El gobierno aseguró que hubo voluntad de generar desorden. La norma que permitirá casarse y adoptar a personas del mismo sexo se debatirá en el Senado el 4 de abril próximo.

Un día después de una nueva movilización de los opositores al casamiento igualitario en Francia, el gobierno de Francois Hollande defendió la represión policial que tuvo lugar sobre el final contra los organizadores de la protesta.

Sobre el final de la movilización, cuando unas 200 personas intentaron romper el vallado policial para continuar la manifestación por la avenida Champs-Elysées –pese a que había sido prohibido por las autoridades de París- la policía reprimió con gases lacrimógenos y forcejeos que dejaron seis detenidos.

Los enfrentamientos al final de la marcha, convocada en rechazo al proyecto de ley que el gobierno socialista se apresta a aprobar en el Parlamento y que reunió entre 300.000 y 1.400.000 personas (según estiman la policía y los organizadores), generaron una polémica entre unos y otros.

“Había voluntad de varios grupos de generar desorden”, sostuvo esta mañana el ministro del interior Manuel Valls en la radio RTL, y apuntó a “militantes de extrema derecha que lanzaron bulones de acero contra los policías, quienes actuaron debidamente ante una movilización que escapó de las manos de sus organizadores”.

Según el ministro, 30 efectivos resultaron con heridas leves e informó que de las 98 personas interpeladas por la policía, seis continúan detenidas.

“No debo disculparme por cómo actuó la policía, su comportamiento fue ejemplar. No lanzaron granadas lacrimógenas, solo rociaron con spray lacrimógeno a los manifestantes más exaltados”, argumentó el ministro Valls.

No obstante, los organizadores y numerosos políticos conservadores que participaron en la manifestación, denunciaron una utilización “desproporcionada” de la fuerza por parte de los efectivos en el corazón turístico de París.

“Es inaceptable tirar gas lacrimógeno contra niños. Es el reflejo de la violencia con que el gobierno trata a este movimiento ciudadano que nació contra su proyecto. Es inaceptable, hay que sancionar a los policías”, protestó el ex ministro conservador Laurent Wauquiez.

Mientras que el diputado Jean-Francois Copé, presidente de la conservadora Unión por un Movimiento Popular (UMP), exigió que Hollande «rinda cuentas sobre el accionar policial”.

En su tercera manifestación, que convocó a menos personas que en las anteriores, los manifestantes endurecieron sus eslóganes, al calificar con sus cantos al mandatario socialista como “dictador” y criticar, asimismo, su política fiscal.

Apelaciones

Los opositores al proyecto –una de las promesas de campaña de Hollande- tienen como última esperanza que el Senado desapruebe el texto, dado que el PS supera la mayoría con seis senadores (junto a comunistas y ecologistas), algunos de los cuales podrían abstenerse o votar en contra del proyecto gubernamental.

Mientras que de prosperar, los opositores anunciaron que presentaran un recurso ante el Consejo Constitucional para impedir que la ley se haga efectiva, aunque analistas estiman poco probable que el organismo impida la aplicación de una ley votada en el Parlamento.

Asimismo, los anti casamiento igualitario dejaron en claro que presentarán también un recurso ante la Corte Europea de Derechos Humanos (CEDH).