Esta semana, sin embargo, ha sucedido algo prometedor. Los fiscales generales de los cincuenta estados del país anunciaron una investigación bipartita conjunta sobre los fraudes llevados adelante en los juicios por ejecuciones hipotecarias.
Bank of America, JPMorgan Chase, GMAC y otros grandes bancos que otorgan préstamos hipotecarios suspendieron los juicios de ejecución tras haberse hecho público que los procesos de ejecución se llevaban a cabo como si se tratara de una “fábrica de ejecuciones hipotecarias” en la que decenas de miles de documentos eran firmados por personal subalterno con escaso o ningún conocimiento de lo que firmaba.
Aún ante esta evidencia, el gobierno de Obama señaló que no apoyaba una moratoria nacional de las ejecuciones hipotecarias y poco después de esa declaración, el Bank of America anunció que proseguiría con los juicios de ejecución. GMAC hizo lo mismo y seguramente habrá otros que se les sumarán. Se acabó la moratoria voluntaria.
GMAC Mortgage comenzó a procesar documentos en masa, mediante una práctica conocida como “firma robotizada”. En muchos casos, GMAC Mortgage presentó ante los tribunales documentos firmados por Jeffrey Stephan. Stephan tiene a cargo un equipo de doce empleados en las afueras de Philadelphia. El Fiscal General del Estado de Ohio, Richard Cordray, presentó una demanda legal contra GMAC Mortgage, Stephan y contra el banco al que pertenece la firma GMAC, Ally Financial (una subsidiaria, a su vez, de General Motors).
Según un informe, Stephan debió procesar diez mil documentos relacionados a juicios hipotecarios en un mes. Tomando en cuenta una jornada laboral de ocho horas, habría tenido que leer, verificar y firmar en presencia de un escribano aproximadamente un documento por minuto. Stephan admitió haber firmado documentos sin leerlos ni comprobar si efectivamente los propietarios habían caído en mora. Y Stephan fue sólo uno de los tantos “firmantes robotizados”.
Es importante tener presente que General Motors recibió 51 mil millones de dólares del rescate financiero pagado con dinero de los contribuyentes, que su subsidiaria GMAC recibió 16,3 mil millones y que la subsidiaria de Ally Financial, GMAC Mortgage, recibió 1.5 mil millones de dólares como “incentivo para la modificación de los préstamos hipotecarios.”
Por lo que, usted, como contribuyente, subsidió a un banco que ahora termina ejecutándole su propiedad de manera fraudulenta. Y, ¿qué recurso tenemos para enfrentar esto?
En febrero de 2009, la parlamentaria Marcy Kaptur aconsejó a los propietarios que forzaran a los prestamistas a presentar pruebas. Kaptur afirmó: “¿Por qué razón debería un ciudadano estadounidense verse desalojado en medio del frío clima de Ohio? Habrá 10 o 20 grados bajo cero. No se vayan de sus casas porque… ¿saben qué? …aunque esas compañías aseguren ser beneficiarias de las hipotecas, si los abogados no pueden ver y tocar los documentos hipotecarios, es como si la hipoteca no existiera. Ya verán que esas compañías no pueden encontrar los documentos allá en Wall Street. Por todo esto le digo al pueblo estadounidense: ‘Ocupen sus propias casas. ¡No se vayan!’”
Aunque si se quedan en su casa, quien otorgó el crédito hipotecario podría entrar por la fuerza. Nancy Jacobini, del condado de Orange en Florida, estaba en su casa cuando oyó a un intruso. Aterrorizada, creyó que iban a robarle y llamó al 911. La policía determinó que, de hecho, el intruso era alguien enviado por JPMorgan Chase para cambiar las cerraduras. ¡Y Nancy Jacobini ni siquiera enfrentaba un juicio hipotecario!
La mayoría de los bancos que suspendieron las ejecuciones hipotecarias lo hicieron en veintitrés estados solamente, porque fue en esos veintitrés estados donde los tribunales emitieron sus fallos en relación a los juicios hipotecarios. Uno de los jueces que se ocupa de las ejecuciones hipotecarias es Arthur Schack, Ministro de la Corte Suprema del Estado de Nueva York. El juez Schack fue noticia en los medios de todo el país por haber rechazado docenas de demandas de ejecución hipotecaria. Schack declaró al noticiero de “Democracy Now!”: “Mi trabajo es hacer justicia… Hay demandas por ejecuciones hipotecarias que apruebo, para ello, quien otorgó el préstamo debe hacer tres cosas: debe demostrarme que hay una hipoteca, que es beneficiario de esa hipoteca a la fecha de inicio del juicio y que hay un deudor que ha caído en mora. El mayor problema para estas compañías parece ser el poder comprobar que son beneficiarias de la hipoteca a la fecha de inicio del juicio. Y es entonces que nos encontramos con muchos problemas a la hora de verificar la asignación de hipotecas, nos encontramos con declaraciones juradas de mérito dudosas y, en general, con papeleo administrativo desordenado.”
Bruce Marks dirige NACA, una asociación sin fines de lucro que funciona a nivel nacional y ayuda a las personas a evitar la ejecución hipotecaria. Marks me dijo: “Cuando el Presidente Obama hacía su campaña como candidato a presidente dijo que una de las primeras cosas que haría sería imponer una moratoria de las ejecuciones hipotecarias. Nunca lo hizo. Nunca apoyó la reforma de la ley de quiebras para que la gente tuviera derecho a presentarse ante un juez de quiebras. Y ¿de qué lado está el Presidente Obama cuando dice: ‘Bueno… lo que pasa es que… no queremos decepcionar al mercado.’? ¿Lo que tiene de bueno el mercado es que cuando se ejecuta la hipoteca de alguien y al lado viven personas que pagan su hipoteca, queda un edificio disponible, o queda un edificio en propiedad de una compañía inversora que no tendrá consideración ni tomará en cuenta a los propietarios que habitan el edificio? Debe haber una moratoria a nivel nacional de las ejecuciones hipotecarias para darnos un margen de posibilidad de reestructurar las hipotecas, de hacer que sus pagos sean accesibles y de hacer que esta industria empiece a mirar a los propietarios como personas, como familias, como parte de la comunidad, y no como a bienes que les dan ganancias.”
Según Realty Trac, los bancos recuperaron la propiedad de 102.134 viviendas en el mes de septiembre, a grandes rasgos, una casa cada treinta segundos. Cada treinta segundos, los bancos –muchos de los cuales recibieron fondos del programa de rescate financiero del gobierno de Bush conocido como TARP y que podrían estar realizando maniobras fraudulentas– ejecutan el sueño de la casa propia de una familia estadounidense. Entretanto, GMAC informó que durante la primera mitad del año 2010 sus ganancias se han incrementado.