Atrás quedó el estilo beligerante de la administración del ex presidente Álvaro Uribe, quien en los últimos días de su mandato se empeñó en ahondar la crisis con acusaciones y reproches, tachadas por Caracas de no tener ningún fundamento y perseguir intereses oscuros.
Tanto Chávez como Santos antepusieron a las diferencias ideológicas y políticas las necesidades de sus pueblos, que celebraron a uno y otro lado de la frontera -al igual que el resto de la región- el restablecimiento de las relaciones diplomáticas y comerciales.
Ello con base en un diálogo transparente, directo, respetuoso y privilegiando la vía diplomática. Diálogo que buscará garantizar la permanencia y estabilidad de las relaciones, mediante un estricto cumplimiento al derecho internacional y aplicando los principios de no injerencia en los asuntos internos y de respeto a la soberanía e integridad territorial de los Estados.
A su vez, los mandatarios también decidieron avanzar en la integración bilateral en beneficio del desarrollo de los dos pueblos y particularmente de las zonas y comunidades fronterizas, donde acordaron impulsar programas conjuntos en materia social y económica.
Con ese fin convinieron la creación de cinco comisiones de trabajo relacionadas con asuntos comerciales, de complementación económica, de inversión social, de infraestructura y de seguridad.
Tras la cita Chávez dejó en claro que su gobierno no apoya ni permitirá la presencia de grupos guerrilleros colombianos en su territorio, tema que originó la ruptura total de las relaciones al afirmar lo contrario la pasada administración de Uribe.
Venezuela *»ni apoya, ni permite, ni permitirá, presencia de guerrilla, ni de narcotráfico, ni de terrorismo, en territorio venezolano»*, puntualizó.
El estadista venezolano enfatizó que lo más importante es el restablecimiento de la confianza entre ambas naciones.
Hemos decidido restablecer plenamente las relaciones diplomáticas y políticas, a pesar de la gravedad de las cosas que ocurrieron, expresó.
*»Usted (Santos) dijo que había eliminado la palabra guerra de su diccionario, pues yo también, presidente»*, agregó.