Mustafa Hassan Abdulá se retiró al inicio de la vista de este sábado, en una audiencia que duró apenas unos segundos, al sentirse “incómodo” con la revisión del caso y lo ha redirigido al Tribunal de Apelaciones, que deberá elegir un nuevo tribunal, de ahí que el caso se aplace de forma indefinida.
Esta audiencia se ha celebrado en una academia de la policía en las afueras de la capital egipcia, El Cairo, y los abogados de la sociedad civil presentes en el juicio coreaban: “El pueblo quiere la ejecución del presidente”.
En enero de 2011, los egipcios iniciaron una revolución contra el régimen de Mubarak que puso fin, en febrero de 2011, a más de tres décadas de autocracia en el país norteafricano.
Mubarak, de 84 años de edad, su ministro del Interior, Habib al-Adly, y seis jefes de seguridad fueron juzgados por la represión y el asesinato de 900 manifestantes durante las protestas masivas que derrocaron al régimen de Mubarak. Y los hijos del expresidente, Gamal y Alaa, por cargos de corrupción.
En el juicio celebrado en junio pasado, Mubarak y al-Adly fueron hallados culpables y condenados a cadena perpetua; pero en enero un tribunal egipcio aceptó una apelación del expresidente contra el fallo emitido y ordenó un nuevo juicio.
En este nuevo juicio se esperaba que el expresidente Mubarak fuera juzgado por segunda vez por cargos de complicidad en el asesinato de cientos de manifestantes en las protestas pacíficas que se sucedieron entre el 25 y 31 de enero de 2011.