Ahora las personas están más permeables, más abiertas y emotivas y se
habla de religión, Dios, lo sagrado o cualquier creencia en general, sin tantos
tapujos.
Con sólo observar la capacidad de los musulmanes de morir en nombre
de Alá y atentar en cualquier parte del mundo contra intereses “infieles”, se
comprende que esta etapa trasciende lo material, una fuerza mayor hace que
miles de personas dejen su vida por su Dios. Todo se endurece, se fanatiza.
Es por esto que el Islam es una religión activa, que va en crecimiento, que
moviliza a sus creyentes. No por nada la llegada de un Papa mucho mas
fundamentalista, como Benedicto XVI, para estas épocas tan confusas y de
tanta rivalidad religiosa.
En Occidente el proceso es diferente. En Brasil el éxodo de fieles del
catolicismo, como también en toda Latinoamérica, preocupa en El Vaticano. Este fenómeno no se da por que la gente deje de creer, sino por dos factores.
En principio la crisis que atraviesa la Iglesia Católica, quien parece quedarse
en el tiempo, y en segundo lugar el gran crecimiento del evangelismo. Según el
CERIS, en el país católico más grande del mundo el porcentaje de fieles de esa
religión cayó de un 78 % a un 68 % en los últimos 15 años.
En la Argentina el proceso es similar al brasilero, el evangelismo crece de
manera vertiginosa, como también cientos de credos y creencias nuevas para
muchos. En nuestro país, fueron inscriptos 900 nuevos cultos en el registro
nacional, en total suman 3634 entidades religiosas, aunque también diferentes
ramas del Cristianismo, algunos templos Budistas, Hinduistas y otros de
procedencia oriental
Según una encuesta de D”alessio Irol, El porcentaje dentro del
Catolicismo y el Judaísmo de los que se consideran “practicantes” no llega
al 20 %, mientras que en el Evangelismo, el Budismo o el Islam va del 50 al
70 %. Estos números denotan una gran diferencia entre el judeo-catolicismo
que domina en occidente, cuyos fieles en su mayoría no practican su credo,
sino que lo continúan de generación en generación sin darle demasiada
importancia; y que de alguna manera son religiones mas cercanas al poder y a
una forma de vida mas materialista en la actualidad occidental. En cambio las
religiones orientales y los evangelistas se encuentran en movimiento.
En la década anterior se escuchaba a viva voz “el fin de las religiones”,
un racionalismo triunfante durante los últimos doscientos años lo hacia mas
que creíble, avalado por el crecimiento de lo científico y lo tecnológico como
verdad absoluta. Sin embargo el “no necesitamos de las religiones” parece
acercarse a su fin con el mismo racionalismo, lo religioso crece cada vez mas,
la búsqueda de lo trascendente atraviesa a la sociedad toda durante estos
tiempos.
Silo, pensador y filosofo humanista argentino, había anticipado en
1993 que el mundo se encontraba en una etapa pre-religiosa: “Las etapas
prerreligiosas son confusas, podemos comparar en sus características al
núcleo de ensueño de los individuos cuando se está transformando: siente
que busca otra cosa pero aún no ha muerto el sistema de intereses del que
proviene. Las cosas importantes las considera pero ya no motivan. No se
ha terminado la etapa anterior y la nueva no se reconoce aún. Es la etapa
interna en la que se vienen abajo cosas. Las valoraciones cambian, las propias
prioridades cambian. Se buscan cosas que no se sabe qué son y además se
sabe que las cosas de atrás no son. En estos fenómenos prerreligiosos se
tiene la experiencia de que la voluntad personal no es suficiente; y hoy entre
tanta confusión podemos afirmar que estamos acercándonos a un momento
religioso”.
Hoy a 18 años de esa charla, la etapa religiosa se vislumbra; Silo se
diferencia de las religiones clásicas, al hablar de una “religiosidad interna”, una
religiosidad de la propia experiencia, tomando lo “sagrado” dentro del hombre,
no predicando un registro ajeno, algo externo, sino lo religioso como algo que
cualquier ser humano puede encontrar por el camino de la humilde meditación.
En su ultima aparición publica, en mayo de 2010 en el Parque de estudio
y reflexión Manantiales (Chile), Silo afirmó: “Esta naciendo un nuevo horizonte
espiritual, mientras todo se desestructura y comienzan los desbordes. Se está
abriendo otra frontera mental, una nueva espiritualidad”, luego agregó: “Si hay
un nuevo horizonte no nos vamos a poder ubicar en esta nueva situación con
cosas de otra época, que además nadie quiere».
El mismo Silo, explica en La religión interior (1973) “Todas las religiones
parten hablando de dios, colocándolo fuera del hombre, por encima del
hombre. Las religiones externas han cumplido su ciclo y el dios externo, al no
ser encontrado, se ha desvanecido como un espejismo. La Religión Interior
explica que dios se hace presente en el corazón del ser humano, que dios
surge como producto de la experiencia interna. Esto es de gran importancia:
el hombre en su desarrollo termina creando a dios a su imagen y semejanza
y no a la inversa. Según el desarrollo del hombre, lo divino se expresa en su
interior con mayor o menor evidencia. Todo queda reducido a un problema de
experiencia interna y no a un dogma.
Las religiones anteriores han reflejado los pasos evolutivos de la
humanidad desde las cavernas y el terror a las fuerzas naturales, hasta el
mundo contemporáneo en el que ya se manejan las leyes físicas sin necesidad
de dios. Hoy el científico no necesita de un dios externo para explicar el
mundo, pero ese científico al escuchar en el silencio del trabajo su voz interior,
descubre en si mismo la experiencia de lo sagrado.
Es una religión y no una ciencia. Comprendamos que una cosa no se
opone a la otra pero son distintas entre sí. Así como deberíamos comprender
que el amor no tiene por qué oponerse a la razón, como tantas veces y tan
falsamente nos han explicado”.
El hombre vuelve a relacionarse con la espiritualidad, tras 200 años
de racionalismo, 200 años después de que Frendrich Nietzsche anunciase la
muerte de Dios.
Durante su conferencia sobre “El tema de dios”, Silo explica lo siguiente:
“Se podrá decir que lo que hoy se observa es un simple crecimiento de la
superstición, o un rasgo cultural de pueblos que al defender su identidad vuelven con fanatismo a sus libros sagrados y a sus liderazgos espirituales.
Se podrá decir, en sentido pesimista y de acuerdo con ciertas interpretaciones
históricas, que todo ello significa un regreso a oscuras edades. Como cada
cual prefiera, pero el asunto permanece y eso es lo que cuenta.
La implicación que tiene el desplazamiento de la creencia sobre dios
es de consecuencias enormes porque arrastra tras de sí a todo un sistema de
valores, por lo menos en el Occidente y en la época en que escribe Nietzsche.
Por otra parte, esa “pleamar del nihilismo” que este autor predice para los
tiempos venideros, tiene como trasfondo su anunciada muerte de Dios.
Para el caso daba igual que un sistema de pensamiento se aplicara
en dirección idealista o materialista porque su entramado, su metodología de
conocimiento y acción, era estrictamente racional y, en todo caso, no daba
cuenta de la totalidad de la vida
Así las cosas, conceptos como intencionalidad, apertura, historicidad
de la conciencia, intersubjetividad, horizonte, etc., son de reciente precisión
en el campo de las ideas, y con ellos se ha dado cuenta de la estructura no
de la vida en general, sino de la “vida humana”, resultando de todo esto una
definición radicalmente diferente a la del “animal racional”.
Nietzsche buscando algo que pudiera superar a su “último hombre”
del siglo XIX construyó un Superhombre que, como en las más recientes
leyendas del Golem, echó a andar sin control destruyendo todo a su paso. Se
puso en pie el irracionalismo y la “Voluntad de Poderío” como máximo valor,
constituyendo el trasfondo ideológico de una de las mayores monstruosidades
que recuerda la historia.
El “Dios ha muerto” no pudo ser resuelto o superado por una nueva
y positiva fundamentación de los valores. Y las grandes construcciones del
pensamiento quedaron ya clausuradas en la primera parte de este siglo XX sin
lograr ese cometido
¿En qué cree ya el ser humano? ¿Acaso en nuevas alternativas de
vida? ¿O se deja llevar en una corriente que le parece irresistible y que no
depende para nada de su intención?
