Hoy se cumplen 300 días de la detención ilegal de Milagro Sala en Jujuy, en el norte argentino. Milagro Sala es la líder de la Organización Tupac Amaru, que articula cooperativas de trabajo, construye viviendas y barrios enteros, en diferentes lugares de la Argentina.
Su detención se dio tras la asunción de Gerardo Morales como gobernador de la provincia de Jujuy, quien aseguró tener suficientes denuncias para presentar contra Milagro Sala, como para que siga en prisión de manera indefinida.
Esta semana, el Parlasur, el Parlamento del Mercosur, se sumó al pedido de la ONU por la libertad de la diputada. Hablamos con Elizabeth Gómez Alcorta, abogada de Milagro Sala. Para que nos cuente sobre este pedido de Naciones Unidas.
Sí, esta resolución viene de la comisión de Derechos Humanos, del grupo de trabajo sobre detenciones arbitrarias, que se ocupa de las denuncias y le pide a los estados que aporten documentación. En el caso de Milagro, la denuncia la hicieron tres organizaciones de la sociedad civil. El CELS, Amnistía y Andhes presentaron ante el grupo de trabajo el caso de Milagro, refiriendo varios puntos por los cuales entendían que la detención era arbitraria. Desde el 2 de febrero hasta los primeros días de agosto, el Estado argentino, según el procedimiento, traslada la petición de los organismos, la posibilidad de aportar documentación, pruebas, descargos de parte del Estado. Se hizo primero en febrero, luego en abril, a principios de agosto, los peticionarios volvieron a hacer nuevos aportes. Este grupo de trabajo está compuesto por cinco expertos de distintos lugares del mundo, es gente absolutamente independiente, sin vinculación ni con el gobierno argentino, ni con los peticionarios. Se juntaron a deliberar a finales de agosto y recién a finales de octubre, el 27 de octubre, más precisamente, notificaron la decisión, la resolución que tomaron para el caso. Tiene varias partes, la primera es que efectivamente entienden que la detención de Milagro es una detención arbitraria, porque viola tanto el pacto internacional de derechos civiles y políticos, como la Declaración Universal de los Derechos del Hombre, por consecuencia solicitan la inmediata libertad de Milagro y, a la vez, tengo la resolución encima, hace dos semanas que no voy a ningún lado sin la resolución. Además inicia un procedimiento de cómo el Estado argentino debe responder. También dice que se le debe dar una reparación por esta detención arbitraria que hoy se cumplen los 300 días de detención. La resolución es inapelable, es obligatoria y el que está obligado a cumplirla es el gobierno nacional. Milagro está detenida por orden de una justicia provincial, en Argentina tenemos dos tipos de justicia, jueces provinciales y jueces federales. Lo que está en la resolución es que debe acatarla el gobierno nacional, porque es el único que puede reparar.
Genera mucha inquietud el hecho de que el poder ejecutivo jujeño pueda hablar, diciendo que ellos no van a liberar a nadie por lo que diga la ONU, como si realmente fuera el poder ejecutivo el que tiene la potestad.
En palabras textuales, el contador Morales, que es el gobernador de la provincia dijo puntualmente “yo no voy a liberar a esa mujer”. Lo que evidencia algo que, tanto en la declaración de Naciones Unidas, como los organismos de derechos humanos en la Argentina y la defensa particular, venimos sosteniendo, que Milagro está a disposición de él, la decisión es del gobernador.
Es una confesión.
Reconoce, claro, es una confesión brutal, que muestra lo burdo de todo lo que está haciendo. Lo autoritario, lo burdo y arbitrario y misógino, porque además decir “esa mujer”, forma parte de lo que nosotros sostenemos, que Milagro, entre otras cosas, está detenida porque es mujer.
Liberaron a dos compañeras de la Tupac Amaru, que estaban presas desde el mes de abril. María Molina y Elba Galarza, ¿se sabe la situación procesal del resto de compañeros de la TUpac? ¿Forman parte, también, de esta misma situación arbitraria?
Hasta ayer, además de Milagro habían once presos políticos en Jujuy, todos vinculados a las mismas causas judiciales. Todos con detenciones arbitrarias, incluso, algunos casos, como en el caso de María Molina, es un caso prototípico, todavía más arbitraria que la de Milagro. En las causas, siempre las imputaciones se han hecho en base a algún testimonio, o una declaración indagatoria, como es el caso de la diputada Mabel Balconte, que estaba acusada en la justicia en dos causas y en su declaración de indagatoria, que acá en Argentina, se tiene el derecho a mentir, no están obligados a declarar contra sí mismos y tiene el derecho de decir lo que quieran. En pos de salvarse ella de su situación, acusó a compañeros y solamente con eso hay detenciones.
El caso de Raúl Noro, que es el marido de Milagro, que también está detenido, con una detención domiciliaria porque es una persona mayor y con problemas cardíacos, está detenido exclusivamente por los dichos de otra coimputada y los estándares utilizados en términos de prueba para las acusaciones son, realmente, arbitrarios. Y los estándares utilizados para ordenar las detenciones y evaluar el riesgo de que una persona se profugue o entorpezca la investigación, son nulos. Han sido absolutamente dogmáticos, no hay ningún tipo de análisis para poder demostrar cómo Milagro podría huir. Siempre que ha estado implicada en una causa, Milagro siempre se presentó. En la primera causa, a ella la detienen por el acampe, una protesta. Ella fue llamada a indagatoria en esa causa y ella se presentó, con un abogado. Siempre se presentó, nunca dejó de ir a una citación judicial. Una persona que es parlamentaria del Parlasur, una dirigente social, política de la talla de ella. Pensar que se va a profugar es irrisorio. Así es el caso del resto de acusados, que están arbitrariamente detenidos.
Sé que hoy te vas a reunir con Amnistía Internacional, imagino que van a establecer alguna estrategia para seguir exigiendo la libertad de Milagro Sala, ¿cómo sigue el trabajo de los Comités por la Libertad de Milagro Sala?
Por un lado, el trabajo técnico, jurídico, lo llevamos adelante un equipo de abogados, del cual formo parte, cuatro abogados en Jujuy y yo en Buenos Aires. Y en este momento estamos articulando con aquellos que peticionaron la resolución de la ONU, con el CELS, con Amnistía y vamos a llevar adelante una exigencia, ante la clara negativa del gobierno nacional de acatar la decisión del grupo de trabajo. Por otro lado, hay todo un trabajo territorial político, muy fuerte, hay 60 Comités por la Libertad de Milagro Sala en todo el país, y 7 en el extranjero. En las principales ciudades, provincias, incluso en algunas provincias hay más de uno, en Capital hay varios, el Comité Nacional. Son absolutamente paradigmáticos, porque involucran a organizaciones sociales de orígenes de los más diversos y el único denominador común es la libertad de Milagro Sala. Era difícil pensar que pudieran confluir por otro tema político, porque hay miradas tan diferentes en las diferentes agrupaciones. Pero eso es maravilloso, porque esto muestra qué fibra está tocando en la ciudadanía, en los militantes del campo popular, es muy preocupante la idea de volver a tener presos políticos en la Argentina, con nuestra historia trágica de la década de los 70, con más de 30 mil compañeros detenidos desaparecidos. Y además de eso, lo que está pasando en Jujuy es, como varios han dicho, hay un tubo de ensayo, en términos de destrucción política, en términos de represión. Y lo que nosotros aprendimos es que en cuanto se debilitan las garantías, en cuanto el estado de derecho empieza a flaquear, empieza a haber ahí una verdadera grieta y lo que viene después es más represión, más persecución y esto que es una excepción, pasa a ser una regla. Nosotros ya conocemos eso, por eso es que desde los organismos de derechos humanos de la Argentina, todos, están teniendo una actitud de acompañamiento que es increíble. Esto va más allá de la simpatía o antipatía que uno pueda tener por Milagro Sala, la simpatía o antipatía que uno puede tener con la Tupac Amaru, esto es un problema de los argentinos.
Primero vienen por ella y después van a venir por todos, lo tenemos claro, me parece. ¿Cuáles van a ser los pasos a seguir ahora, qué se espera, qué nos podemos imaginar en estas semanas a seguir, cómo pueden apoyar y ayudar desde afuera de la Argentina?
Nosotros decidimos tomarnos estas dos primeras semanas para ver si se abrían canales de diálogo con el gobierno y lo cierto es que no hubo. Sabemos que la posición dentro del gobierno nacional está dividida, que hay una parte que considera que esto está teniendo un costo político para el gobierno de Macri muy alto, hay otros que entienden que no le afecta el incumplimiento. Nosotros estamos evaluando cuáles son las acciones que vamos a llevar adelante en las próximas semanas. También está pendiente de resolución internacional el caso en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, está pendiente su resolución. Nosotros estamos informando a la CIDH de la resolución del grupo de trabajo a fines de ver si se fija posición en los próximos meses, eso daría un respaldo importante. Y, por otro lado, hay una campaña muy, muy, muy fuerte desde todos los sectores, con fuerte acompañamiento de una parte de la iglesia con los curas con la opción por los pobres. Queremos pensar en una navidad sin presos políticos en la Argentina y esa es la campaña que nos queda de acá al próximo mes.