Por Camilla Hoshino y Ednubia Ghisi/Brasil de Fato. Traducción de Pressenza

Cada 20 de noviembre los más de 300 años de esclavitud de personas negras en Brasil gana visibilidad. Tanto por los efectos todavía mal reparados de ese crimen cometido por los que tenían poder, como por las contribuciones del pueblo negro para la identidad del país, siendo la mayoría de la población brasilera. El Día de la Conciencia Negra rescata la fecha de la muerte de Zumbi de los Palmares, uno de los símbolos de la resistencia contra la esclavitud. Junto a su esposa Dandara y otras personas negras, él formó el Quilombo de los Palmares a fines de 1500, en Alagoas. A continuación, vea opiniones, informaciones  datos sobre la cuestión racial en Brasil.

«¿Por qué conciencia negra y no conciencia humana? El presupuesto de que deberíamos dejar de hacer el día de la conciencia negra para celebrar el día de la conciencia humana, refuerza la premisa de que en Brasil no existe racismo. Constatamos que a lo largo de la historia esa  negación del racismo es uno de los factores que impidieron la elaboración de políticas públicas más eficaces y tener un día para la reflexión sobre las relaciones raciales busca reducir la desigualdad». Célio Jamaica, militante do Hip hop, escritor, profesor y actualmente también director de escuela.

Genocidio de la juventud negra

De acuerdo con el Informe final de la Comisión Parlamentaria de Investigación (CPI) del Senado sobre el asesinato de jóvenes, de 2016, 23.100 jóvenes negros de 15 a 29 años son asesinados por año en Brasil. Son 63 por día. Uno cada 23 minutos.

Quilombos

En (el estado de) Paraná hay 41 comunidades remanentes de quilombos y comunidades negras tracicionales. La mayor concentración de ellas está en la micro región del Cerro Azul, en Adianópolis y en el municipio Doutor Ulysses. (Datos del grupo de Trabajo Clóvis Moura (GTCN) del Gobierno del Estado.)

Andreia Soares de Lima. Foto: Preticia Jeronimo.

Andreia Soares de Lima. Foto: Preticia Jeronimo.

«Yo nací en Terra Boa, noroeste de Paraná. Vine para Curitiba a los siete años de edad y fue aquí, cuando comencé a ir a la escuela, cuando supe lo que era sufrir racismo. Cuando comencé a desarrollar algunos trabajos sociales en la comunidad, sufrí mucho porque la mayoría de las acciones están a cargo de personas blancas que, de cierto modo, creen estar ayudando a las personas ‘carentes’. Cuando fui a buscar colaboración de los organismos gubernamentales, las respuestas fueron negativas. Sentí en la piel y en la mirada que era por ser mujer y ser negra. Pero tenemos que persistir y resistir.» Andreia Soares de Lima, coordinadora de la Central Única das Favelas (Cufa), Curitiba Parolin.

Cupos en la UFPR 

Desde 2005 la Universidad Federal de Paraná (UFPR) implementa la política de cupos (raciales y sociales). Entre 2005 y 2014 fueron 48.600 aprobados por asistencia general y aproximadamente 14.600 por cupos: 11.200 por cupos sociales y 3.400 por cupos raciales. La información es de la propia institución.

Giorgia Prates. Foto: arquivo pessoal.

Giorgia Prates. Foto: archivo personal.

«En la universidad el racismo es fuerte y velado. Hoy tengo conciencia de que, por sentirme empoderada, mi papel en la universidad ya es otro. Veo que muchos estudiantes negras y negros no consiguen ubicarse porque es difícil salir del lugar de insignificancia en que nos ponen. Necesitamos empoderarnos porque si no lo hacemos, nadie lo hará por nosotros, y nuestros hijos seguirán pasando por las mismas situaciones y volviéndose adultos tan lastimados y heridos como nosotros.» Giorgia Prates, estudiante del curso de pedagogía de la Universidade Federal do Paraná.

¿Lo sabía?

Samba de clase:  la primera escuela de samba de Curitiba, Colorado, nació en 1946 en la antigua Vila Tássi, reducto negro y obrero. Atrás del campo del Ferroviario, los tamboriles se reunían bajo el comando de Maé da Cuíca. La escuela aceptaba entre sus miembros a perseguidos por la policía y prostitutas. Sus componentes, trabajadores pobres de la ciudad, conquistaron el respeto del carnaval elistista de Curitiba, llevando a la calle la cultura negra.

Árboles sagrados en la (Plaza) Tiradentes: hay en la Plaza Tiradentes un conjunto de Gameleiras, árboles sagrados para la Umbanda y el Candomblé. En las religiones de matriz africana, se cree que la Gameleira es el lugar en que vive Iroco, orixá de origen yoruba. Iroco también es lugar de abrigo de espíritus infantiles y, por vivir más de 200 años, está asociado a la longevidad. Por este motivo la Plaza Tiradentes es un lugar simbólico para la comunidad negra de Curitiba.

 Yagunã Dalzira, Yalorixá de Candomblé. Foto Giorgia Prates.

Yagunã Dalzira, Yalorixá de Candomblé. Foto Giorgia Prates.

«La intolerancia religiosa aparece porque la nuestra es una religión de negros. Los terreiros (lugares de culto) de candomblé hoy están siendo intimidados con la intención de entorpecer nuestros rituales. Los organismos que deberían proteger el medio ambiente, sabiendo que necesitamos espacios naturales para rendir culto a nuestra religión, cortan árboles sagrados para nosotros. Esta es una forma de racismo ambiental.» Yagunã Dalzira, Yalorixá de Candomblé.

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