Si, en cambio, Dios ha muerto en el corazón de las religiones podemos
estar seguros que ha de revivir en una nueva morada como nos enseña la
historia de los orígenes de toda civilización, y esa nueva morada estará en el
corazón del ser humano muy lejos de toda institución y de todo poder.”
Esto es lo que se viene, no crecen las religiones, lo que aumenta es la
espiritualidad en el ser humano, como una necesidad. Próximamente, quizá
todos los ámbitos del quehacer humano estén teñidos de cierta forma por algo
espiritual. Eso es lo que esta creciendo.
Las diferencias entre Occidente y oriente son abismales. No hay
comparación posible, más que nada en las valoraciones y formas de práctica,
es otro paisaje. Pero para occidente esto es todo nuevo, como aclaraba Silo,
en estos últimos tiempos: “Cambio el mundo”.
En la calle este nuevo momento espiritual se percibe, seguramente
sin dirección alguna, cuando la gente se acerca a la onda New Age, al Yoga,
Reiki, entre otras practicas y mezclas orientales. Combinaciones de filosofía,
arte, música y espiritualidad. Hoy se dan casos en donde una persona le reza
a algún santo, ve a un pastor evangelista en TV, lee al Sai Baba, basa sus
conductas en los principios de Silo, estudia Kaballah, pasando previamente por una clase de yoga.
Hoy la gente vuelve a acercarse a lo religioso. Se acerca pero de otro
modo. El vacío de la etapa anterior ha producido una atmósfera de sin sentido,
de caos, de violencia, de pobreza, no solo económica sino interna; la cual
lleva al ser humano a buscar un sentido mas allá del mundano, mas allá de
su rutina, quizás algo mas elevado. En ese contexto de crisis y búsqueda
profunda, aparece esta etapa religiosa.
Nos vamos alejando de la edad moderna, y asistimos a un mundo en
crisis que ya no se mueve por ideas. En ese contexto todos los que queremos
cambiar este mundo, para convertirlo en un lugar mas justo y no-violento,
donde el ser humano sea lo mas importante, nos debemos una reflexión.
Las religiones históricas no podrán aprovechar para si esta etapa
religiosa que se viene, por que el Ser Humano esta frente a la posibilidad
histórica de darse cuenta quien es realmente. Esta a punto de darse cuenta
que en el centro de su corazón habita un Dios. Y si el Ser Humano encuentra lo
Sagrado dentro de si, él y su medio cambiaran abruptamente.
Como dice el Maestro Silo en 2004, en Punta de Vacas: “Yo quiero compartir con todos esta certeza profunda que dice: “lo Sagrado está en
nosotros y nada malo puede ocurrir en esta búsqueda profunda de lo
Innombrable”. Creo que algo muy bueno ocurrirá cuando los seres humanos
encuentren el Sentido tantas veces perdido y tantas veces reencontrado en los
recodos de la Historia.
Yo quisiera, amigos, que se escuchara el Mensaje de lo Profundo. No
es un Mensaje estridente, es un mensaje muy quedo que no se puede
escuchar cuando se lo quiere atrapar.
Yo quisiera, amigos, transmitir la certeza de la inmortalidad. Pero,
¿cómo podría lo mortal generar algo inmortal? Tal vez deberíamos
preguntarnos sobre cómo es posible que lo inmortal genere la ilusión de la
mortalidad”.
Por ultimo desde el Nuevo Humanismo, observamos a la espiritualidad y
a la No-violencia como conceptos inseparables y que cuando se los separa o
se deja de lado alguno de ellos, pierden su profundo significado transformador.
La no-violencia contiene entonces, un profundo contenido espiritual,
entendiendo a este, como aquel valor que conecta la acción social y personal
con las más profundas y valiosas aspiraciones humanas.
-Referencias bibliográficas:
CERIS: Centro de estadísticas religiosas e investigación social
Encuesta de D”alessio irol para la revista “Selecciones” – Buenos Aires, Argentina
“Características de una etapa pre-religiosa”, Silo 1993
“El tema de dios”, Silo 1995
Charla de Silo, Parque de estudio y reflexión “Los Manantiales”, Mayo 2010.
“Arenga 2004”, Silo, Punta de Vacas, Mendoza, Argentina, Mayo 2004.
“No-Violencia y espiritualidad”, Libro de La Comunidad para el desarrollo humanos, ed.
2010
“La religión interior”, Silo 1973.