En los últimos años fueron aceptadas menos del 40 por ciento de las devoluciones de migrantes desde naciones de la UE a terceros países, dada la falta de garantías de la documentación empleada.
El eurodiputado conservador finlandés Jussi Halla-aho, uno de los principales promotores de la propuesta, argumentó que una baja ejecución de deportaciones, socava ante la ciudadanía la credibilidad de la política migratoria, e incentiva el abuso del asilo en los países de denominado viejo continente.
El plan aprobado por el PE comprende mejorar las características técnicas para elevar la seguridad, con la inclusión de marcas de agua y otros recursos en los documentos, que eviten las falsificaciones de los mismos.
La implementación de este proyecto será efectiva tras su aprobación por los gobiernos de los países miembros de la UE, pero se espera que el nuevo documento de viaje de los migrantes comience a emplearse a partir de junio del próximo año, agregó la fuente.