Por Emergente
El barrio insignia de la Tupac Amaru hoy se encuentra en la desidia, tras la llegada de Gerardo Morales a la gobernación de Jujuy. El Alto Comedero, fue refugio de escuelas, piletas y un centro de salud, un espacio de oportunidades para miles de jujeños.
“Vení, pasá, estos colchones son los que pudimos rescatar, nos incendiaron un depósito donde estaban los colchones que íbamos a donar en año nuevo”, son las primeras palabras de Gustavo Maurin (Toto), delegado de la Tupac Amaru , quien nos recibió en el barrio Alto Comedero, en San Salvador de Jujuy, emblema de la organización.
Las obras realizadas son visibles para cualquiera que pise la provincia. Son las 4 de la tarde y Toto es nuestro guía. Casas, fábricas, hospitales, escuelas, copas de leche, piletas, canchas, centros de rehabilitación para discapacitados conforman “El Cantri” como ellos lo llaman. Muy cerca de allí también está el penal donde hace un año está detenida Milagro Sala. Durante estos 12 meses todo cambió para la Tupac Amaru: el barrio está destruido y las actividades en la sede de la Tupac, paradas. “La policía siempre está enfrente de nuestra sede. Nos hostigan, nos vigilan. Nos suspendieron el uso de instalaciones por 3 meses, no cobramos nuestro sueldo hace 10. ¿ Con qué derecho? La gente está triste, no sé con qué cara mirar a mis compañeros y decirles que este mes tampoco cobraremos”.
La organización Tupac Amaru inició en 2004 la construcción de 40 viviendas , realizadas por los integrantes de la cooperativa con la guia de maestros mayores de obra , lo que permitió también la capacitación de los integrantes de La Tupac. Estas viviendas fueron entregadas mediante votación de los delegados según la necesidad de los solicitantes. La demanda era enorme: muchas familias vivían bajo puentes o a orillas del río , siendo víctimas fatales de inundaciones en algunos casos .
Al dia de hoy, la Tupac lleva más de 5000 viviendas terminadas y entregadas en el barrio Alto Comedero.
Nuestra primera parada es el Centro Cultural: está vacío, salvo por la policía que está adentro. “Supuestamente los ponen para vigilar que no se roben nada. A nosotros ya nos sacaron los equipos del canal de televisión del barrio, al cual no tenemos acceso desde diciembre del 2015. Y ahora para entrar al Centro Cultural tenemos que dejar nuestros datos y firmar”. Toto interrumpe la charla. “Vení, vamos a hablar afuera”, nos dice. Y nos dirigimos hacia el parque acuático. Ahí, las emblemáticas “piletas de Milagro”, que se transformaron en un sello de la Tupac, aquellas que no discriminaban a los pibes por “negros o pobres”.
Más postales del abandono: lobos marinos de fibra de vidrio destruidos, los 2 motores de la pileta robados , los vestuarios saqueados. Al parque lo rodean una la réplica del Templo de Kalasasaya , que ahora tiene unas cuantas pintadas y los escalones rotos. “El polideportivo, en cambio, se mantiene porque vienen a cortar el pasto los que juegan unos picaditos”. comenta Toto.
Cambiamos
Desde que llegó Mauricio Macri al poder y tras asumir el cargo de gobernador Gerardo Morales, el barrio es gris y el paisaje apocalíptico . Los recortes presupuestarios afectaron seriamente el espacio y las fuentes de trabajo de 5000 tupaqueros, desaparecieron. Los profesionales que atendían el centro de salud se quedaron sin el sueldo y tuvieron que salir a buscar trabajo a otros consultorios privados. Además cortaron los programas de entrega gratuita de medicamentos. Después llegó el turno de las fábricas. En el barrio hay tres: la textil, la de bloques de hormigón y adoquines y la de carpintería metálica. Todas fueron “coptadas” por el gobierno. A base de amenazas y aprietes, los cooperativistas tuvieron que desafiliarse de la organización, armar nuevas cooperativas con bases y condiciones nuevas y trabajar para el gobierno con la promesa de un sueldo que hasta ahora, nunca cobraron. Hoy las fábricas están con candado bajo custodia oficial. La educación también tuvo su intervención: la directora de la escuela primaria que funciona en el barrio fue amenazada con quedar presa junto a Milagro y entregó las llaves de la escuela a la Municipalidad.
Hoy “El Cantri” está lejos de vivir el esplendor que supo tener. Esa “Jujuy Paralela” encarnada en el barrio de la Tupac (no es el único en la provincia, pero es el más grande) es en realidad la dignidad de miles y miles de jujeños que vivían en la pobreza y vulnerabilidad más extrema. Hoy, al cumplirse un año de la detención de Milagro, la organización mantiene la resistencia, pese a todo. Y cientos de militantes en todo el país realizarán marchas para pedir, una vez más, su liberación.