Estamos muy conscientes del anuncio, respondió este miércoles el portavoz del Departamento de Estado, Philip Crowley, ante la insistencia de periodistas sobre el tema.
El anuncio de que la próxima publicación será siete veces mayor en tamaño que los warlogs de Iraq, causantes de un gran malestar en círculos del Pentágono y aliados estadounidenses, abre interrogantes e incertidumbre entre los hacedores de la política exterior de la Casa Blanca.
Las revelaciones sobre la nación mesopotámica, contenidas en cerca de 390 mil documentos, destaparon nuevamente el tema de las torturas y abusos aplicados o permitidos por las fuerzas invasoras.
Crowley comentó que su gobierno desconoce lo que se publicará pero sí está enterado de que WikiLeaks filtrará cables diplomáticos con información secreta de sus embajadas en todo el mundo.
Estamos en contacto con nuestras misiones y estas iniciaron el proceso de notificar a gobiernos de que una publicación próxima es posible, aseguró.
El vocero indicó que esto también fue comunicado al Congreso de Estados Unidos.
El contenido de los informes que se espera sean filtrados, aseguró, pueden incluir conversaciones con funcionarios, ciudadanos, historiales de la actividad diplomática diaria, entre otras, que en opinión de ex diplomáticos pueden incluir aspectos comprometedores.
Estas revelaciones, subrayó el vocero, dañan al país y nuestros intereses, y van a crear tensiones en la relación de nuestros diplomáticos con nuestros amigos en el mundo, alertó.
Al respecto, comentaristas políticos consideran que si no hay nada turbio que ocultar, los temores son injustificados.