Donald Trump sigue sorprendiendo al mundo con sus incesantes tuits peyorativos y repletos de falsedades, mientras nombra a generales y fervientes defensores de los combustibles fósiles para ocupar cargos en su gabinete. La ventaja de Hillary Clinton en el voto popular ha aumentado a 2,8 millones de votos, sin embargo, Trump mantiene la ventaja en el Colegio Electoral, con 306 electores frente a 232 de Clinton. Esta disparidad ha suscitado cuestionamientos con respecto a la existencia misma del Colegio Electoral, cuestionamientos que el propio Trump expresó el día de las elecciones de 2012, cuando pensó, equivocadamente, que Mitt Romney estaba ganando el voto popular, pero perdía frente a Barack Obama en el conteo de votos del Colegio Electoral. Trump tuiteó entonces: “El colegio electoral es un desastre para la democracia”. Paradójicamente, muchos de los que rechazan la victoria de Trump consideran ahora que el Colegio Electoral es la última salvación para impedir que Trump asuma la presidencia.

El Colegio Electoral se reunirá el 19 de diciembre para que los 538 miembros emitan sus votos. Muchos opositores a Trump tienen la esperanza de que al menos 37 electores republicanos, que se supone deberían votar por Trump, voten a otro candidato. Esto dejaría a Trump con 269 votos o menos, lo cual no sería suficiente para declararlo presidente. La decisión de elegir presidente estaría, entonces, a cargo de la Cámara de Representantes de Estados Unidos. Este giro extraordinario en la política presidencial ha ocurrido una sola vez en la historia de Estados Unidos, en 1824.

El Colegio Electoral se creó con la ratificación de la Constitución de Estados Unidos en 1789 y fue modificado por la 12ª Enmienda en 1804. En el día de las elecciones los estadounidenses no eligen directamente al presidente, sino que emiten un voto en función de cómo quieren que voten los electores de su estado. En la mayoría de los 50 estados, este es un proceso en el que el ganador se queda con todo: el candidato que gana el voto popular en un determinado estado se queda con todos los votos electorales de ese estado.

Alexander Hamilton, el hombre que inspiró el exitoso musical de Broadway de Lin-Manuel Miranda, también inspiró a un grupo de electores. Se hacen llamar los Electores de Hamilton, dado que Hamilton escribió el ensayo número 68 de “El Federalista” en el que se explica el funcionamiento del Colegio Electoral: “El proceso de elección implica la certeza moral de que el cargo de Presidente nunca caerá en manos de una persona que no posee las características necesarias”. Hamilton advirtió que: “El talento por la baja intriga y el arte mezquino de la popularidad” podrían utilizarse para ganar la presidencia. “Un pequeño número de personas, elegidas por sus conciudadanos de entre una multitud –Hamilton escribió, describiendo el papel de los electores– probablemente posean la información y el discernimiento para esas complicadas investigaciones”.

Uno de los Electores de Hamilton es Christopher Suprun, republicano de Texas. Suprun es bombero paramédico y fue uno de los bomberos voluntarios que participó en las operaciones de rescate en la ciudad de Nueva York tras los atentados del 11 de septiembre de 2001. Suprun dijo en el programa Democracy Now!: “El Sr. Trump ha demostrado en reiteradas ocasiones que no es apto para ocupar el cargo de presidente. Es un demagogo absoluto”. Con respecto a la unidad nacional de la que fue testigo tras el 11 de septiembre, Suprun añadió: “Veo que Trump atenta una y otra vez contra la Primera Enmienda, ataca a quienes lo critican, como a nuestro amigo del sector metalúrgico anoche en Indiana. Ataca a todas las personas que no considera adecuadas o valiosas, o que no son del origen étnico adecuado. Eso no es Estados Unidos, eso no es lo que queremos como nación. Cada vez que llama a otro país es para venderle alguna propiedad Trump”.

El catedrático de Derecho Constitucional de la Universidad de Harvard Lawrence Lessig fundó la organización ElectorsTrust.org para proporcionar “ayuda jurídica gratuita y estrictamente confidencial a los electores que deseen votar con su consciencia”. Lessig dijo en el programa Meet the Press de NBC: “Creemos que al menos 37 electores decidirán no apoyar a Donald Trump”.

Mientras el profesor Lessig protege la privacidad de los electores que lo contactaron para que los represente legalmente, otro grupo se ha dado a conocer públicamente. Tras conocerse un informe de la CIA que sostiene que Rusia interfirió en las elecciones presidenciales de Estados Unidos para favorecer a Trump, un grupo de 10 electores, entre ellos Suprun, envió una carta al Director de Inteligencia Nacional, James Clapper, para solicitar una reunión informativa sin precedentes al respecto. La miembro del Colegio Electoral Christine Pelosi, hija de la congresista Nancy Pelosi, es la principal autora de la carta. Pelosi dijo en Democracy Now!: “Es nuestro deber constitucional como miembros del Colegio Electoral realizar una evaluación de si hubo elecciones libres y justas sin interferencia indebida”. Desde que la carta se hizo pública, al menos otros 46 electores, todos demócratas, la han firmado. Hasta la fecha, esos electores no han recibido respuesta de Clapper.

Es muy improbable que 36 electores republicanos se sumen a Chistopher Suprun y hagan un voto de consciencia en contra de su partido, para oponerse a Donald Trump. Sin embargo, también era totalmente improbable que Trump lograra la mayoría del Colegio Electoral el 8 de noviembre. Como canta el Hamilton creado por Lin-Manuel Miranda, vivimos en el “mundo al revés”.

El artículo original se puede leer aquí