Texto y fotos Valdir Silveira/Pressenza
Durante la semana los congresistas votaron en régimen de urgencia la Reforma de las Leyes Laborales (CLT) que contempla enormes pérdidas de derechos para la clase trabajadora, al poner –por ejemplo– el acuerdo patrón-empleado por encima de la CLT. Poco antes había sido aprobada también la Reforma Previsional que hace inviable la jubilación integral para amplios sectores de la sociedad, como resultado del lobby de los bancos para forzar la adopción generalizada de los Planes de Jubilación privados. El gobierno del Estado de Río de Janeiro sigue sin pagar salarios atrasados a sus funcionarios. En ese contexto, centrales sindicales, movimientos y entidades, convocaron a la huelga general en todo Brasil para el pasado viernes 28/04.
Fue la mayor movilización laboral de los últimos 20 años, convocando a millones de personas (los organizadores estiman 35 millones), en diversas capitales y ciudades del país. Sigue el relato de la protesta ocurrida en el centro de la ciudad de Rio de Janeiro, al caer la tarde.
El acto en Rio comenzó en clima festivo encabezado por sindicatos, empleados públicos, trabajadores, jubilados y militancias juveniles. En pocos minutos, cuando los manifestantes dieron la espalda a la tropa de choque en la concentración, aparecieron las primeras bombas de gas en la retaguardia donde estaban los maestros, jubilados y el camión del SEPE (Sindicato Estatal de los Profesionales de la Educación). El movimiento no se disolvió y seguimos nuestro acto sin responder a las provocaciones.
A pocos metros, en la Iglesia de la Candelaria, cuando se iniciaba una nueva concentración, volvieron a lanzarse bombas. Era la tentativa clara de que la protesta ni siquiera comenzara.
La dispersión se produjo por las calles adyacentes a la Avenida Rio Branco. En ese momento, un grupo de manifestantes anarquistas dio inicio a las tácticas black bloc como reacción al avance de las bombas.
Abrimos un paréntesis. Durante la mañana, un numeroso grupo de efectivos de vigilancia de Fecomércio (nucleamiento de sindicatos patronales) se apostaba en todas las esquinas así como al frente de los bancos. Mientras tanto en la manifestación –que prometía ser tensa– ¿dónde estaban? Concentrados lejos de ahí, detrás de las formaciones de la policía militar. No entiendo de tácticas de seguridad, pero tuve la impresión de que guardias y efectivos policiales no estaban preocupados por contener el caos sino que, muy por el contrario, hicieron todo lo posible para establecerlo y se enfocaron en la persecución y agresión a los manifestantes (después me llegaron muchos relatos de personas heridas y cercadas por la policía en bares del centro).
La gran mayoría siguió en dirección a Cinelandia (lugar de concentración final de la protesta) decidida a continuar. Todos los grupos fueron convergiendo en esa dirección. Apenas comenzaron en el palco los discursos de los líderes políticos, volvieron a lanzarse bombas precisamente en medio de la multitud y sobre el palco.
Vean los videos:
Acto en Cinelândia dispersión
Huelga general. Cinelândia, abril de 2017
A partir de ese momento la tensión aumentó. Las persecusioines a los manifestantes con bombas y balas de goma se intensificaron. Las tácticas black bloc también, con la destrucción de ómnibus. En las áreas de mayor caos ni siquiera había presencia policial; llegaron algunos pocos después de que los ómnibus estaban totalmente incendiados. En ese momento se dispersó a los curiosos con bombas de gas y balas de goma.
Las persecuciones siguieron entre Lapa y Glória, arrojando gas lacrimógeno en bares.
Volví a Cinelândia. El acto había recomenzado pero no demoraron en llegar las bombas, la dispersión y persecuciones por las calles del centro, Praça Mauá, Lapa y Glória.
Entiendo que quedó claro que la táctica sigue siendo la del 2013: dejar que se instalen el caos y la destrucción, persecución incansable por calles y bares, fuertes represiones a manifestantes para desalentar la participación en actos públicos convocados para defender derechos, logrando así el vaciamiento de las luchas. Siendo los grandes medios solidarios con la posición del gobierno, esa atmósfera de caos será utilizada para transmitir una imagen falsa a la población, poniéndola en contra de los manifestantes y sus causas.
Nunca hubo en la historia conquista de derechos sin lucha. Nunca se conquistaron derechos saliendo de paseo una tarde soleada de sábado o domingo.
Las luchas tendrán que continuar, pero también tendrán que derivar en acciones cuyo objetivo sea esclarecer a la población de que nuestra lucha no es como los noticieros cuentan. Que esa lucha también es suya, que ya no es tiempo de ser simples espectadores. Los grandes medios se empeñan en desmoralizar a los luchadores a cambio de pauta publicitaria del gobierno y aliados del golpe. A veces disimulan empatía y solidaridad en sus programas de TV o radio, pero no dudan en amenazar nuestros derechos dando respaldo al golpe de estado orquestado por la clase política y empresarial más abyecta que hayamos tenido. Todo eso sólo por conquistar simpatía e influencia, y en eso han tenido éxito.
La lucha necesitará acciones contundentes como contrapunto a toda la manipulación y represión que están apenas comenzando. Tenemos un lago camino por delante.
Siguen las imágenes registradas.