últimos 80 años en el país, ellos son: los medios supermasivos (más de 150 medios de TV, diarios, video cable, radios AM y FM en manos de un solo grupo), los formadores de precios (dueños de la producción de alimentos y la soja,
las corporaciones internacionales (que ven con malos ojos el no poder repartir dividendos a sus matrices), y las oligarquías minoritarias golpistas (que pretenden un mundo feudal) diseñado y manejado por ellos.
En este punto, Maduro gana en Venezuela, y las «izquierdas» latinas se fortalecen, y es insensato esperar que los «dueños» de Venezuela se queden quietos, más cuando USA y sus amigos están viendo licuar sus privilegios. Pero, al tiempo, China y Rusia, y Brasil, sólo esperan su caída para reemplazarlos. Es un momento cambiante de la historia, un proceso muy revuelto donde nadie sabe a ciencia cierta como sigue la película y es probable que nuevas estrategias y alianzas sean a futuro más complejas que las que conocimos. Y es evidente que no estamos en la época de posguerra, en la que el Gral. Perón, presidente de Argentina adoptó una política de Tercera posición, en oposición a la postura capitalista o comunista de los supe poderes del momento.
Hoy, el planeta pide a gritos una democracia representativa real, hasta en los países árabes; avances de la ciencia (que están al alcance de muy pocos) y la mejora en la calidad de vida en cada rincón del mundo a partir de la comunicación irrestricta, la educación y las reparaciones sociales negadas por políticos, modelos y la misma globalización que provoca un crecimiento de las sociedades que es imperativo y esperado por la humanidad.