Los indignados manifestantes coparon la noche del viernes las calles del centro de la ciudad y denunciaron una controvertida ordenanza municipal, denominada P-6, que restringe las protestas, y en la que se incluye un requerimiento de que se informe a la Policía con ocho horas de anticipación la realización y la ruta de cualquier congregación, en la que participen 50 personas o más.
La ley P-6, también, prohíbe a los participantes cubrir sus rostros durante actos de protesta.
Los opositores denuncian esta ley por considerarla como una forma de represión policial.
El organizador de la protesta, la Convergencia Anticapitalista, conocida también, como la CLAC, ha declarado que la marcha fue un evento familiar que tenía como objetivo «recuperar las calles», además, sostiene que la celebración de una reunión pacífica es un derecho del pueblo según la Carta Canadiense de Derechos y Libertades.
Los ciudadanos de Montreal han efectuado varias protestas desde febrero en contra de la ley P-6 y como consecuencia cerca de 600 personas han sido arrestadas y multadas por la Policía.