La formulación de Longueira es realmente sorpresiva y genera un quiebre en la posición histórica que la derecha ha tenido acerca del tema.
En todo caso, la propuesta de Longueira viene a coronar una seguidillas de hechos políticos que no dejan de ser igualmente sorprendentes.
**¿Qué te pasó Evo?**
Con ocasión del rescate de los 33 mineros, el presidente de Bolivia, Evo Morales, viajó a Chile para acompañar el rescate de su compatriota Carlos Mamani. En tal ocasión Evo y Piñera se
mostraron muy cercanos y amigos. En la conferencia de prensa que ambos dieron, con un Piñera esbozando su ya característica sonrisita, Evo Morales dio un saludo remarcando en –al menos, tres ocasiones- su *“admiración personal por el presidente Piñera”*.
Es cierto que tales palabras se dieron dentro de un marco de júbilo y alegría por la hazaña del rescate y frente a las cámaras de todo el mundo. Pero también es cierto que Evo no es un ingenuo, cándido o excesivamente entusiasta, por el contrario es un líder tremendamente
hábil que sabe muy bien el peso que cada una de sus palabras puede tener en Bolivia y en toda la izquierda latinoamericana.
Perfectamente sus palabras pudieron ser sólo de agradecimiento a Piñera y a todo el pueblo de Chile por el rescate de los 33 mineros y de su propio compatriota y todo hubiese quedado muy bien dentro del protocolo que se acostumbra en estas ocasiones, pero porqué remarcar tanto su *“admiración personal por el presidente Piñera”*, un presidente de derecha?
**¿Qué te pasó Alan?**
Corría el mes de Marzo del 2009 cuando Evo Morales trataba de *“gordo, neoliberal y vendepatria”* a su par del Perú, Alan García, luego que éste señalara que Evo estaría renunciando a la salida al Mar. Estos dimes y diretes duraron varios meses, llegando Evo a
comparar a García con Bush, y al propio García señalar que no respondería a *“los gritos de cantina de Evo Morales”*.
Luego de más de un año de estos intercambios poco diplomáticos, el 20 de Octubre recién pasado -es decir, sólo unos pocos días después de las efusivas palabras de Evo hacia Piñera- Alan García y Evo Morales firman el acuerdo llamado BoliviaMar que establece una tratado por 99 años para que Bolivia ocupe el puerto peruano de Ilo. Además, se establece una zona franca y beneficios aduaneros para Bolivia, incluso la posibilidad que Bolivia adquiera naves peruanas
y realice instrucción y ejercicios navales en este puerto.
En tal ocasión ambos presidentes se mostraron muy amistosos y afectuosos entre ellos.
Preguntado por la prensa por las rencillas anteriores, Evo respondió: *“después de makanakuy, munanakuy”*, que en quechua significa *“después de la pelea, el cariño”*.
**¿Qué te pasa Concertación?**
Por su parte, la Concertación, una vez más ha quedado pasmada frente a los acontecimientos o ha reaccionado equivocadamente.
*“Me parece muy impropio que estando el Presidente fuera del país, que un parlamentario de Gobierno esté invadiendo facultades que son de la potestad presidencial, que es conducir las relaciones exteriores, y no sé qué es lo que pretende el senador Longueira
al confrontar de esta forma lo que está haciendo su Gobierno”*, estas palabras de celosa defensa de las prerrogativas presidenciales no fueron dichas por alguien de gobierno sino por el parlamentario Socialista Juan Pablo Letelier.
Por su parte, el *“progresista”* diputado PPD y presidente de la comisión de relaciones exteriores, calificó de *“inadecuado e imprudente”* los planteamientos de Longueira, es decir,
pareciera que estamos ante el espejo de Alicia en el país de las maravillas: la izquierda moviéndose como la derecha y la derecha como la izquierda!!! .
**Algo está sucediendo**
Todo lo anterior muestra que en el tema de la salida al mar de Bolivia, algo sustantivo está pasando. De otro modo no se entienden las excesivamente elogiosas palabras de Evo hacia Piñera y la veloz y hábil jugada de Perú de firmar el tratado.
Y es dentro de este contexto que Pablo Longueira realiza su audaz propuesta que incomoda al gobierno de Piñera y a su propio partido.
