Diálogo con Karen Atala, abogada, jueza, lesbiana, madre, activista de los derechos de la población LGBTI, y directora de la Fundación Iguales de Chile.
Karen interpuso una demanda contra el Estado Chileno ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos por la custodia de sus tres hijas. Después de que la Corte Suprema de Justicia de Chile invalidó todas las anteriores instancias que habían determinado que ella podía tener la custodia de sus hijas, y vivir con su nueva pareja.
La sentencia de la Corte nacional invalidante declaró que en una sociedad heterosexual, como la chilena, el modelo familiar que ofrece el padre en una relación de pareja heterosexual es mucho mejor que el ofrecido por una pareja homosexual; en este sentido, las hijas de Karen, por vivir en una familia “excepcional” podrían verse sujetas a eventuales actos de discriminación que alterarían su normal desarrollo. Este fallo trajo como consecuencia que sus hijas pasaran a estar bajo custodia de su padre. Por este proceso, la Corte Interamericana de Derechos Humanos condenó al Estado chileno.
“Esto partió como algo personal y con los años se transformó en una lucha política”, afirma Karen Atala. En el sentido de una interpretación progresiva de avance en derechos, la orientación sexual de las personas y la expresión o identidad de género, pasan ahora a ser categorías protegidas por la Convención Interamericana. Es la primera vez que esto sucede en la historia de la Corte Interamericana, veinte años después de que sucediera en la Corte Europea de Derechos Humanos.
La educación con igualdad y diversidad
A partir de su propio caso ante la Corte Interamericana, Karen cita dicha sentencia que explica que los estereotipos y prejuicios discriminantes se superan con educación en todos los niveles, también todas/os los funcionarios públicos y todos/as los funcionarios judiciales de todos los escalafones, especialmente en orientación sexual, identidad de género, derechos humanos y medidas contra la discriminación.
Karen afirma: “Sobre la inclusión y la diversidad, Chile se caracteriza por ser uno de los países más clasistas a nivel latinoamericano: niega a su población indígena, niega sus raíces afrodescendientes, tenemos un constructo imaginario de que somos un país de raza blanca”. Por ello, hace falta educar en la comprensión de las diversidades y la inclusión social de todas ellas.
El reto ante la violencia escolar por razones de género es hablar claramente para reconocer que las/os niñas/os y adolescentes pueden expresar una identidad de género diversa y orientación sexual diversa a la heterosexual, acompañarles y educar a las/os profesoras/es, quienes replican muchas veces sus propios prejuicios en sus alumnas/os. Esto tiene que establecerse como política por parte del Ministerio de Educación, en acato de la sentencia de la Corte Interamericana.
La lucha continúa, pues por ejemplo, la Ley antidiscriminatoria chilena relativiza la defensa del derecho a la igualdad bajo el derecho a la libertad de culto y de educación. Así, aún se pueden justificar las discriminaciones por estos motivos en cualquier establecimiento educativo hacia niñas/os y adolescentes que manifiesten preferencias sexuales y de género que estén por fuera de aquellos roles heteronormados.
Desde la Fundación Iguales de Chile, Karen ejerce su activismo por los derechos de todas y todos. Esta fundación trabaja por la incidencia política, la creación de conciencia, la visibilización de las diferentes realidades, la promoción de los proyectos de ley, la presencia y participación en las sesiones del Congreso y campañas educativas para capacitar en inclusión de orientaciones sexuales e identidades de género en empresas, colegios, municipalidades, etc.