Miércoles 30 de noviembre. En Tierra del Fuego, extremo sur del continente, se dicta sentencia en una causa iniciada por Alika Kinan, víctima de trata de personas. El veredicto, a pesar de discutido, sienta un precedente importante ya que fueron condenados el dueño del prostíbulo y el Estado, representado en este caso por la municipalidad de Ushuaia. Sigue a continuación la nota de La Retaguardia donde Alika expresó sus sentimientos y conclusiones una vez terminado el juicio. Recomendamos también esta nota previa del mismo medio, “un relato crudo de su historia, la de una mujer que fue víctima de distintos tipos de violencia, y que en los últimos años hizo el valiente recorrido entre considerarse una trabajadora sexual a reconocerse como una víctima de trata.”
Por La Retaguardia
El veredicto en el juicio de la víctima de trata de personas en Tierra del Fuego fue controvertido pero, sin dudas, histórica. Pedro Montoya, dueño del prostíbulo El Sheik, fue condenado a 7 años de prisión, mientras que Claudia Quiroga y Lucy Alberca Campos, su pareja y la administradora del local, fueron condenadas a 3 años. Además, la municipalidad de Tierra del Fuego y los condenados fueron obligados a pagar a modo de reparación económica 750 mil pesos. Este último dictamen implica que se consideró al Estado proxeneta como a los mafiosos. Radio La Retaguardia realizó un programa especial para acompañar la lectura del fallo; por la noche, Alika dialogó con María Eugenia Otero y Fernando Tebele.
«Estoy desinflada. Me sacaron el aire y la presión que tenía adentro. Fue muy emocionante. me hubiese gustado estar más alegre en el momento en que escuchaba el fallo. La culpa del sobreviviente que todavía me sigue sirviendo. Esto es un gajo, no es el fallo que nosotros queremos. Después llegó el decomiso de todos los bienes de los imputados, casa, local, vehículo. Yo seguía pensando en los 7 años para Montoya y los 3 años de prisión para los otros dos. En el caso de Lucy Alberca Campos, ella está presa, detenida porque la volvieron a agarrar incurriendo en el delito de trata con la alevosía de que la agarraron con dos kilos de cocaína, por eso se le sumó el delito de narcotráfico», explicó Alika. Sobre el veredicto de ayer expresó: «Me parece poco. Me parece poco también el dinero, a pesar de que yo dije que no era esa mi meta. Sí me parece muy interesante que a partir de ahora empecemos a considerar al Estado como un Estado proxeneta y cómplice, sea cual fuere la pata de la que estamos hablando, nacional, provincial o municipal como este caso. Tenemos mucho trabajo por delante, tenemos que seguir focalizándonos en muchas otras cosas. Hace un ratito me llamaron del Senado de la Nación y me pidieron que recuerde que tenemos un proyecto de ley para las mujeres que han sido víctimas de trata con sentencia firme, está aprobado por unanimidad en el Senado y está en la comisión de presupuesto cajoneado», recordó. Sobre el proyecto, amplió: «Se trata de una pensión no contributiva. Yo hoy tengo mi trabajo en una universidad y quizás el día de mañana pueda seguir avanzando pero pienso en mi compañera que declaró y en otras mujeres. Todas aquellas víctimas que quedaron a la buena de dios. No hay nada, ¿cómo sigue la vida de una víctima? ¿Qué hay? ¿De qué manera se las repara?», interrogó
El después
«En mi caso, cierro un ciclo de mi vida. A partir de ahora voy a continuar mi crecimiento personal, voy a asegurar la educación de mis hijas e hijos que son seis, voy a asegurarme una reparación en lo emocional junto a mi familia y, por supuesto, no pienso dejar las calles. No pienso dejar mi militancia, me voy a tomar un pequeño descanso de dos o tres meses. Capaz que no, capaz que mañana me levanto y me siento muy bien y sigo. Mi pareja me pidió que descanse un poco, que esté un poco con mi familia», contó. Sin embargo, Alika aseguró: «No me olvido que hay tres imputados más en la causa y todavía estoy esperando que la Cámara de Casación levante sus sobreseimientos. Mi demanda todavía sigue, esto no termina acá. También pienso en la reparación de otras víctimas, en la penalización de cliente prostituyente, en el modelo sueco, en las reformas que requiere la ley de trata, en el proyecto de cupo laboral trans y para víctimas de trata, en las posibilidades que tengan las mujeres de obtener una vivienda de parte del Estado».
En relación a este punto, a Alika le sobran las propuestas: «Si pudiera tomar decisiones con respecto a la política pública en materia de trata, seguramente la primera sería el acceso al trabajo para las víctimas de trata junto a un acompañamiento psicológico y terapéutico. Que todas tengan un trabajo real, verdadero, digno. Después, el acceso a la vivienda, podemos continuar con un montón de cosas. Hay que dejar de pensar que ser puta es un destino, es lo único. Muchas de mis compañeras piensan eso. Formación profesional también es fundamental».
Cómo desandar el paradigma prostituyente
«A quienes piensan que a las mujeres puede gustarles la prostitución, les diría que en algún momento los vamos a perseguir, que lo único que sostienen con el sistema prostituyente es el privilegio machista de poseer el cuerpo de las mujeres. Dentro de la prostitución no se habla de la violencia, ni de los daños psicológicos de las víctimas, cosas que yo he dicho en el Cuerpo Médico Forense. Tengo un 70 % de incapacidad emocional, me cuesta sostener los abrazos. Cuando me abrazan mis compañeras me duele, que me toquen, el sexo, hacer el amor con mi pareja. Entonces hay que pensar, cada vez que consumimos el cuerpo de una mujer, cuáles son los daños que provocamos ¿Qué estamos sosteniendo?», planteó sobre las secuelas del horror.
Además, Alika recordó cuando fue rescatada: «Yo pensaba que estaba eligiendo o que esa era la única opción que tenía, no me quedaba otra y trataba de no pensar para no hacerme daño. Ahora, cuando vos razonás lo que está sucediendo en tu cuerpo descubrís un daño tremendo. Tenemos que empezar a cuestionar a los varones, además tienen que empezar a autocuestionarse en cuanto a sus privilegios como hombres y al daño que nos producen», consideró. «No hace mucho se hablaba sobre esta cuestión de algunos que diferencian la piña del cachetazo con la mano abierta y yo me pregunto qué diferencia hay entre consumir el cuerpo de una mujer y una violación ¿Que la mujer a la que estás violando te mete una patada y la puta cede? Tenemos que cuestionarnos qué es lo que estamos haciendo como sociedad, y qué estamos haciendo las mujeres», indagó.
Audio de la entrevista completa: