Por Richard Díaz Chuquipiondo.-
«La violencia no es el problema, es el efecto de la incorrecta formación de las nuevas generaciones, si los ciudadanos creen que con más policías y más severas condenas esto se va a reducir están equivocados, esto solo la exacerba, porque los estereotipos están orientados a fomentar la violencia en sus diversas modalidades». Este fue el resumen de la exposición que hiciera el escritor Richard Díaz Chuquipiondo, durante la presentación de su libro «Hijos Emprendedores».
Los seres humanos hoy en día sufren violencia desde cuando están en el vientre de sus madres. Ellas tienen palabras muy negativas sobre su embarazo: la panza, ojala que nazca el critter, este es un demonio, frases como estas no solamente fomenta la baja autoestima, sino que además promueven conductas antisociales; algunos niños son más fuertes emocionalmente y lo superan otros en cambio viven con una eterna amargura. Manifestó el autor.
Según el autor, la sociedad está constantemente bombardeando a los infantes con modelos nefastos para el desarrollo de sus talentos. «Si alguien preguntará a los niños: qué peruano superó un teorema de Newton, seguramente, nadie o muy pocos sabrían la respuesta – Federico Villarreal a los 23 años superara el Binomio de Newton-, algunos ni siquiera sabrían quien fue Newton»; porque sus modelo sociales están en las portadas de los diarios y en los programas de televisión.
Delincuentes que evaden la cárcel por tardanzas administrativas, corruptos libres y gastando dinero mal habido, personas infieles a las cuales incluso las defienden, asesinos que salen en portadas, así describió Diaz Chuquipiondo nuestra sociedad- «y en este clima modelado por la corrupción, la infidelidad y la criminalidad, ¿quieren que no haya violencia? es una contradicción».
«Si queremos a nuestro país, empecemos a fomentar conductas sociales, a motivar a la juventud con modelos de prosperidad y desarrollo de la personalidad». Si queremos vivir realmente en una sociedad mejor, comencemos a mejorar nosotros mismos. El mayor emprendimiento de un ser humano no es ser millonario, es ser un ciudadano de bien, con valores y principios de grandeza espiritual.
Sobre su libro, expresó, es un aporte de reflexión para que los padres empiezan a convertirse en los líderes del futuro, es decir ser los facilitadores de la autorrealización de sus hijos, necesitamos emprendedores sociales, internos, familiares y sindicales. Ser millonario no es el único objetivo del ser emprendedor. «El ser un ser humano mejor es la verdadera razón para iniciar la transformación».