Que los socialistas han hecho todo mal en materia económica durante su gobierno en España no hace falta repetirlo. Han sido rehenes de los conglomerados financieros y de la especulación burbujeante, cuando no cómplices e instigadores.
Pero las respuestas del conservadurismo son igual de inútiles con el agravante de la corrupción floreciente que deja a todos los políticos en evidencia de su codicia y su falta de escrúpulos para servir al capital y no a la gente.
El nivel de polichinelismo de la clase política española ha hecho desbordar las plazas en 2011 cuando la gente intentó construir una nueva forma de hacer política, tomando las calles y creando un empoderamiento del sentido común que permitiera recuperar un poco de cordura en medio del oscurantismo ideológicopolítico de los dirigentes. El diagnóstico fue unánime: el sistema está podrido y hay que resetearlo.
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Un sistema operativo tan viejo y tan enquistado lleva tiempo para ser reseteado. Sin embargo, la urgencia de la coyuntura ibérica exige a la población sacrificio, astucia, solidaridad y ser creativos. Como decía Albert Einstein “no se puede resolver un problema pensando del mismo modo que como ha sido creado”.
La fragilización de las condiciones de trabajo condiciona el estado psicológico y físico de las personas. La regresión de los derechos de los trabajadores son feroces, las últimas víctimas son las trabajadoras (utilizo el femenino pues son en su mayoría mujeres) de las grandes superficies. La Asociación de Grandes Empresas de Distribución (AGED) ha comunicado en su sitio web (anged.es) que el acuerdo al que han llegado no les satisface pero, al menos, asegura el mantenimiento de los empleos y la competitividad.
Sin eufemismos esto quiere decir que los domingos se integran como un día más, que las jornadas se extienden sin aumento de sueldo y que éste podría llegar a ser un generoso 1.5 % si se cumplen todos los objetivos empresariales, mientras tanto los sueldos serán congelados hasta 2016. Este sindicato de empresarios reúne algunos de los mayores evasores fiscales de la economía española y a algunos de los más grandes empleadores españoles. Así que estas son malas noticias para cientos de miles de familias.
Menos malas de todos modos que la conocida esta mañana. La desfachatada entidad bancaria del exministro de economía de José María Aznar (PP) y exdirector del Fondo Monetario Internacional (FMI) Rodrigo Rato, Bankia, ha decidido cerrar a lo largo del 2013, 1117 oficinas en todo el territorio español. Es bueno recordar que Bankia recibió 22.500 millones de euros del estado para no declarar la bancarrota, pero no tuvo ningún reparo en gastarlo en primas a sus mejores ejecutivos y especuladores bursátiles y ahora usarán lo que les queda para pagarles los despidos forzados a los 4500 empleados que quedarán en la calle.
Bankia es una de las empresas que más familias ha desahuciado de las 750 mil que han sido expulsadas de sus casas desde 2009 y que mantienen deudas enormes puesto que los bancos no aceptan la dación de pago que permitiría permutar la casa perdida por el total de la deuda contraída.
Pero también Barclays cerrará 160 oficinas dejando 1100 personas en la calle, mientras Iberia tiene el acuerdo para despedir más de 3800 empleados.
Para reflexionar
[/media-credit] La Caixa te deja sin techo, pero no sin comida
Los desahucios son cada vez menos efectivos, además del incremento de suicidios que ha provocado una fuerte sensibilización de la ciudadanía, la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) ha conseguido evitar 568 y asesora a miles de víctimas del genocidio financiero. En Pamplona han sido los gremios de cerrajeros quienes se oponen a acompañar a la policía y a los banqueros a la realización de los desahucios y varios jueces se han negado a firmar las órdenes para los desalojos.
De hecho, varios juzgados esperan la decisión del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) sobre si la ley hipotecaria española cumple con los preceptos de la normativa comunitaria que protege los derechos de los consumidores. Dejando en suspenso las acciones reclamadas por las entidades bancarias.
En medio de toda esta hecatombe económica, los políticos se preocupan de cuidar sus reputaciones y de continuar ocupando puestos. No sólo es vergonzoso el juego de “la patata caliente” que realiza el PP, si no que ha sido escandalosa la denuncia que ha hecho una militante socialista en un reciente congreso del PSOE, donde acusaba a los líderes del partido de “darle la espalda a la juventud” y “de no tener ninguna legitimidad moral lanzando proclamas socialistas desde un hotel cinco estrellas”.
A todo esto en un programa de la BBC londinense eligieron a la consejera delegada del banco Santander UK, Ana Patricia Botín como la tercera mujer más poderosa del Reino Unido. Las políticas expansionistas de las grandes empresas españolas les han permitido posicionarse en puestos de poder extorsivo a lo largo y ancho del planeta. Esto todavía no es considerado corrupción.
