Enterada de lo que sucedió con los indígenas formoseños durante el primer gobierno de Perón, la directora decidió que los ancianos de la comunidad lo relataran frente a la cámara.

La documentalista Valeria Mapelman tiene numerosas experiencias de contacto con comunidades de pueblos originarios desde hace varios años.

«Cuando conocí a los ancianos comencé a relevar los testimonios en video y sólo supe por qué se encontraban en La Bomba en el año 47 después de traducir los testimonios. Viajé a entravistarlos nuevamente unas siete veces más y conocí a más sobrevivientes. En total unos veinte, aunque no todos puedieron quedar en el corte final de la pelìcula». Agrega que el detonante de la masacre se vincula con que «los ancianos cuentan que se encontraban en ese lugar porque un hombre de gran carisma llamado Tonkiet (Luciano es su nombre en castellano) sanaba con su palabra y estaba dando a conocer una nueva religión escrita en un libro desconocido para ellos hasta ese momento, la Biblia introducida en Formosa por misioneros pentecostales». Se los conminó a moverse de ahí, a ir a la colonia donde «debían» estar.

Una versión que no tomó Mapelman indica que miles de pilagás y miembros de otras comunidades de pueblos originarios caminaron en marzo de 1947 hasta Tartagal (Salta) para trabajar en el Ingenio San Martín, pero fueron engañados con la paga que les habían prometido. La desidia y la burocracia pudieron más y un cargamento que envió el gobierno nacional llegó con alimentos vencidos que terminaron matando aproximadamente a cincuenta pilagás. Indignados, los sobrevivientes pidieron que Pablito (un cacique que encabezó la comisión) hablara con el comandante de Gendarmería a cargo, en una reunión que se pautó a campo abierto.

«Octubre PIlagá, está basada en las memorias que los ancianos conservan sobre la masacre, y está apoyada por material de archivo que es parte de una investigación realizada en el MInisterio del Interior, de Economía, bibliotecas nacionales y provinciales y archivos privados».

La Gendarmería confundió una celebración religiosa con una sublevación. La masacre fue silenciada por el gobierno peronista.

¿Creés que el Estado argentino es responsable de un genocidio que tiene tan larga duración?

El genocidio de los pueblos originarios de lo que hoy es el territorio argentino comienza con la conquista española y se perfecciona a partir de las campañas al desierto llevadas adelante por Julio A. Roca. Estas dos campañas militares consolidaron la conquista de Pampa/Patagonia, en el Sur y el Gran Chaco en el Norte. En el siglo veinte luego de dar por finalizada la campaña militar al desierto verde, como se llamaba al Gran Chaco, las matanzas continuaron y tambien las expropiaciones de tierras. Como ejemplo puedo citar la masacre de Napalpí durante el gobierno de Alvear, la masacre en las tolderías del cacique Garcete durante la presidencia de Irigoyen y la masacre de La Bomba durante la primera presidencia de J. D. Perón. No sólo la duración en el tiempo, y la extensión territorial de lo ocurrido demuestran que se trata de un genocidio sino el tipo de crímenes cometidos como fusilamientos clandestinos, la utilización de campos de concentración para prisioneros como la Isla Martín García, el uso de la violación como arma contra las mujeres etc. demuestran que el Estado es responsable porque sus instituciones se han puesto al servicio del exterminio.

Para la Gendarmería los pilagás debían ser considerados peligrosos.

Según la investigación que realizaste, ¿qué papel jugó Gendarmería?

La Gendarmería Nacional fue el brazo ejecutor de esta masacre, los documentos tambien demuestran que tanto el MInisterio del Interior como el de Guerra y Marina estuvieron al tanto de la represión y autorizaron la movilización de gran cantidad de tropas y por lo menos un avión que salió desde Bs As para sobrevolar el territorio formoseño con una ametralladora colt. Como ocurre en estos casos, hubo personas dentro de la institución que no estuvieron de acuerdo con lo que pasó y ayudaron a varias familias a salvar sus vidas.

Mapelman y el equipo de investigación coincidieron con la búsqueda de pruebas que estaba realizando un forense, pero la propuesta del documental fue recopilar las memorias de los ancianos sobrevivientes porque se están muriendo. Según el trabajo de investigación, la matanza provocó un antes y un después en la vida de la comunidad pilagá.

¿Qué detalles de los hechos no están plasmados en la película pero los considerás igualmente importantes?

Creo que hay mucho por investigar todavía. Para esta película relevé mas de ciento cuarenta horas de testimonios pero lamentablente el trabajo final solo tiene 80 minutos. Hay miles de detalles importantes en cada relato personal, pero por ahora deben esperar para salir a la luz.

Es sorprendente la memoria que tienen de la masacre los miembros de esa comunidad. A pesar de que la matanza diezmó a la población pilagá, no le impidió mantener su identidad. Hay cosas que, a pesar de las represiones, no pueden destruirse.