Tras que se perfilan las reuniones anuales del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial, cuyo debut fue este viernes en Washington, la CSI y sus asociados de la Agrupación Global Unions instan a las Instituciones Financieras Internacionales (IFI) a apoyar una estrategia enérgica y coordinada de inversiones públicas en los servicios y las infraestructuras, como asimismo a fortalecer las instituciones del mercado laboral para garantizar un alza de los salarios.

El martes, por séptimo año consecutivo, el FMI bajó sus previsiones de crecimiento económico mundial y advirtió que sus proyecciones de crecimiento corrían un gran riesgo de “revisarse a la baja”. La secretaria general de la Confederación Sindical Internacional (CSI), Sharan Burrow, declaró que “el economista en jefe del FMI reconoció correctamente que la espiral descendente del crecimiento ‘podía revertirse si la demanda mundial fuera más apoyada’. Sin embargo, los programas de préstamo del Fondo Monetario Internacional, en realidad, hacen bajar la demanda. En los países árabes, que son desde hace poco tiempo los primeros beneficiarios de los préstamos del FMI antes que Europa, la austeridad es un asunto clave de los programas por países que reclaman también reformas del mercado laboral. En Europa, esas medidas han conducido a una compresión de los salarios y al aumento de la precariedad en el empleo”.

La declaración de Global Unions en ocasión de las reuniones anuales de las IFI destaca que ciertos programas del FMI en el Medio Oriente y en África del Norte suponían incluir exigencias para alcanzar un umbral mínimo en el gasto social. No obstante, cuando el gasto real está muy por debajo del mentado umbral del gasto social, no tiene ninguna consecuencia para el estatuto del préstamo. Por el contrario, el FMI celebró que las autoridades lograran alcanzar los objetivos de “saneamiento presupuestario”.

La secretaria general de la CSI también instó urgentemente a las IFI a reducir las desigualdades salariales, a la luz de sus propias investigaciones que confirman que los países cuya distribución de los ingresos era más homogénea disponían no solo de mejores resultados en materia de salud y a nivel social, sino que también gozaban de un crecimiento económico más estable. Observó que en el informe que publicó el Banco Mundial esta semana –Poverty and Shared Prosperity (Informe sobre la pobreza y la prosperidad compartida) – había una ausencia importante, y es que omite incluir las recomendaciones para luchar contra las desigualdades gracias al fortalecimiento de las instituciones del mercado laboral. Esta omisión no deja de sorprender ya que el informe subraya el rol esencial que jugaron los aumentos del salario mínimo, la formalización de los trabajadores con salarios débiles y su acceso a programas sociales en el progreso notable llevado a cabo por Brasil desde 2000 en materia de reducción de las desigualdades salariales.

Y Sharan Burrow agrega: “La ausencia de referencia en el informe del Banco Mundial sobre las desigualdades en las recomendaciones relativas a las instituciones del mercado laboral es inquietante vistas las amenazas que agita el nuevo gobierno no elegido de Brasil en cuanto al cese del incremento periódico del salario mínimo y de poner un límite máximo al gasto social, medidas que el FMI aprobó la semana pasada en una declaración. Las IFI no están pensando seriamente reducir las desigualdades si no apoyan activamente las políticas nacionales que contribuyan con hechos hacia dicho objetivo”.

La declaración de la Agrupación Global Unions en ocasión de las reuniones anuales del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial contiene varias recomendaciones relativas a las medidas que las IFI debieran adoptar para apoyar la recuperación económica mundial, reducir las desigualdades, reglamentar más eficazmente el sector financiero y poner en práctica la medida de salvaguarda del trabajo que el Banco adoptó recientemente con el objeto de velar por una cierta coherencia con las normas internacionales del trabajo.

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