Un análisis escéptico de la propuesta de Longueira indicaría que el objetivo del senador no sería otro que *“reventar”* los profundos y secretos avances que pudiesen tener Piñera y Evo sobre el tema, proponiendo de paso plebiscitar el tema en la certeza que un plebiscito sería rechazado por la ciudadanía chilena. Tal tesis tendría como premisa que Piñera estaría dispuesto a avanzar en la solución a la mediterraneidad boliviana, lo que se sustentaría en la
llamada política hinzpeteriana, que no es otra cosa que ese estilo pragmático y alejado de la tradición derechista que busca refundar una nueva derecha al estilo de Aznar, arrebatando temas propios de la Concertación y que fue utilizado hábilmente por el Ministro del Interior Rodrigo Hinzpeter en la *“solución”* a la huelga de hambre mapuche.
Otro análisis indicaría que con su llegada al poder, la derecha se ha dado cuenta de la orfandad internacional en que se encuentra, que el estigma de la Dictadura de Pinochet está presente aún en los gobiernos más afines ideológicamente y que para reinsertarse en la gran política internacional debe mostrar gestos concretos que los muestren derribando sus propios muros autoritarios, sólo así podrían pensar en algo más que un paréntesis de cuatro años, como el
mismo Senador Longuera señalaba hace unos meses atrás.
Si a esto le agregamos que según el ex presidente de Bolivia Jaime Paz Zamora *“si la demanda comercial boliviana se va a los puertos del Perú, Chile podría perder más de tres mil millones de dólares. Incluso existe la posibilidad de exportar gas por Ilo, ahora que Perú construye el gasoducto surandino”*.
Requerido por la prensa para aclarar su propuesta, Longueira señaló: *“En un mundo global, solucionar el tema del mar para Bolivia nos conviene a todos…»* *»… seguir anclado al pasado y no tener capacidad de solucionar el tema en una región como la nuestra, yo creo que en la solución (sobre la demanda) de Bolivia, nos vamos a ver ambos pueblos beneficiados»*.
Por tanto, la solución a la mediterraneidad boliviana permitiría a la derecha mostrar importantes credenciales en la política internacional y de paso asegurar suculentos y millonarios negocios para el país, es decir, para los grandes grupos económicos nacionales… y eso sí que es ideológicamente correcto en la derecha.
Por su parte, los dirigentes de la Concertación debieran aprovechar el ataque de democratitis de Longueira y en vez de rechazar el llamado a plebiscito o explicar como han dicho los comunistas que *“la constitución no permite llamar a plebiscito”*, unirse a Longueira para ayudarlo a reformar la Constitución, estableciendo el plebiscito como medio de consulta popular. Y como para cuando llegue el día del plebiscito, seguramente los negocios estarán muy avanzados, no me sorprendería que incluso El Mercurio editorialice a favor de la salida al mar de Bolivia.
Por último, es útil recordar que el Partido Humanista desde su fundación en el año 1984, ha tenido dentro de su programa la propuesta de una salida soberana al mar para Bolivia. Esto
pues ya en esos años entendíamos que el futuro de cada país latinoamericano pasa por la integración, que las guerras pasadas fueron productos de los grandes intereses económicos,
dividiendo a nuestros pueblos, y que la integración requiere de la construcción de un proyecto futuro conjunto. En los últimos años, nuestra región latinoamericana ha avanzado fuertemente en la integración, es la dinámica de los nuevos tiempos y a esa dinámica ni siquiera los gobiernos de derecha pueden sustraerse.
Con Piñera en el gobierno y en el hipotético caso de resolverse una salida soberana al mar de Bolivia, seguramente los grandes grupos económicos nacionales buscarán hacer sus consabidos negociados, pero aún con todo esto y con mirada histórica, sería un evidente paso
adelante en el proceso de integración.
En todo caso, no me sorprendería que Evo tenga contemplada alguna audaz jugada para evitar beneficiar a los grandes capitales chilenos, habilidad ha demostrado de sobra, inteligencia no
le falta, ni tampoco capacidad de anticiparse al futuro. Total, una vez resuelto el tema podría señalarle a Piñera: *“después de munanakuy, makanakuy”*, (después del cariño, la pelea).