La ratificación del tratado firmado en Praga el 8 de abril de este año contó con el respaldo de 71 senadores, cuatro más de lo necesario.
Sin embargo, los senadores aprobaron el documento después de acordar dos enmiendas, una de ellas referida al compromiso del presidente norteamericano, Barack Obama, de una necesaria modernización de la triada nuclear.
La otra condición propuesta a la Casa Blanca fue la urgencia de sostener conversaciones con Rusia para poner fin a lo que Estados Unidos considera como una disparidad entre ambos países en lo concerniente a las armas estratégicas tácticas.
Al respecto, Timakova recordó que Obama y Medvedev acordaron una ratificación simultánea del START-3, pero reconoció que al Consejo de la Federación (senado ruso) deberá analizar las consecuencias jurídicas de las citadas enmiendas estadounidenses.
El nuevo tratado, que sustituye al firmado en 1991, cuyo funcionamiento expiró en diciembre de 2009, funcionará durante una década y estipula una reducción del arsenal nuclear de ambos países hasta mil 550 ojivas y hasta 700 portadores de proyectiles atómicos.