El insoportable ruido mecánico de los motores de dos helicópteros me despertó a las 4 am esta mañana. Miré por la ventana de mi habitación y fui testigo de una hermosa mañana de verano. Cielo soleado y despejado; ni una nube, excepto por el grueso humo gris que se elevaba velozmente desde el horizonte. Me vestí y decidí salir a caminar temprano por la mañana. Entonces vi un tercer helicóptero y me di cuenta de que algo andaba mal. La nube de humo negro hecha por el hombre fue el producto de un enorme incendio que engulló un edificio de viviendas de 1970 en North Kensington, no lejos de donde vivo. Nadie menciona víctimas fatales hasta ahora, como si los medios tuvieran miedo de admitir más muertes en Londres sólo una semana después del ataque terrorista del Puente de Londres.
Sólo unas horas antes, Teresa May había cenado con Monsieur Macron en La Rotonde, en París, justo después de haber alcanzado un débil acuerdo político con los unionistas irlandeses en el 10 Downing Street. La Prensa Británica está reportando ahora el fin de la austeridad, después de 10 años de recortes que afectan principalmente a las familias de bajos ingresos, a aquellas familias que viven en torres abandonadas como la que sigue ardiendo esta mañana.