Por Xavier Caño Tamayo
El gobierno de Chipre (isla de apenas un millón de habitantes y reducido PIB) envió al Parlamento una ley que imponía una tasa de 6,75% a los ahorros depositados en bancos de 20.001 a 100.000 euros y otra de 9,9% para los superiores a los cien mil. Una imposición de la Comisión Europea, FMI y BCE como condición para prestar a Chipre 10.000 millones de euros; el rescate para salvar sus bancos.
Con Chipre se ha pasado de rebajar la renta de la ciudadanía con recortes y agresiones a derechos sociales a apropiarse directamente del dinero que la ciudadanía tiene en el banco.
Ni un solo diputado votó a favor de esas tasas. Es la primera vez que un parlamento nacional rechaza las condiciones de rescate de la Unión Europea. En los últimos años, parlamentos de Grecia, Irlanda, Portugal, España e Italia han tragado medidas salvajes para conseguir un dinero que ha ido a parar a los bancos.
Cabe señalar que el FMI y Alemania querían un saqueo aún mayor. La directora del FMI, Christine Lagarde y el ministro alemán Schäuble exigían una quita del 12% de los depósitos. La misma Lagarde cuyo piso de París ha sido registrado por la policía en busca de pruebas de corrupción.
En los bancos chipriotas se esconden y blanquean grandes volúmenes de dinero de oligarcas rusos y algunos otros europeos. Chipre funciona como un paraíso fiscal que ofrece muy bajos impuestos sobre el capital y así ha atraído mucho dinero oscuro. Pero ni Comisión Europea ni BCE movió jamás un dedo ante tal piratería fiscal. Y ahora se les ocurre apropiarse del dinero de la gente. ¿Cuántos depósitos multimillonarios oscuros (de mucho más que 100.000 euros, por cierto) hay en bancos de Chipre? Pero no se actúa contra éstos, sino contra toda la ciudadanía con algún dinero en el banco.
Un pésimo periodista ha escrito estos días que Alemania se sale con la suya al garantizar que a los chipriotas no les salen gratis los excesos del pasado. ¿Excesos? Bien, hablemos de excesos de verdad. Hablemos de evasión fiscal, fraude, blanqueo de dinero negrísimo, información privilegiada, tráfico de influencias y un larguísimo etcétera de crímenes económicos perpetrados por las élites europeas, la alemana en primer lugar. En Chipre y en toda Europa. Excesos que hunden a los países.
La actuación de la troika con Chipre es bandidismo y chantaje. Joerg Asmussen, alto directivo del BCE, se ha apresurado a afirmar que el BCE retirará su ayuda a los bancos chipriotas a menos que el país acepte el rescate rápidamente. Para Juan Torres, «rescatar un sistema bancario muerto, como el chipriota, es duplicar la deuda pública del Estado (hasta el 150% del PIB). Y el préstamo de 10.000 millones de euros que le den a Chipre a tan alto precio irá directamente a los bancos”. Es decir; nada se arreglará, sino que empeorará. Como ha empeorado en Europa. Daniel Raventós nos recuerda que la Unión Europea lleva gastados casi un billón trescientos mil millones de euros para intentar reflotar 215 bancos. Pero la economía europea no se endereza sino todo lo contrario. Y la ciudadanía está peor; incluso en Alemania, como nos explica Rafael Poch en sus crónicas de Berlín.
Según el profesor de economía Carlos Sánchez Mato, «el plan diseñado para Chipre es una experiencia piloto. Si logran evitar la huida desesperada de dinero (no solo chipriota) y también la protesta social acorde a la magnitud de la tropelía, en los próximos años actuarán igual en la fase siguiente de rescate bancario en los países del Sur de Europa. La parte positiva es que, por fin, habrá estallido social.”
Esa troika sierva del poder financiero logrará finalmente que en Europa solo haya pobres y una minoría obscenamente rica.
Entonces vienen a la mente las palabras de Cicerón a Catilina, que quería destruir la República de Roma para a detentar el poder absoluto: Quosque tandem Catilina abutere patientiam nostram? En versión libre contemporánea: ¿Hasta cuándo la gentuza de la troika abusará de nuestra paciencia?
Consciente de esta situación, el poeta Marcos Ana recuerda que «un cambio de fondo, revolucionario, no se produce en un pispás, necesita madurez. Continuar adelante es una eterna lucha. No existe otro camino: este mundo no es justo y hay que cambiarlo”.