* Por Keyla Rosa Estévez García,
Referente de La Poderosa Cuba.
Y sí, este 1º de Mayo ha sido muy especial para todo el pueblo cubano, ya que nos ha tocado realizar el desfile característico, por primera vez sin la presencia física de Fidel, sin la motivación de que fuera él quien nos guiara. El compromiso de las nuevas generaciones por mantener su legado es, sin dudas, lo que ha primado en esta movilización, donde los jóvenes de todas las provincias se han encargado de abrir la jornada en cada rincón de la isla, para representar la continuidad histórica, demostrando que Fidel está vivo en la juventud.
Desde el triunfo de la Revolución, en 1959, cada 1º de Mayo ha sido una fiesta nacional para la clase obrera cubana. Y por eso, nuestras conmemoraciones no se extienden tan sólo en los centros de trabajo, sino también en la comunidad, en los barrios y en cada familia, desde los más pequeños hasta los más ancianos. Más de 150.000 jóvenes habaneros desfilaron por la Plaza de la Revolución, junto a todo el pueblo, sin distinciones de raza, sexo o clase social. Han marchado en conjunto las Fuerzas Armadas y los estudiantes, los deportistas y los pobladores, los maestros y los médicos… Pues allí radica la esencia del desfile: una fiesta del pueblo, con el pueblo y para el pueblo.
Desde hace ya cinco años, Cuba está en un proceso de transformación social, enfocada en la apertura de las economías familiares y personales, como parte del programa de desarrollo que nos permite hacer aún más próspero todo lo que hemos construido hasta hoy, tras 59 años de reivindicar nuestros derechos. Y hoy, en la diversidad de esta movilización, podemos encontrar la unidad que necesitamos para crecer a pesar de las diferencias, las tergiversaciones mediáticas y las provocaciones que se ocupan de difundir.
Aquellos días terribles de final de noviembre, con el paso a la eternidad del Comandante, surgió la expresión “Yo soy Fidel”, que el pueblo volvió a cantar incansablemente a principio de semana, por todas las calles. Fue algo natural de cada persona, por el respeto hacia él y hacia la Revolución, el mismo respeto que nos hace abrir la garganta cubana para gritar que ahora Raúl es Fidel, porque Raúl es el legado y porque también es parte del proceso que vamos a comenzar a vivir dentro de muy poco en el país, de cara a las elecciones de 2018.
El pueblo cubano ha sido un pueblo fidelista, lo es y lo será. Porque sí, tal como decía la bandera que encabezó el acto por el Día del Trabajador, que logró encolumnar a toda la sociedad, «Nuestra Fortaleza es la Unidad».
"LOS TRABAJADORES SOMOS FIDEL"* Por Keyla Rosa Estévez García,Referente de La Poderosa Cuba.Y sí, este 1º de Mayo ha sido muy especial para todo el pueblo cubano, ya que nos ha tocado realizar el desfile característico, por primera vez sin la presencia física de Fidel, sin la motivación de que fuera él quien nos guiara. El compromiso de las nuevas generaciones por mantener su legado es, sin dudas, lo que ha primado en esta movilización, donde los jóvenes de todas las provincias se han encargado de abrir la jornada en cada rincón de la isla, para representar la continuidad histórica, demostrando que Fidel está vivo en la juventud.Desde el triunfo de la Revolución, en 1959, cada 1º de Mayo ha sido una fiesta nacional para la clase obrera cubana. Y por eso, nuestras conmemoraciones no se extienden tan sólo en los centros de trabajo, sino también en la comunidad, en los barrios y en cada familia, desde los más pequeños hasta los más ancianos. Más de 150.000 jóvenes habaneros desfilaron por la Plaza de la Revolución, junto a todo el pueblo, sin distinciones de raza, sexo o clase social. Han marchado en conjunto las Fuerzas Armadas y los estudiantes, los deportistas y los pobladores, los maestros y los médicos… Pues allí radica la esencia del desfile: una fiesta del pueblo, con el pueblo y para el pueblo.Desde hace ya cinco años, Cuba está en un proceso de transformación social, enfocada en la apertura de las economías familiares y personales, como parte del programa de desarrollo que nos permite hacer aún más próspero todo lo que hemos construido hasta hoy, tras 59 años de reivindicar nuestros derechos. Y hoy, en la diversidad de esta movilización, podemos encontrar la unidad que necesitamos para crecer a pesar de las diferencias, las tergiversaciones mediáticas y las provocaciones que se ocupan de difundir.Aquellos días terribles de final de noviembre, con el paso a la eternidad del Comandante, surgió la expresión “Yo soy Fidel”, que el pueblo volvió a cantar incansablemente a principio de semana, por todas las calles. Fue algo natural de cada persona, por el respeto hacia él y hacia la Revolución, el mismo respeto que nos hace abrir la garganta cubana para gritar que ahora Raúl es Fidel, porque Raúl es el legado y porque también es parte del proceso que vamos a comenzar a vivir dentro de muy poco en el país, de cara a las elecciones de 2018.El pueblo cubano ha sido un pueblo fidelista, lo es y lo será. Porque sí, tal como decía la bandera que encabezó el acto por el Día del Trabajador, que logró encolumnar a toda la sociedad, "Nuestra Fortaleza es la Unidad".
Nai-post ni La Garganta Poderosa noong Biyernes, Mayo 5, 2017